Estimulacion Temprana
Enviado por mariianans • 20 de Noviembre de 2013 • 4.607 Palabras (19 Páginas) • 193 Visitas
Estimulación temprana para niños de 0 a 3 meses
Por estimulación temprana se hace referencia a las técnicas educativas o rehabilitadoras utilizadas para tratar global, y en su caso específicamente, a los niños deficientes o con probabilidad de serlo.
Sin embargo, también se aplica a la educación infantil, ya que las necesidades educativas del niño pequeño y del recién nacido, no son exclusivas de un determinado sector infantil (sordos, ciegos...) sino que son necesarias en toda la población infantil de 0 a 4 años.
Es un periodo de vida en el que aparecen adquisiciones básicas esenciales como el control de los movimientos de la cabeza, de la posición de sentado, la coordinación visual y manual, auditiva, perceptiva, la adaptación de los sentidos al nuevo entorno y en el que se establecen las primeras relaciones con determinados adultos.
La estimulación natural, espontánea, no es suficiente pues no nos asegura que el niño tenga las oportunidades precisas y suficientes para un desarrollo adecuado.
Es imprescindible ayudar, orientar y guiar el desarrollo infantil desde las primeras edades porque el control sistemático del desarrollo infantil en todos sus aspectos, nos va a permitir en algunas ocasiones, prevenir deficiencias, corregir desviaciones o simplemente facilitar el aprendizaje.
Durante la primera etapa del desarrollo del niño, las acciones de los padres y su comportamiento afectivo con su hijo influyen en el desarrollo de determinadas potencialidades del niño.
Actividades de cero a tres meses
El primer año de vida del bebé se caracteriza por ser un periodo en el que se suceden, con gran rapidez, una serie de logros muy importantes.
El primer año se divide en trimestres con el fin de facilitar la aplicación de los ejercicios propuestos, y que se explicarán a lo largo de cuatro artículos, uno por trimestre.
Las conductas se suceden en un orden, aunque son orientativas y varían en función de las características del niño y del entorno.
Las actividades deben adaptarse a las circunstancias individuales y en su caso colectivo en las que vaya a realizarse.
Tono muscular
Ejercicios de relajación
Enrollar al bebé: Coja al bebé con una mano por la nuca y, con la otra, por los muslos, el bebé se pliega así sobre sí mismo, recobrando la posición fetal. Esta postura le calma y le relaja.
Cogerlo en brazos: Coja al niño en brazos con un solo brazo, de forma que la cabeza del bebé se apoye en su antebrazo mientras la mano de ese mismo brazo llega hasta debajo de las piernas del bebé. Así, podrá acariciarle con la otra mano.
Mecerle: Consiste en coger al bebé y balancearle. Puede hacerlo de dos formas, colocando al bebé boca abajo en sus brazos y meciéndole, o balanceándole mientras le tiene en posición vertical pegado a su pecho sujetándole la cabeza.
Posturas básicas
Tumbado
Maniobra de la bufanda o del abrazo
Tumbado boca arriba coja el antebrazo del bebé, por encima de la muñeca, y lo llévelo hacia el hombro contrario, como si quisiera tocarle la oreja, cuando note que hay una dificultad para extenderlo más, pare un par de segundos y deje que el brazo vuelva a su posición normal. Haga lo mismo con el otro brazo. La extensibilidad de ambos brazos debe ser prácticamente igual. Este ejercicio puede realizarlo dos o tres veces seguidas y varias veces al día.
El abrazo
Es el mismo ejercicio que el anterior, pero llevando los dos brazos del bebé a la vez. Tumbado boca arriba coja el brazo derecho del niño con su brazo derecho y el izquierdo con el izquierdo, y lleve sus manos cerca de las orejas del lado contrario. Espere un par de segundos y suéltele; repita el ejercicio dos o tres veces. Este ejercicio lo puede realizar desde que el bebé es un recién nacido, pero a partir de la cuarta o quinta semana de vida le resultará más cómodo.
Abrir y cerrar las piernas
Boca arriba se le coge por las rodillas y con movimientos muy suaves abra y cierre sus piernas hasta el punto en que note resistencia.
Extender las piernas
Boca abajo coja con suavidad las piernas del bebé y estírelas, manteniéndole uno o dos segundos en esta postura y dejando que después vuelva a su postura inicial.
Cogerlo en brazos
Cójale en sus brazos, en posición vertical y sujetándole la cabeza, y déjele en esta posición un rato.
Peinarle las piernas
Tumbado boca abajo, con un cepillo de cerdas suaves, o una brocha de maquillaje, "peine" las piernas del bebé desde la cadera hasta los dedos del pie, por la parte de afuera.
Peinarle los brazos
Repita el ejercicio anterior, pero con los brazos. Se comienza por los hombros y se baja hasta las manos.
De pie
Son pocas las actividades que se pueden realizar teniendo al bebé de pie, puesto que ésta no es la postura más adecuada para el primer trimestre, no obstante, se pueden aprovechar algunos reflejos que aparecen en esta posición, como son los de la marcha automática, enderezamiento y salto del escalón.
Flexionar las rodillas
Coja al niño por el tronco a la altura de las axilas, y póngale sobre una superficie dura. Con movimientos suaves elévele y bájele, de tal forma que al tocar la superficie le deje caer un poco para que flexione las rodillas.
Subir escalones
Sujete al bebé igual que en el ejercicio anterior y aproxímele al borde de una mesa, haciendo que con el pie toque el borde. Este contacto le provocará una reacción parecida a la de subir una escalera, flexionará la pierna, la subirá por encima de la mesa e, inmediatamente, hará lo mismo con la otra.
Andar
Si a continuación del anterior ejercicio inclina hacia delante el tronco del recién nacido, o del bebé en su primer trimestre, podrá observar cómo se produce el reflejo de la marcha automática.
Posturas opcionales
De rodillas
Semiflexión
Ponga al bebé encima de sus piernas y de espaldas a usted, apoyando su cabeza en su pecho, cójale por debajo de las nalgas dejando que se apoye en su brazo, poco a poco retírele el brazo y déjele unos instantes de rodillas.
Sentado
Desde los primeros días puede coger al recién nacido y colocarlo en posición sentado sosteniéndole la cabeza; la forma más cómoda es colocándole su mano sobre la cabeza y mantenerlo así un par de segundos. En esta posición el niño vuelve a encontrarse con todo su cuerpo, a enrollarse de la misma forma que lo hacía en el ejercicio que hemos llamado "enrollar al
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