Evaluación Capacitacion En El Puesto De Trabajo
Enviado por patvbell • 25 de Agosto de 2014 • 5.709 Palabras (23 Páginas) • 166 Visitas
“LA CONSTRUCCION DE LA IDENTIDAD, FALLAS EN LA CONSOLIDACION DEL SENTiMIENTO DE SI MISMO: LA IDENTIDAD NEGATIVA”
PARTE I Exponente: Lic. Marcela Alvarez
Concepto de identidad.
INTRODUCCIÓN: REFLEXIONES PRELIMINARES.
En la vida del hombre y la mujer están siempre presentes las preguntas: ¿quién soy yo?, ¿quiénes somos nosotros? En el transcurso de la vida se les da respuesta una y otra vez, sin contestarlas jamás completamente. Por mucha claridad que a veces se alcance, estas preguntas vuelven a surgir.
Para la psicología, la identidad es una necesidad básica del ser humano en tanto poder responder a la pregunta de quién soy yo? es tan necesario como recibir afecto o el alimentarnos.
La respuesta que se logra no es absoluta y siempre está cambiando, pero nunca dejamos de buscarla.
Erich Fromm plantea que: "esta necesidad de un sentimiento de identidad es tan vital e imperativa, que el hombre no podría estar sano si no encontrara algún modo de satisfacerla".
Según lo que él expone, la identidad es una necesidad afectiva ("sentimiento"), cognitiva ("conciencia de sí mismo y del otro como personas diferentes") y activa (el ser humano tiene que "tomar decisiones" haciendo uso de su libertad y voluntad).
La identidad es como el sello de la personalidad. Es la síntesis del proceso de identificaciones que durante los primeros años de vida y hasta finales de la adolescencia la persona va realizando.
Se puede afirmar, entonces, que la identidad tiene que ver con nuestra historia de vida, que será influida por el concepto de mundo que manejamos y por el concepto de mundo que predomina en la época y lugar en que vivimos. Por lo tanto, hay en este concepto un cruce individuo-grupo-sociedad, por un lado, y de la historia personal con la historia social, por otro.
Los individuos, los grupos y las culturas tienen conflictos de identidad. Hay una identidad personal y varias identidades colectivas que debemos siempre de aunar en nuestro análisis.
No hay un solo "nosotros", sino varios, no excluyentes, sino superpuestos en la unicidad de la persona. Así, hablamos de: "nosotros los seres humanos", de "nosotros los latinoamericanos" o de nosotros "los argentinos”.
La identidad distingue nuestro colectivo de otros, así como la identidad individual distingue a nuestra individualidad de otras. La identidad colectiva es a la vez común y diferente, según el contexto. Por ejemplo, "nosotras los docentes" se opone a los "no docentes". El nosotros, es móvil y contextual. Son muchas las identidades colectivas y algunas incluyen a otras.
En algunos contextos culturales se da mayor relevancia a algunos "nosotros" (por ejemplo, "nosotros los blancos" – Sudáfrica, EEUU que son países que históricamente han tenido como colectivo social el tema del racismo) y, por lo tanto, cualquier otra característica queda relegada a un segundo plano. Tal es el caso de las culturas racistas, etnocéntricas o sexistas (las mujeres no pueden estudiar carreras profesionales (Iraquíes) Los puestos gerenciales solo pueden ser ejercidos por hombres etc. Así, la imagen de "ellos" (por ejemplo, "ellos los de color", los e tal religión etc.) implica prejuicios y segregación, lo que revela un conflicto de identidad en quienes han creado el "ellos". Lo que el "nosotros" no logra asimilar, lo proyecta hacia un "ellos" reprimido y negado en el interior del propio grupo. En palabras de Erickson, "ellos son los que padecen la diferencia fatal". Un buen ejemplo es el de los negros para los blancos racistas.
Por suerte el mundo ha ido evolucionando y si bien aun en algunas partes del mundo se dan estas situaciones de marginación y racismo en general hoy gracias a la Globalización y la mayor comunicación hay actitudes que se han ido erradicando. No obstante el prejuicio social aun esta presente desde otros lugares.
Continuando con nuestro tema. Toda identidad va cambiando y supone alteridad. No se puede reconocer una identidad, si a la vez no se reconoce una alteridad que se presenta como su antagonista. Por ejemplo, para algunos yo puedo ser culto y para otros ignorante o mediocre. Estos antagonismos nos crean conflictos con los demás, pero también con nosotros mismos. Si el otro no confirma mi identidad, se transforma en una amenaza y es frecuente que se intente evitar el contacto con aquellos que nos amenazan, que ponen en riesgo mi identidad, mi autoimagen y mi autoestima. Recordemos lo que A. Maslow plantea en su Escala de necesidades Básicas, pone como una necesidad básica humana la necesidad de Afiliación, esto es ser parte de, sentirse reconocido por. En otras palabras el sentido de pertenencia.
Respecto a esto como origen el primer lugar en donde cada individuo necesita sentirse identificado y pertenecer es a su familia de origen. Vemos en muchos adolescentes que no se sienten identificados con su familia, se sienten excluidos por ella, o ellos la rechazan por alguna razón.
En resumen, la búsqueda de identidad, su crisis y su pérdida constituyen un centro de preocupación e investigación actual. El individuo, el grupo, las sociedades aspiran a coincidir al si mismo con el contexto en donde habita. El tema de la identidad afecta a todas las sociedades y a casi todas las disciplinas.
Se puede decir que la identidad es evolutiva y está en proceso de cambio permanente, lo que implica la afirmación de particularidades, pero también de diferencias y relaciones con los otros. Se trata de una pregunta siempre presente y cuya respuesta se busca en imágenes, fragmentos, recuerdos, historias, relaciones con uno mismo y con otros, esos "otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia".
Si tomamos en cuenta ahora en que momento se define una determinada identidad, nos encontramos que fundamentalmente se va edificando a través de determinadas identificaciones que el sujeto va realizando en interacción con las personas significativas de su ambiente hasta alrededor de finales de la adolescencia (20 años aproximadamente y algunos mas probablemente)
Conformar una identidad es establecer un centro de gravedad en torno al si mismo, que implica esto que mas allá de los cambios internos y externos, mas allá de los nuevos conocimientos y saberes que uno incorpora, hay un Yo relativamente unificado, esto implica que el sujeto construye en casi dos décadas de existencia una posición básica de ser en el mundo que lo acompañara a lo largo de toda su vida, mas allá de los ajustes y replanteos posteriores que su existencia pueda depararle.
Esto significa que cada uno de nosotros tendremos determinados
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