El amor no duerme
Enviado por rulo45 • 8 de Abril de 2014 • Ensayo • 643 Palabras (3 Páginas) • 220 Visitas
El amor no duerme
Donde hay amor no hay deseos. Y por eso no existe ningún miedo. Si amas de verdad a tu amigo, tendrías que
poder decirle sinceramente: "Así, sin los cristales de los deseos, te veo como eres, y no como yo desearía que
fueses, y así te quiero ya, sin miedo a que te escapes, a que me faltes, a que no me quieras." Porque en
realidad, ¿qué deseas? ¿Amar a esa persona tal cual es, o a una imagen que no existe? En cuanto puedas
desprenderte de esos deseos -apegos, podrás amar; a lo otro no se lo debe llamar amor, pues es todo lo
contrario de lo que el amor significa.
El enamorarse tampoco es amor, sino desear para ti una imagen que te imaginas de una persona. Todo es un
sueño, porque esa persona no existe. Por eso, en cuanto conoces la realidad de esa persona, como no
coincide con lo que tú te imaginabas, te des enamoras. La esencia de todo enamoramiento son los deseos.
Deseos que generan celos y sufrimiento porque, al no estar asentados en la realidad, viven en la inseguridad,
en la desconfianza, en el miedo a que todos los sueños se acaben, se vengan abajo.
El enamoramiento proporciona cierta emoción y exaltación que gusta a las personas con una inseguridad
afectiva y que alimentan una sociedad y una cultura que hacen de ello un comercio. Cuando estás enamorado
no te atreves a decir toda la verdad por miedo a que el otro se desilusione porque, en el fondo, sabes que el
enamoramiento sólo se alimenta de ilusiones e imágenes idealizadas.
El enamoramiento supone una manipulación de la verdad y de la otra persona para que sienta y desee lo
mismo que tú y así poder poseerla como un objeto, sin miedo a que te falle. El enamoramiento no es más que
una enfermedad y una droga del que, por su inseguridad, no está capacitado para amar libre y gozosamente.
La gente insegura no desea la felicidad de verdad; porque teme el riesgo de la libertad y, por ello, prefiere la
droga de los deseos. Con los deseos vienen el miedo, la ansiedad, las tensiones y..., por descontado, la
desilusión y el sufrimiento continuos. Vas de la exaltación al desespero.
¿Cuánto dura el placer de creer que has conseguido lo que deseabas? El primer sorbo de placer es un encanto,
pero va prendido irremediablemente al miedo a perderlo, y cuando se apoderan de ti las dudas, llega la
tristeza. La misma alegría y exaltación de cuando llega el amigo, es proporcional al miedo y al dolor de cuando
se marcha... o cuando lo esperas y no viene... ¿Vale la pena? Donde hay miedo no hay amor, y podéis estar
bien seguros de ello.
Cuando despertamos de nuestro sueño y vemos la realidad tal cual es, nues tra inseguridad termina y
desaparecen los miedos, porque la realidad es y nada la cambia. Entonces
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