Ella Me Dice Que No Sea Celoso,Que Los Demás Pueden Mirar Que Yo Soy El Que Gozo'♪♫ -Ñejo- ♫

Pese a las apariencias, el peligro más grave que se da para la comunicación humana, en especial, interindividual, no es la incomprensión, sino el malentendido. En efecto, si uno no entiende al otro, siempre tiene la facultad de preguntar y pedirle informaciones complementarias, porque lo nota: en efecto, al no lograr entender al otro, se da cuenta de que algo ha fallado en su comunicación.

En cambio, en caso de malentendido, que se puede definir como:

“Mala interpretación, equivocación o desacuerdo en el entendimiento de una cosa”,

uno puede mantener la ilusión de haber comprendido...” [1]

En general, las dos personas implicadas nisiquiera notan que ha habido un fallo en el proceso de comunicación.

Dicho de otra forma: lo primero que hemos de hacer, es aclarar los conceptos que usamos.

0.2. Un planteamiento sistémico

Ahora bien, resulta que nuestro título consta de tres elementos; en primer lugar, dos palabras-clave, que figuran explícitamente en él: son respectivamente “gramática” y “comunicación”. El tercer elemento en cambio es implícito, pero esencial. Se sobreentiende en efecto que ha de tratarse de aprendizaje, un “proceso mediante el cual un sujeto adquiere destrezas o habilidades prácticas, incorpora contenidos informativos o adopta nuevas estrategias de conocimiento y / o acción (Delclaux)[2].

Es obvio que tanto “gramática” como “comunicación” o “aprendizaje” se caracterizan por su extraordinaria polisemia o sea, la “reunión de varios significados en una sola palabra”[3], con lo que nos resultaría imposible abarcar todas las acepciones en las que, según sean la situación lingüística o el contexto, se toman estas voces.

En primer lugar, hemos de “contextualizar” nuestro tema situando nuestro planteamiento dentro de una circunstancia muy peculiar en la que nos encontramos, es decir concretamente el hecho de dedicarnos a la enseñanza- aprendizaje del español como lengua extranjera (E/LE).

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