En este documento hay información sobre cómo funciona nuestro organismo ante un estímulo que nos provoque dolor

El dolor.

  Para comenzar a hablar del dolor, primero tendríamos que entender que el dolor es una serie de sensaciones y emociones desagradables, pero que nos ayudan a mantener a la especie (supervivencia), ya que así como el miedo, el propósito del dolor, es mantenernos con vida, alertarnos de algún daño causado en nuestro organismo por alguna lesión.

  Si no tuviéramos esta capacidad de poder sentir algún dolor ante algún estimulo aversivo (dañino), como lo sería una cortadura, una fractura, o alguna sensación en nuestros órganos, no sabríamos que algo malo está pasando y de esa manera podríamos incluso hasta llegar a perder la vida.

  Como en todo sistema, debe de haber alguna señal que nos alerte de estos daños, como por ejemplo, en los automóviles, si llegase a faltarle aceite al motor, el tablero nos lo indicaría con algún sensor encendido, o por si se está quedando sin combustible, de la misma manera nos lo informaría, de ésta misma manera funciona nuestro sistema nervioso, pero en lugar de informarnos de algún problema, éste nos avisa mediante señales que causan el dolor, gracias a que tenemos nociceptores que son los encargados de recibir los estímulos, codificarlos e informárnoslos.

  Podremos encontrar dos tipos de dolor basándonos en el tiempo que éstos llegasen a durar; uno es conocido como dolor agudo; el dolor agudo como tal es de muy corta duración relativamente si se compara con el dolor crónico, ya que el dolor agudo es poco duradero y espontaneo, este dolor agudo es consecuencia inmediata de algún daño al organismo y su intensidad es mayor, éste es eliminado en conjunto en que desaparezca el daño, por ejemplo, cuando tenemos alguna cortadura, el sistema nociceptivo actúa de manera inmediata informándonos de que el tejido cuticular ha sido dañado, dándonos como respuesta un dolor un tanto intenso pero momentáneo, ya que al mismo tiempo que nos habremos cortado y sentimos esa sensación de dolor, comenzaríamos a sangrar, y el dolor desaparecería una vez que el sangrado terminará en cuestión de algunos minutos. El dolor agudo como tal no presenta ningún síntoma psicológico o son realmente escasos, presentándose en su mayoría de casos (si no es que en todos) una ansiedad leve. Las acciones que llegamos a tener cuando se presenta un dolor agudo son de manera nato, actuando así por simple instinto.

  Por otra parte, tenemos el dolor crónico ya antes mencionado; a éste lo caracteriza el hecho de que el tiempo de duración es mucho más prolongado, llegando a durar así hasta días enteros. El dolor crónico es presentado más como un síntoma de alguna enfermedad o bien, como la enfermedad misma; un claro ejemplo sería cuando presentamos un cuadro de infección, ya sea que se presente en la garganta, estomago, vías urinarias o incluso en una muela, que es el más común de los casos. Si tomamos el ejemplo de la infección de muela, la mayoría de personas que lo han vivido podrá estar de acuerdo que es un dolor un tanto insoportable, pero tiene una intensidad menor en el umbral de dolor al de una cortadura, pero a diferencia de ésta, el dolor de muela puede durar el día completo, dándonos como resultado también una serie de síntomas psicológicos, como lo serían; ansiedad, miedo, depresión, insomnio y alteraciones sociales. Retomando el ejemplo del dolor de muela, éstos síntomas se pueden notar claramente ya que al tener el dolor nos mostramos ansiosos al querer hacer o encontrar algún remedio que nos elimine de manera inmediata el dolor o molestia, así también como depresión al no querer interactuar con nadie, ya que nuestro sistema nervioso se centra en el dolor y se pierde todo interés social y/o recreativo.

    Existen también otros tipos de clasificaciones del dolor; el dolor nociceptivo y el dolor neuropático, o coloquialmente nombrados como “dolor normal y anormal”.

  El dolor nociceptivo es aquel al que le conoceremos como un dolor normal, ya que todas las sensaciones percibidas van a ser causadas por el sistema nervioso periférico y central. Se le considera como dolor normal ya que es el que la mayor parte de los individuos llega a percibir o sentir, ya que es producido por algún daño visceral o somático.

   Al hacer referencias sobre el dolor somático; estamos hablando de un dolor meramente localizado, ya que hablamos de zonas como la piel, huesos, músculos ligamentos o articulaciones, y éstos daños no van acompañados de reacciones vegetativas como lo son nauseas, mareos y vomito que a comparación del dolor visceral que si los presentan.

  El dolor visceral no es un dolor totalmente localizado, de hecho, en casi la totalidad de los casos se desconoce su origen, por ejemplo; cuando tenemos un dolor de estómago, desconocemos completamente que parte especifica es la que nos está doliendo, solo sabemos que nos duele el estómago. El dolor visceral está enfocado a los órganos y el dolor que éstos nos producen, aunque no todos los órganos causen alguna sensación de dolor, como lo es el caso del cerebro; éste puede ser manipulado mientras que la persona está consciente sin que sienta absolutamente nada. Éste siempre vendrá acompañado de las reacciones vegetativas anteriormente mencionadas.

  Ahora, la contra parte del dolor nociceptivo es el dolor neuropatico, al que lo consideraremos como un dolor anormal, ya que éste dolor solamente lo presentara un porcentaje de gente muy pequeño, en otras palabras, este dolor es muy raro que lo lleguen a presentar por eso es considerado como un dolor anormal o patológico. Es provocado por una lesión en el SNP y/o en el SNC, ya que el sistema de nociceptores se comporta de una manera anormal, asociando un estímulo con una respuesta inadecuada, o en otras palabras, se presenta dolor ante estímulos que no debieran de provocarlo. El hecho de sentir una irritación exagerada al tener un rose ligero de la ropa, o incluso sentir dolor en alguna extremidad que ya ha sido amputada es un claro ejemplo de dolor neuropatico.

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