Etica y Gerencia
Enviado por cesar1983 • 27 de Septiembre de 2012 • Tesis • 10.258 Palabras (42 Páginas) • 435 Visitas
Etica y Gerencia
Espacio de reflexión sobre el marco ético que debiera respaldar los comportamientos y las decisiones, ante la diversidad cultural y la compleja dinámica social.
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domingo, 16 de septiembre de 2012
Penalia y Carcajalia: la singular historia de un país (Proyecto de investigación social)
Este es un proyecto de investigación social en el que se requiere que de manera voluntaria, se generen ideas que permitan la continuidad lógica de un relato.
Si usted desea participar, tan sólo tendrá que escribir su comentario o idea sobre el relato en construcción. Cada 15 días se incorporarán las ideas que permitan una construcción coherente del discurso, pudiendo emitir entonces una nueva idea o argumento. No hay reglas adicionales o condiciones para validar su aporte.
Las ideas que hasta los momentos han sido recibidas, permitieron generar el relato inconcluso que se muestra luego de la imagen
Penalia y Carcajalia: la singular historia de un país
En un país no muy lejano, sus habitantes no se distinguen por ser hombres o mujeres, ricos o pobres, grandes o pequeños; todos son iguales; lo único que les distingue es su estado de ánimo: tristes o alegres.
Ese país es muy pacífico. Todos están conformes y nadie protesta porque a todos les gusta su condición. Los tristes, criados bajo normas que propendían a una suerte de castidad anímica, asumieron desde siglos su apesadumbrado destino. La tristeza se convirtió en su forma de vida y se sienten muy cómodos siendo tal como son.
Por su parte, los alegres no conocen la tristeza; quizás por ello nunca pudieron entender las taciturnas costumbres de quienes son distintos en cuanto a su condición. El deleite, el goce y el regodeo con los de su misma clase, les permiten el lujo de vivir despreocupadamente. Saben que nunca se sentirán tristes porque el júbilo y la satisfacción son los dos únicos principios en los que sustentan el jolgorio de sus vidas.
No por casualidad, ese país es gobernado por una persona perteneciente al club de los alegres y no importa lo que ocurra al otro lado de sus fronteras; tampoco lo que ocurra adentro. Los alegres gobernantes no tienen por qué preocuparse por los tristes, y como los alegres siempre están alegres, pues tampoco hay que preocuparse por ellos.
El país solamente tiene dos ciudades: Carcajalia (la capital) está habitada por los alegres; la otra ciudad es Penalia en el extremo opuesto (donde viven los tristes) y nadie sabe muy bien como es. Se dice que sus moradores prefieren que no se conozca mucho su ciudad para que sus tradiciones y estilo de vida no se vea afectado por alegres curiosos, interesados en visitarla.
Le invitamos a que envíe su idea para continuar con la construcción del relato y así participar en esta investigación. Puede escribir su comentario a esta entrada, o enviar su aporte a la dirección: epateiro@grupocieg.org
Publicado por Eduardo Pateiro Fernández en 5:39 p.m. Sin comentarios: Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con Facebook
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jueves, 23 de agosto de 2012
Ética de la calle (la ética payasa)
Pequeñas vanidades y algunas mentirijillas siempre han formado parte del decorado de la personalidad, y es porque la apariencia importa, y mucho, en un mundo cuyos ocupantes se bambolean entre la supervivencia y la competición.
Pensamos que el respeto de los demás solo se obtiene mediante la imagen social que proyectamos. Dejamos de tomarnos en serio para intentar gozar del respeto ajeno, perfeccionándonos día a día en el difícil arte de simpatizar al público, y esto no es más que una irreverencia a la autenticidad.
Creemos que aunque la tragedia interior nos invada, siempre habrá un mañana para reír y hacer sonreír. Al mostrarnos socialmente dóciles y divertidos, intentamos esconder la vulnerabilidad que surge de nuestras más intimas verdades y de la densa sombra de nuestros conflictos; de este modo, la cotidianidad se nos presenta como una suerte de payasearía que discurre por el entramado de nuestra mente, no siendo necesarias vestimentas extravagantes, excesivos maquillajes o llamativas pelucas para materializar nuestras más chuscas intenciones.
Nos exhibimos al mundo no como lo que somos, sino como queremos que nos vean; por eso, la ética genuina, la que llevamos por dentro sin perfume ni almidón, es la de la calle; es la ética payasa que se traduce en el arte popular de vivir día tras día; es la que nos impulsa a sonreír ante un sufrimiento y a mitigar las penas ajenas olvidándonos por un momento de las propias; es la que nos define al poder reírnos de nosotros mismos, porque en estos tiempos vacilantes y sin tregua, lo importante no es el ayer sino el ánimo con el que nos levantemos aunque tengamos sal en las heridas.
Publicado por Eduardo Pateiro Fernández en 3:48 p.m. Sin comentarios: Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con Facebook
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viernes, 6 de julio de 2012
Yo también quiero mi bosón (a propósito del bosón de Higgs)
El reciente hallazgo de una misteriosa partícula que -según parece- todo lo puede explicar, ha causado una polémica sin precedentes en el mundo de la física. El descubrimiento del bosón de Higgs promete, y no es para menos; una partícula con tanto misterio no se encuentra todos los días; mucho menos en las kilométricas ecuaciones que -seguro estoy- han secuestrado miles de horas de sueño a Higgs y su pandilla.
La famosa partícula ya no es el producto de la imaginación matemática con la que se escudriñó el más profundo entramado de nuestros orígenes y del por qué somos como somos; hoy ya se asegura su existencia; la partícula está ahí, mírenla, es real, ¿vieron cómo se mueve?, ¿acaso no la ven?, pero si se ve clarita; ¡qué guay!
Ahora sí que es verdad. Con ese bosón se acabaron nuestros problemas terrenales; al fin encontraremos la paz, se acabará la violencia, ya no habrá necesidad de hacer largas colas desde la madrugada para renovar la licencia
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