El Papel De Las Emociones En La Vida Anímica
Enviado por ctcarito • 19 de Julio de 2012 • 461 Palabras (2 Páginas) • 1.189 Visitas
El papel de las emociones en la vida anímica
Las vivencias estimulantes acompañan al proceso de concienciación del mundo en proporción mucho mayor de lo que propendemos a admitir en la vida cotidiana. Nos es dado el mundo como conjunto de cosas, esencias y sucesos que llegan a nuestro conocimiento sin participación de la intimidad endotímica. La experiencia del hombre, permite ver claramente que la imagen concreta del mundo se forma merced a los actos de percepción, de representación y de pensamiento roza la íntima esfera del fondo endotímico. Los contenidos que vemos frente y nos estimulan, se convierten directamente en fondo endotímico.
También en el enfoque puramente teórico, en el conocimiento o representación, vibra una resonancia del fondo endotímico, resuenan emociones en la misma medida. Y las vivencias estimulantes aparecen como las retransmisiones de lo experimentado en el mundo externo a la interioridad de donde surgen las tendencias. En ellas lo que se recibe del mundo externo aparece bajo el signo del valor, del significado que poseen para la temática de las tendencias. Del mismo modo que los instintos y tendencias son como vectores valorativos, las vivencias de sentirse estimulados son receptores valorativos.
En la clasificación de las tendencias como vectores axiológicos encontramos la distinción entre valores vitales, valores de significado y valores de sentido. Lo mismo sucede cuando se designa a las emociones como “receptores de valor”, puesto que se distinguen unas de otras por las clases de valores que en ellas se vivencian. Los valores vitales son las cualidades del mundo exterior interiorizado que tienen relación con la temática de los instintos de la vitalidad.
Los valores de significado son percibidos en las vivencias de ser estimulado en las que la realidad se muestra con cualidades que son importantes para la temática de la existencia individual, los instintos de conservación del individuo, el egoísmo, el deseo de poder y la necesidad de estimación. El ser humano percibe los valores de significado que son convenientes o perjudiciales.
Los movimientos afectivos humanos no se agotan con la percepción de valores vitales y de significado, sino que rebasan este círculo y nos proporcionan también “valores de sentido”, los que se manifiesta el mundo como un sistema completo en el que al hombre, como ser espiritual, le corresponde un lugar y una misión que condicionan su actuación y sus creaciones.
Las vivencias de ser estimulado son vectores valorativos que se originan en el contacto con el mundo, son intencionales y también pueden designarse como “emociones dirigidas”, a las que también les corresponde un valor especial en la totalidad de la vida anímica humana. Debido a que los contenidos del horizonte objetivo perceptible reciben directamente de nuestra intimidad valores
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