Ensayo Sobre Escuela Y Castigo

“El castigo de las conductas en los escenarios escolares”

Disciplina y escuela

“Hasta el estudiante más malo, con una buena disciplina puede llegar a ser Juez de la Corte Suprema…” Son estas las palabras que la maestra Krabappel dice a los padres de Bart Simpson.

Este enunciado, si bien tomado de una fuente televisiva, grafica el espíritu dominante en los escenarios escolares. Pero la pregunta primera sería que se entiende por disciplina, y por que es preocupante que adquiera determinado tenor en los centros educativos. Michel Foucault (en “El ojo del poder”) plantea la cuestión en términos de poder; la población escolar como blanco de las relaciones de dominación, que se ejercen sobre grupos solidarios y practica el método del ejemplo (como puede verse claramente en la justicia criminal); capaz de ejercer un análisis individualizante y exhaustivo del estudiantado.

Las Instituciones como ejercicio social.

Desde que somos pequeños crecemos en formas y estructuras dadas, familia y escuela son las instituciones que mayor difusión tienen en la vida de un ciudadano común y corriente. Prácticamente una persona es obligada a transitar por estas, así lo garantiza el marco legal (otra convención social) vigente. Si el núcleo familiar no es beneficioso al niño, caen sobre él las formas del castigo. La sociedad clasista que no le permite a padre y madre dar un hogar y condiciones dignas de vivienda a sus hijos, paradójicamente, lo castiga suprimiendo la patria potestad sobre sus descendientes si no lo hace. La primera institución (familia) es una instancia interna de vigilancia y castigo hacia el individuo; la familia, a su vez, condicionada a instancias mayores de vigilancia y castigo, ejercidas por el Estado. Este, paralelamente, detenta el poder absoluto sobre la escolarización de los ciudadanos.

La escuela es presentada ante la ciudadanía como la forma elemental, básica y única de civilización, una extensión necesaria de la institución familiar en la que los sujetos son pedagógicamente preparados para el “mundo real”, una antesala del mundo del trabajo.

Los estudiantes saben intuitivamente que hace por ellos la escuela pública. Sospechan que son adiestrados para que en el proceso se haga borrosa la sustancia, y quede solo una lógica imperante. Al individuo se lo escolariza para que enseñanza sea entendida como saber, a mayor esfuerzo, mejor resultado. Promoción al curso siguiente significa educación.

“Una institución completa y austera debe ser un aparato disciplinario exhaustivo en varios aspectos” refleja Foucault. Se ocupa de todos los aspectos del sujeto: su actitud para el trabajo, su conducta diaria, su actitud moral y su educación física. Ahora bien, se han generado en los centros educativos, una serie de efectos de poder a través de canales cada vez más finos, hasta alcanzar

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