El ciclo de la autorregulación

El ciclo de la autorregulación. Segunda parte.

Luego del proceso de darse cuenta y de la elección de alternativa pasamos a la segunda parte del ciclo “la parte activa”.

En esta parte incluimos tres procesos:

• La expresión y el contacto, se hace contacto con la figura correspondiente y se expresa lo que había quedado inconcluso, liberando la emoción retenida del organismo y elaborando sobre ella.
• La transformación de la situación, de modo que esta pueda ser asimilada, la reescritura y/o la resignificacion de la escena.
• Y la fase de cierre siendo la integración de lo vivenciado en el contexto de la vida de la persona y preparamos la vuelta a la realidad.

La expresión, la necesidad de la explosión.

Se ha escuchado con frecuencia discusiones sobre la necesidad o no de la explosión, los alegatos más usuales serían:

• La terapia es en realidad un proceso, el terapeuta no debe empujar al cliente y respetar su propio ritmo.
• En la terapia Gestalt hay un ejercicio de golpear cojines, a eso se le ha llamado “el cojinazo”.
• No siempre la explosión es intensa, se le llamaba “fusión”
• Existen diferente tipos de sesiones, y no se trata de que en todas las sesiones se presenten explosiones.
• Hay situaciones que tardan más de una sesión en trabajarse.
• Y no basta sólo la explosión, es necesario que la situación pueda realmente asimilarse y cerrarse.

La explosión: liberación de la energía contenida

Una situación inconclusa es básicamente una emoción cuya expresión se interrumpió y que no se ha expresado. Esta emoción tiene un contenido energético, es una energía atorada y por eso tiene que ver con la sensación corporal, las contracturas y dolores musculares, con el dolor en la espalda, la tensión, la sensación de ardor, la gastritis, las ulceras, el asma o las enfermedades respiratorias.

Insistiendo en que la emoción ligada a la situación inconclusa no es un pensamiento sino básicamente una energía. El proceso de autorregulación del organismo implica entonces la explosión, la liberación de la energía contenida; una buena explosión de coraje, de llanto o de miedo, la catarsis es parte del proceso y en si misma liberadora.

Si permitimos el contacto con la sensación y si permitimos la emergencia de la escena y de la emoción del organismo asociada a ella, la explosión sucede de manera natural; esta explosión va a producir una gran liberación, liberación de la energía que estaba atorada y a permitir la reconstrucción del proceso del sí mismo.

Cuando estamos atorados en el enojo hacia nuestros padres no se puede expresar (liberar) el coraje a ellos, se dificultan considerablemente los procesos.

Dificultades u obstáculos para la expresión

Aun y cuando la figura y la emoción significativa parezcan haber emergido, en terapia no siempre se logra la explosión o la liberación de la emoción retenida, las resistencias están presentes. El Yo se halla confundido y se identifica con los introyectos en lugar de con el verdadero sí mismo, el paciente se siente pequeño o tiene miedo de enfrentar a papá o a cualquier de autoridad.

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