El hábito de posponer.
Enviado por LuisLT • 31 de Mayo de 2016 • Ensayo • 1.235 Palabras (5 Páginas) • 245 Visitas
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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO
FACULTAD DE INGENIERÍA
Lic. Diseño Industrial
“EL HÁBITO DE POSPONER”
Luis Enrique López Torres
Ing. Eduardo Pérez Ponce de León
EL HÁBITO DE POSPONER
Postergar es una actividad que no distingue edad, genero o virtud de raza, credo o sexo. Cualquier persona puede llegar a ser postergadora, incluso me atrevería a decir que todas las personas hemos realizado el acto de postergar al menos una vez en la vida, ya que postergar según el diccionario es el acto de aplazar una acción, posponerla hasta otro momento, ya sea de forma consciente o inconsciente y podría considerase postergación inofensiva o problemática según la dificultad que el individuo tenga para realizar éste acto.
Podríamos clasificar en dos las formas en que la postergación puede ser conflictiva para nosotros: la postergación que nos lleva a tener consecuencias externas, es decir, con personas que nos rodean como nuestra familia, nuestra pareja, compañeros de trabajo, etc… Y la postergación que nos provoca consecuencias internas, sentimientos encontrados hacia nuestra persona, sentimientos que van desde una simple irritación y a veces tan profundas como una autocondena, desprecio y baja autoestima.
Existen personas que conocen sus límites y no sufren de consecuencias internas, citando al autor, porque ellos tienen una idea clara: “Se hace lo que se puede, pero no se puede hacer todo”.
Lo que nos indica que el proceso de postergación puede ser considerado un ciclo y como tal puede ser identificado en cualquier etapa y puede ser corregido si se razona el comportamiento y con ese razonamiento conocer los límites de cada individuo, evitándole entrar en conflictos emocionales a causa de la postergación y las consecuencias internas que ésta puede presentar.
Personas que han logrado razonar el ciclo de la postergación llegan a la conclusión de que las consecuencias más severas son las consecuencias internas ya que esta les provoca cambios de estado anímico y por consecuencia lleva a tener consecuencias externas.
No solo produce un deficiente desempeño académico o laboral sino que trae “consecuencias sociales” que el final repercuten en todo a nuestro alrededor pues como sabemos el ser humano es un individuo que necesita de relaciones, de la constate interacción con otros individuos o seres a su alrededor.
Podríamos describir el ciclo de la postergación en 7 etapas según el desarrollo o el tiempo transcurrido del tiempo total disponible para realizar una actividad, en este caso la actividad que se posterga.
La primera etapa comienza con la actitud indiferente hacia el tiempo que se tiene para realizar cualquier actividad, se espera un inicio espontaneo aún estando conscientes de que nada va a ocurrir a menos que nosotros lo provoquemos.
Seguido de la etapa de consciencia, donde la persona se da cuenta que necesita provocar ese inicio en la actividad pero continúa indiferente ante el tiempo disponible ya que ve la fecha límite como algo lejano.
La tercera etapa, podríamos llamarle de fantasía, el individuo se da cuenta que el tiempo es una constante que no puede recuperarse y se da cuenta del tiempo disponible, pero no actúa y provoca ese inicio y en su lugar comienza a imagina en las consecuencias que traería el no realizar la actividad en cuestión. Lo cual le provoca una perdida más grande de tiempo ya que usualmente se rodea de pensamientos paralizantes que evitan un acto que provoque un primer paso en la actividad postergada.
En la cuarta etapa la persona se aferra a la esperanza y la ilusión de aún tener tiempo suficiente para realizar la actividad a pesar de tener un raro sentimiento de culpa, vergüenza o una extraña sensación de estarse engañando y espera una especie de alivio mágico.
En la quinta etapa el postergador suele buscar culpables debido a su desesperación pero al final llega a la conclusión de que el culpable es él pero aún sabiendo eso no inicia la actividad y profundiza en sus pensamientos. Llega a un “Existe algo mal en mí” y comienza a compararse con otro individuos, dudando de sus capacidades y a veces hasta llegar a tal grado que pierde por completo la noción del tiempo que le queda para realizar la actividad postergada y provocando así más pensamientos paralizantes ante la situación.
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