El Aviador Y Su Psicopatologia
Enviado por merlina • 8 de Septiembre de 2011 • 2.821 Palabras (12 Páginas) • 2.783 Visitas
El Aviador
Título original: The Aviator. País: USA. Año: 2004. Dirección: Martin Scorsese. . Guión: John Logan. Intérpretes: Leonardo di Caprio (Howard Hughes), Cate Blanchett (Katherine Hepburn), Kate Beckinsale (Ava Gadner), John C. Reilly (Noah Dietrich), Alec Baldwin (Juan Trippe), Alan Alda (Senador Owen). Duración: 170 minutos.
La vida de Howard Hughes ha pasado a formar parte de las leyendas urbanas. Un excéntrico millonario, coleccionista de hermosas mujeres, que amasa una inmensa fortuna pero al que su desequilibrio interior le precipita a una vida angustiosa, rodeado de fantasmas amenazadores, huyendo de la opinión pública, encerrado semanas en su casa desnudo y obsesionado por el temor a contagiarse de infecciones. Por último - ya transformado en una leyenda - un rumor poderoso se extiende por Estados Unidos. Howard Hughes, como un califa de cuento, está deambulando vestido como un vagabundo por las carreteras de California entregando cheques millonarios y haciendo ricos a personas que habían tenido con él un gesto amable a pesar de su aspecto. Cualquiera puede recibir una cantidad asombrosa de dinero, incluso ser declarado heredero de su fortuna. De hecho, al morir aparecerá toda una nube de supuestos herederos que cuentan la historia de su encuentro y presentan un testamento ológrafo falsificado por el que se les nombra heredero universal. Incluso los mormones se incorporaron a la rueda al presentar, ellos también, un testamento encontrado en las oficinas de su Iglesia en Salt Lake City. Los pleitos a que dieron lugar estas últimas voluntades en manos de abogados sin escrúpulos incrementaron la leyenda de Howard Hughes formada a partes iguales de retazos de información y excentricidades sin límite. El millonario había mantenido en el más impenetrable misterio su vida privada incrementando el interés de periodistas y falsos biógrafos deseosos de explotar el filón de la combinación entre dinero y conducta perturbada; libros y artículos que Howard Hughes persiguió con toda la fuerza que le proporcionaban su poder y sus abogados.
Martin Scorsese, "eterno adolescente" en palabras de la crítica de Hilario J. Rodríguez (Dirigido, nº341) se sintió atraído por trazar el retrato de un hombre que acabó convertido en un enigma. La película es "desde un punto de vista estilístico un auténtico prodigio" y luce la misma obsesión por los detalles que tuvo en su vida el auténtico Howard Hughes. Scorsese ha seleccionado el período más creativo de la vida de Hughes, desde el año 1927 en que se embarca en el mundo del cine con el colosal proyecto de Ángeles del Infierno (Hell´s Angels, 1930) hasta la apoteosis del despegue del gigantesco avión militar Hércules capaz de transportar en vuelos transoceánicos hasta 750 soldados en 1947. Su actor fetiche, Leonardo Di Caprio, ejecuta una excelente interpretación acompañado por un elenco de actores que hace creíble y sólida la compleja trama de la historia del plutócrata.
Los antecedentes del caso Hughes, hacen que la veracidad de los elementos psicológicos que aparecen en la película puedan ser interpretados como hechos aproximativos. Pero no cabe duda que puede resultar extraordinariamente atractivo tratar de desentrañar el enigma psicopatológico del caso, y Scorsese nos da varias pistas elaboradas a partir de los elementos que se conocen con más seguridad, aunque siempre sin dañar el carácter proteico del personaje, su dimensión de portentoso self made man.
La película comienza con un episodio clave de la infancia de Hughes. Su madre lava al niño en una escena meticulosa y ritualizada mientras le recuerda que "no está a salvo", que afuera en el exterior acecha la enfermedad. Le hace deletrear la palabra "cuarentena" mientras le recuerda la señal que en las casas de los barrios de los negros indican la extensión del tifus. En un paralelismo acusado con Ciudadano Kane en el que el niño millonario recibe un trineo al que se referirá al final de sus días con la misteriosa palabra "Rosebud", Hughes recibe también de su madre un objeto simbólico: una pastilla de jabón de olor protegida por una caja metálica. Siempre presente en su bolsillo la veremos emerger a lo largo de la película. A diferencia del trineo de Kane no simboliza los días felices de la infancia sino la advertencia materna sobre la amenaza que le acecha. Un miedo indefinido le rodea siempre y el jabón se lo recordará.
Esta dependencia afectiva de Hughes hacia su madre, la inseguridad profunda que se insinúa le originó con su sobreprotección, ya no es tratada en el resto de la película; aunque su compulsiva seducción de una mujer tras otra puede justificar la eterna búsqueda de un objeto de deseo inaccesible, a lo que su fijación edípica contribuyó. Sin duda la rivalidad con el padre ausente, millonario bebedor y mujeriego, pudo estimularle a vengar su afrenta materna compitiendo con él en triunfos y conquistas. En la realización de Ángeles del Infierno le vemos asegurar a su contable que la decisión con la que actúa se basa en que "sus padres han muerto" y el dinero es suyo. La inmensa fortuna familiar le ofrece la posibilidad de hacer todo lo que desee sin dar cuentas a nadie, con apenas 18 años, cuando ni siquiera ha superado su melancolía juvenil, ni sus temores hipocondríacos. Un lejano consejo de administración en Texas se muestra en desacuerdo con su proyecto. La película es algo totalmente distinto al negocio familiar, basado en una sólida compañía dedicada a las perforaciones petrolíferas. Pero Hughes reta continuamente las directrices del consorcio invirtiendo más y más dinero en un tipo de negocio que les molesta.
Este reto adolescente se incrementa hasta un punto dramático de no retorno cuando decide hipotecar "Turco", la empresa matriz de la que todo pende. Su fiel contable y mano derecha le afirma tajante que la diversión ha terminado, que el juego de hacer cine no puede prolongarse dado el nivel de pérdidas que sufren. Hughes ha decidido reelaborar la película ya acabada para que incorpore el sonoro, que es la gran novedad, y está dispuesto a incrementar la apuesta hasta el límite irracional de poner toda su fortuna en la balanza. Después del costosísimo proceso de filmación de las batallas aéreas - su película es un film bélico sobre la aviación, su gran pasión -, no duda en continuar adelante cueste lo que cueste para hacer su película más perfecta. La obsesión por la perfección, una perfección a la que no está dispuesto a renunciar, empuja la vida de Howard Hughes. El éxito de público de la película le salvará al final sólo para que pueda introducirse en otro nuevo reto a todo o nada. ¿Responde ese afán desmedido al intento de reafirmarse frente al entorno familiar de un sempiterno adolescente Hughes?
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