Eutanacia
Enviado por ivainoider • 19 de Mayo de 2013 • 1.504 Palabras (7 Páginas) • 363 Visitas
Unidad académica: Preparatoria victoria del pueblo
Alumno: Carrillo Muñoz Cristian Ivan
Profesora: Martínez Días Yuridiana
Grupo/Grado: 2-1
Tema: Eutanasia
Introducción
Para empezar con todo esto, primero que nada se debe conocer correctamente el término de eutanasia y así evitar confusiones futuras. Según la Real Academia Española, la definición es la siguiente: Acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él.
En lo personal yo me encuentro a favor de la eutanasia, ya que no le encuentro sentido a una vida llena de dolor y sufrimiento (Si de por sí, hoy en día las cosas se tornan cada vez más difíciles conforme pasan los días). Sin embargo esa es solo mi opinión. Es bien sabido que este es un tema de discusión que lleva vigente por varios años y no creo que se llegue a una solución en la que todos o la mayoría se ponga de acuerdo, ya que esto crea una gran polémica en varios aspectos, tanto políticos como religiosos, además de mencionar que sus ventajas y desventajas están más que niveladas, lo cual hace aún más difícil el hecho de declarar como “correcta” a una postura en este tema, la cual llegue a abarcar todos los aspectos en existencia.
La eutanasia tuvo sus orígenes en la civilización griega. La misma era aprobada por el estado, ya que los gobernadores contaban con veneno para todo aquel que deseaba morir, otorgándoles a su vez una autorización oficial: “Quien no desee vivir debe exponer los motivos al Senado y una vez lo haya recibido, puede quitarse la vida. Si existencia te resulta odiosa, muere. Si el destino te es cruel, bebe cicuta. Si la pena te abruma, abandona la vida. Deja que el infeliz relate su desgracia, deja que el magistrado le proporcione el remedio para que él mismo pueda ponerle fin”. Esto sucedía básicamente en Atenas, Quíos y Massalia.
Grecia era una sociedad que aceptaba la eutanasia como práctica ideada hacia un buen morir, con la finalidad de evitar la mala vida. Sin embargo, esta práctica tiene sus defensores y detractores desde la antigüedad, hasta nuestros días. Por ejemplo, desde épocas muy remotas quienes defendían a la eutanasia eran Sócrates y Platón, quienes se aferraban a la idea de que una enfermedad dolorosa y que llevara a un alto sufrimiento, sería una buena razón para dejar de vivir.
Si nos dirigimos al ámbito político, la práctica de la eutanasia queda totalmente prohibido por cualquier religión, ya que al practicarla estamos dando fin a la vida de una persona, cosa que se supone, solo dios tiene la autoridad para crear y desaparecer la vida. En otras palabras, nos estamos atreviendo a jugar en roll que no nos corresponde, el de Dios.
Otro punto sobre esto es que como seres humanos, la religión nos inculca a cuidar y respetar al prójimo, ayudarlo cada vez que esté en nuestro alcance y el acabar con la vida de alguien más (aún bajo su consentimiento) es considerado como un asesinato, véase por donde se vea.
Según la iglesia católica: No es correcto matar a un paciente para no verle sufrir o no hacerle sufrir, aunque aquél lo pida. Ni el paciente, ni los médicos, ni los familiares tienen la facultad de decidir o provocar la muerte de una persona. No tiene derecho a la elección del lugar y del momento de la muerte, porque el hombre no tiene el poder absoluto sobre su persona y su vivir, con mayor razón, sobre su muerte. No se puede decir que una vida es más o menos plena dependiendo del estado de la salud o si es útil o no. Toda vida merece ser vivida. Todo hombre tiene el deber de vivir su vida conforme al designio de Dios. Esta le ha sido dada para dar frutos en la tierra, y no para ser destruida a su antojo.
Oponerse a la eutanasia no es postura exclusiva de quienes creen en Dios, pero para éstos es algo natural y no renunciaba: para ellos la vida es don gratuito de Dios y nadie está legitimado para acabar con la vida de un inocente.
Ya pasando al lado político, se dice que la eutanasia debe considerarse como el derecho a la muere.
El caso Sampedro, según ha reconocido la presidenta de la Comisión, ha sido el detonante de este repentino interés.
Aunque lo nieguen ahora, el mantenimiento de la población anciana será el problema social
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