Ensayo Terapia Breve

ENSAYO

La terapia breve se refiere a una familia o grupo de intervenciones relacionadas en las cuales el terapeuta limita deliberadamente los objetivos y la duración del contacto. La terapia breve implica una amplia gama de enfoques de la psicoterapia, que, a diferencia de las terapias tradicionales, establecen objetivos específicos y limitan el número de sesiones.

Este ensayo resume brevemente las principales características de la terapia breve y evalúa de forma crítica sus beneficios y limitaciones. A pesar de las opiniones controvertidas, es una herramienta terapéutica muy útil para muchos problemas de salud mental que enfrenta la población promedio, aunque las adicciones graves y las psicosis a menudo requieren una intervención a largo plazo. Es importante que la derivación para una terapia breve se base en una evaluación cuidadosa y completa de la idoneidad del cliente, y los terapeutas son conscientes del contexto cultural y los valores de los clientes antes de intentar confrontar o cambiar su pensamiento o conducta.

La flexibilidad con respecto a las técnicas, el espaciamiento y la duración de las sesiones, las interrupciones y las evaluaciones de seguimiento es importante, dependiendo de cada caso individual y la habilidad del terapeuta (Rawson, 2002). Sin embargo, se necesita más investigación en terapia breve, lo que ayudará a los médicos a hacer recetas con mayor precisión y efectividad.

El psicoanálisis comenzó como terapia breve, pero las teorías dinámicas posteriores se hicieron más largas y más abiertas. Las emergencias relacionadas con el estrés de la Segunda Guerra Mundial requirieron el desarrollo de intervenciones breves, con el objetivo de reducir los síntomas y prevenir el colapso. La creciente demanda de servicios de salud mental, las limitaciones presupuestarias y las presiones económicas crearon aún más la necesidad de una intervención eficiente y accesible, haciendo popular la terapia breve en los años 80 y 90.

Ferenczi (1951) y Rank (1945) fueron pioneros en formas de reducir el tratamiento. Aunque la mayoría de las intervenciones breves oscilan entre siete y 25 sesiones (Sperry, 1989), no hay consenso claro en cuanto a la duración. Los límites del tiempo, el lugar, la seguridad, la confidencialidad, la no revelación y la conducta del terapeuta se subrayan, mientras que el ambiente debe desalentar una sensación de atemporalidad y de autorreflexión acogedora.

La terapia breve también implica habilidades directivas y un papel activo por parte del terapeuta, que se centra en hacer las metas lo más claras posible, ayudando al cliente en la solución sistemática y paso a paso de problemas y utilizando la presión del límite de tiempo como clave para el cambio. Esto se define por el esfuerzo del terapeuta para mejorar la condición del cliente en un corto período de tiempo, al tiempo que le ayuda a desarrollar habilidades para manejar problemas futuros de manera más efectiva.

En resumen, la terapia breve implica los siguientes principios básicos: Limitación del tiempo, enfoque en el cambio, alianza de trabajo, proactividad y optimismo del terapeuta, flexibilidad de la técnica y enfoque en los problemas de terminación. La importancia de la psicoterapia breve no es sólo médica sino social y es ampliamente practicada en contextos clínicos e institucionales como la atención primaria, los servicios de salud mental, la industria, la educación y el trabajo terapéutico con ancianos o con duelo. Es de especial relevancia para el médico general porque los pacientes que él ve son los más adecuados para esta forma de tratamiento. En los casos en que las poblaciones grandes deben ser atendidas a través de la atención sanitaria administrada, la terapia breve alienta una distribución justa y equitativa de los servicios al mayor número de personas posible. De hecho, la psicoterapia ha evolucionado a partir de un método psicoanalíticamente dominado a largo plazo que antes estaba disponible principalmente para clientes socialmente privilegiados, en un servicio breve accesible a una población mucho más amplia.

Sin embargo, ha habido mucha controversia con respecto a la moralidad y eficacia de la terapia breve, que se considera esencialmente corta y superficial, con preguntas sobre la permanencia y la profundidad de sus resultados (Wilson, 1996). Comparando ocho terapias contemporáneas a corto plazo, Sperry (1989) concluyó que ninguna de ellas estaba de acuerdo en una definición unificada, objetivos u objetivos, ni el cliente ideal para tratar. Incluso el título sí mismo connota un sentido de la negatividad y de la escasez. Por lo tanto, se ha utilizado una amplia variedad de términos como terapia psicológica consciente del tiempo, terapia sensible al tiempo, eficiente en el tiempo y costo-efectiva.

Además, la mayoría de los psicoterapeutas, en particular los que trabajan en el sector privado, sostienen que la terapia abierta a largo plazo es la forma superior de intervención y cuanto más tiempo dura la terapia, mejor mejora el paciente. Por ejemplo, la terapia de comportamiento cognitivo ha sido criticada por ser superficial, orientada a la técnica y simplista, negando la importancia del pasado del cliente, el papel de los factores inconscientes y trabajando sólo en eliminar los síntomas, sin explorar las causas subyacentes de las dificultades.

Sin embargo, la evidencia empírica demuestra que tanto la terapia a largo plazo como a corto plazo dan resultados iguales, lo que demuestra que un tratamiento breve es capaz de proporcionar tanto servicio en menos tiempo (Wells, 1994). Algunas de las investigaciones recientes han demostrado que las intervenciones terapéuticas diseñadas para un número más corto de sesiones son más efectivas que las intervenciones más largas, aunque los resultados de un ensayo aleatorio muestran que mientras la psicoterapia a corto plazo produce beneficios más rápidos, Terapia produjo ganancias más duraderas.

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