El Cuerpo De La Mujer Y La Publicidad

Introducción.

La palabra belleza se define como ‘’una noción abstracta ligada a numerosos aspectos de la existencia humana. Este concepto es estudiado principalmente por la disciplina filosófica de la estética, pero también es abordado por otras disciplinas como la historia, la sociología y la psicología social’’. Lo que define la RAE parece estar muy lejos de la concepción actual, utilizada como una definición exclusiva de “atractivo físico``, definición que además, es poderosamente transmitida a través de los medios masivos de comunicación y asimilada por la cultura popular. Es este ideal de belleza el que utilizan muchas mujeres para medirse a sí mismas y su aspiración por alcanzarlo deriva en grandes frustraciones ya que son parámetros muy difíciles de alcanzar para la mayoría.

Desde pequeñas, las mujeres se ven bombardeadas de prototipos y estereotipos basados en la mujer ideal, desde el momento en que toman una muñeca ‘’Barbie’’, conocida mundialmente por su ´´cuerpo perfecto``, además de la influencia de Disney, que, con sus historias basadas en solo ideales (príncipes azules que hay que conquistar y enamorar, además de notar que ninguna princesa Disney cumple con el cuerpo estándar) quedan en el inconsciente de cada una, hasta que alcanzan la adolescencia, etapa en la que el bombardeo de imágenes de publicidad donde abundan mujeres delgadas, con ropas lujosas y mucho dinero conseguido sin ningún tipo de esfuerzo, provoca confusión en éstas, cambiando la propia percepción de su realidad. Esto permitiría predecir que las futuras generaciones serán un probable producto, del efecto publicitario al que se han expuesto, lo que nos lleva a deducir un contexto a futuro, en el que las nuevas generaciones llegarán a ser influenciadas en un cien por ciento por la publicidad, siendo capaces de arriesgar su salud y sus vidas, para conseguir la tan anhelada perfección impuesta por los Medios masivos de comunicación para ´´encajar`` y desarrollarse ´´plenamente`` a lo largo de su vida que sólo será exitosa si se es talla 36 hasta la adultez.

1.- La obsesión por el cuerpo perfecto.

Desde la antigüedad, el humano ha sido sujeto de estudios y admiración. Pero más que el humano en sí, ha sido el cuerpo de la mujer, el que por el solo hecho de tener la capacidad de ´´crear vida`` es digno de admiración en todo sentido, pero especialmente a nivel físico, donde el tener caderas anchas y grandes pechos era signo de atractivo físico, de fertilidad e incluso de salud.

Según estudios, la mujer desde el inicio de los tiempos (más bien desde que se tiene antecedentes) ha gozado de un cuerpo más bien robusto y curvilíneo a causa de la fisiología y la genética que tienden a favorecer la maternidad; no así el hombre, que según registros, posee espalda ancha, caderas pequeñas y menor cantidad de grasa total en su cuerpo.

A medida que avanzamos en la historia de la humanidad y analizamos algunos aspectos relacionados con el cuerpo femenino, notaremos que la mujer siempre ha intentado modificar su figura de manera directa o indirecta por medio de sus vestimentas, basándose principalmente en el deber que tenían de ´´encantar y satisfacer`` al hombre, lo que ha implicado hasta el día de hoy (aunque parezca aberrante), resaltar (antes era exagerar) más algunas partes del cuerpo para poder competir con las demás mujeres y destacar entre ellas, por supuesto. Es aquí donde llegamos a un tema que trataremos el resto del trabajo, que es la ‘’necesidad`` de la mujer de satisfacer su ´´amor personal`` en base a los que la rodean (básicamente la necesidad de sobresalir y de diferenciarse- junto con un grupo- de otras clases sociales).

Volviendo al tema de la exageración y resalte de ciertas partes del cuerpo con el vestuario, destacamos lo que por años se destacó, sin importar la clase social: las caderas. Antes de 1900, las mujeres tendían a destacar por la bisutería, encajes y por la calidad de sus trajes, pero especialmente por el ancho de sus vestidos y sus ostentosos peinados. Todo esto para destacar su alto estatus social. Si seguimos avanzando en la línea del tiempo nos encontramos con que la clase alta empieza a descubrir el cuello y brazos, pero siempre sin intervenir el ancho de los vestidos – cabe destacar que las mujeres en ese entonces no se preocupaban de su peso, pues la delgadez era signo de pobreza y enfermedad. Con el correr de los años las faldas empiezan a acortarse, y lo que en un comienzo fue escandaloso, se convirtió en una tendencia que continuaría hasta los días de hoy (no olvidemos que mostrar los tobillos en una época donde Dios era importante, se consideraba pecaminoso), pero sin duda la aparición del ´´Corsé``(rigente hasta hoy) marcó un antes y un después en la forma de exagerar formas, donde la cintura se encogió y aumentó el ancho de caderas y hombros -sin dejar de lado la jaula o crinolina que ensanchaba aún más las caderas a principio de 1900 junto con el ‘’polisón’’(Figura 1)- donde cabe destacar, que esta prenda implicaba un gran sacrificio para quien la usara.

Alrededor de 1935, después de la guerra, Coco Channel desarrolló el pantalón para la mujer, y las faldas del tipo tubo para mujeres más conservadoras (faldas mucho más cortas de lo habitual) (figura 2). Es precisamente con este diseñador donde empieza a imponerse poco a poco la ´´nueva forma`` de cuerpo perfecto, donde destacaba principalmente, la delgadez, los hombros anchos, cintura pequeña, piernas largas y delgadas, y caderas poco pronunciadas.

A medida que nos acercamos al 2000, las faldas se acortan y aumenta la aceptación de los trajes de dos piezas, que sin duda, ayudan a lucir una mejor figura-esto, rige hasta hoy- donde cada prenda debe ser muy bien escogida para no fallar a la hora de impresionar con nuestra apariencia y lo que proyectamos. Pero, ¿en qué parte de la historia empezó a ser evidente la búsqueda del cuerpo ideal? Según Josep Toro y su libro “El cuerpo como delito”, la búsqueda desenfrenada del cuerpo perfecto se inició con el invento del traje de baño, con el cual las mujeres empezaron a exponerse en las playas lo que de desencadenó el principio de lo que respecta a la preocupación del cuidado personal y apariencia física; lo que no está muy alejado de la realidad, donde además de eso, sumamos que éstas se ven sometidas a la presión ejercida por imágenes de revistas y carteles, donde se muestran mujeres sumamente delgadas o “esbeltas”, a causa de rigurosas dietas y rutinas diarias de ejercicios.

En fin, parece increíble que hasta hoy las mujeres se inserten a muy temprana edad en este círculo vicioso basado principalmente en la inseguridad y la poca capacidad de discernimiento entre

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