Etapas del desarrollo infantil

La etapa tercera de la infancia va desde los 6 a 11 años mas menos conocidos como los años escolares básicos o período de latencia según Freud.

Freud designó esta etapa como período de latencia de la personalidad, porque creía que el niño a esa edad está más absorbido por los problemas de la escuela que por el juego o el sexo. Erikson en cambio llamó a esta etapa período de laboriosidad frente a la inferioridad, porque cree que durante los años escolares, el primer problema del desarrollo es el concepto que el niño tiene de sí mismo. El niño ha de dominar las habilidades sociales y técnicas para prosperar en la escuela y que debe enfrentarse a sentimientos de inferioridad.

Además del dominio y la competencia, se forman amistades entre compañeros de edad similar, el trato con los niños de igual edad y la marcada transformación del medio ambiente que constituye el ingreso a la escuela, dominan todo el desarrollo posterior.

Los niños de 6 a 11 años muestran un amplio rango de estatura, lo cual refleja la amplitud de las diferencias individuales en todos los aspectos del desarrollo. Las influencias ambientales también juegan un papel importante. Los niños más altos son de aquellas partes donde abunda la alimentación nutritiva y donde están controladas o totalmente eliminadas las enfermedades infecciosas.

La pérdida de los dientes de leche es un gran acontecimiento, signo de una etapa de sin igual importancia dentro de su desarrollo.

Durante este período aumenta su vitalidad, la cual se manifiesta con una mayor actividad como por ejemplo: hacer travesuras, construir y desarmar objetos, juega, corre, salta, etc. Estas conductas representan una reacción a la excesiva energía vital que posee. Se muestran más fuertes, más rápidos, con mejor coordinación y gran placer de probar sus cuerpos y adquirir nuevas habilidades. El desarrollo cerebral está relativamente completo. El niño posee un intenso sentimiento de su propio poder, llegado a la sobrevaloración de sus propias posibilidades. Se muestra seguro de sí mismo sin necesitar tanto la protección materna.

Entre los 5 a 7 años el niño se convierte en lo que Piaget llama un niño operacional. Es capaz de usar símbolos para realizar operaciones, es decir, actividades mentales. El uso de representaciones mentales de las cosas y los hechos le permite adquirir destreza en la clasificación y manejo de los números, en la selección y en la comprensión de los principios de la conservación.

El niño puede tomar todos los aspectos de una situación cuando se esté sacando una conclusión, también comprende la característica reversible de las operaciones físicas, el egocentrismo comienza a disminuir, su pensamiento se hace más estable y lógico, pero todavía no es capaz de manejar las ideas abstractas.

El período de las operaciones concretas hay cambios espectaculares en las características del pensamiento del niño entre 6 y 11 años. Hay mayor comprensión de la reversibilidad, mayor capacidad de asumir el papel de los demás, hay una nueva visión de la realidad

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