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El Apego Infantil


Enviado por   •  15 de Abril de 2015  •  1.807 Palabras (8 Páginas)  •  241 Visitas

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EL APEGO

Los estudios en psicología han demostrado que el vínculo de apego en la díada madre-hijo es un factor que repercute en la forma en que se establecen relaciones interpersonales futuras, influyendo en el bienestar psicológico y en el ajuste emocional (Farkas, et al., 2008; Valdés, 2002). La experiencia de seguridad, es el objetivo del sistema de apego y es un regulador de la experiencia emocional (Sroufe, 1996 en Fonagy, 2000), de esta forma este vínculo podría estar a la base de muchos trastornos mentales y ser así, el centro de una psicoterapia (Fonagy, 2000). Es además relevante, para el desarrollo de relaciones seguras de apego, la sensibilidad y capacidad de respuesta de la madre a las señales del hijo.

La teoría del apego, es una forma de comprender y conceptualizar los lazos afectivos que se generan entre los seres humanos como una tendencia natural, de modo de explicar, además, las diversas formas de dolor emocional y otras alteraciones psicopatológicas, producto de la separación y pérdida afectiva. De esta forma se observa que las relaciones con otros es una parte fundamental de la naturaleza humana, donde las emociones más intensas surgen en la relación de apego, más aún, estas relaciones tempranas son determinantes en el desarrollo de la salud mental de una persona, debido a que se interpreta y se manejan las relaciones actuales en base a estas experiencias iniciales de apego con el cuidador o la madre (Marrone, 2001).

Conceptos fundamentales sobre el apego temprano

Bowlby (1989) define el vínculo de apego como distintas formas de conducta del infante cuyo objetivo es el logro o la conservación de la proximidad con su cuidador principal o algún otro al que se considera más capacitado para enfrentar al mundo, lo que se hace más evidente en situaciones de estrés. Es entonces un sistema conductual organizado y un vínculo emocional y afectivo entre una madre o cuidador y un niño (Cantón y Cortés, 2000), de esta forma el carácter afectivo y la pauta que lo organiza se mantienen pese a que las conductas de apego varíen (Marrone, 2001).

De esta forma el vínculo de apego es posible conceptualizarlo como un vínculo duradero entre un niño y la madre, con función adaptativa y de supervivencia (Cantón y Cortés, 2000), donde las conductas de cuidado y atención de la madre cumplen la función de regular la organización afectiva del bebé, debido a que el vínculo de apego temprano permite regular y equilibrar los desórdenes fisiológicos, conductuales, afectivos y cognitivos del niño en desarrollo (Lecannelier, 2006)

Uno de los primeros conceptos que debemos conocer es el de la conducta de apego, la cual está formada por diferentes respuestas instintivas del hijo cuya función primordial es la de vincularlo con la madre. Estas respuestas maduran relativamente independiente hacia los doce meses de edad, pero cada vez más se van integrando hacia la figura cuidadora, siendo éstas activas y no pasivas en el repertorio de conductas de un ser humano. Estas respuestas son la succión, el agarre, los gestos, el llanto, el seguimiento y la sonrisa (Cantón y Cortés, 2000).

Por otro lado, cuando se inician las respuestas innatas, pero la madre no está presente o no alcanza su meta, el hijo experimenta ansiedad, oscilando ésta hacia dos polos, una ansiedad con nivel muy bajo (o ausencia), generando la impresión de pseudoindependencia, o bien una excesiva ansiedad, en el marco de experiencias adversas de amenazas de abandono o de rechazo (Cantón y Cortés, 2000).

Las respuestas innatas del hijo hacia su madre se configuran en sistemas conductuales, cuyo objetivo es alcanzar ciertas metas específicas, adaptándose de acuerdo a las circunstancias ambientales, y cómo ya se señaló, el fin último es la sobrevivencia del organismo y su protección, regulando la búsqueda de cercanía y proximidad y la necesidad de explorar según la situación en que se encuentre el niño (Cantón y Cortés, 2000). En este contexto, como señalábamos anteriormente, la ansiedad surge por la amenaza de pérdida de la madre y por la inseguridad en la relación de apego con ella (Marrone, 2001)

Otro concepto relevante es la respuesta sensible del cuidador como un organizador de la psiquis del hijo. Los padres, y en especial la madre, deben desarrollar respuestas sensibles hacia el hijo, captando e interpretando adecuadamente las señales que les envía, para responder apropiadamente y en forma rápida; la falta de sensibilidad, por su parte, indica un fracaso del cuidador en la interpretación del las señales del bebé o sus deseos no logrando un apoyo en sus estados positivos o displancenteros. De este modo, entendemos que la respuesta sensible de la madre cumple con dos funciones importante para el bienestar del bebé, en primer lugar la de acceder a su estado mental de manera tal, y esta es la segunda función, de atribuirle un significado, lo que implica la marcha de una serie de complejos procesos afectivos y cognitivos, basados en los propios modelos operativos de la madre y de su capacidad para comprender el estado mental del hijo, pudiendo reflexionar acerca de ellos. La respuesta sensible permite a la madre sentir empáticamente a su hijo, pero a la vez poder reaccionar en forma independiente de él (Marrone, 2001).

Un tercer concepto fundamental se relaciona con la representación y la internalización que se da en el contexto social, entre padres e hijos, que se definen, desde la teoría del apego como un “modelo operativo interno del self (sí mismo) y del otro. Estos modelos se conforman a partir del cuidador y las formas que él establece

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