Formacion Docente

La práctica educativa de los docentes es una actividad dinámica y de reflexión donde se comprende los acontecimientos ocurridos en la interacción entre maestros y alumnos. Esto no se limita al concepto de docencia, es decir, a los procesos educativos que tienen lugar dentro del salón de clases, donde se incluye la intervención pedagógica ocurrida antes y después de los procesos interactivos en el aula.

Para que una clase sea funcional el docente debe de planearla de acuerdo a las características de los alumnos, que sea dinámica, atractiva, de interés para ellos, ya que se motivaran en las actividades a realizar durante la clase.

La interacción del ser humano con el medio en el que se desarrolla esta atribuida por la cultura desde el mismo momento del nacimiento, y los padres, los educadores, los adultos y en general las personas que rodean al niño estos actúan desde el principio como agentes de esta mediación. A partir de las diversas oportunidades que se le presenta al establecer relaciones interpersonales con estos agentes mediadores de la situación, el ser humano puede llegar a desarrollar procesos psicológicos superiores.

Es así que las tareas académicas e investigativas que son importantes para el profesional de la educación, se suma la de comprender la acción educativa como una alternativa de desarrollo social, cultural y humano y hacerlo realidad con su intervención. Es obvio que estos elementos son parte de la educación, ya que el ritmo que avanza el mundo en la actualidad y los fenómenos que inevitablemente se han venido desarrollando: la globalización y el acelerado avance tecnológico entre otros, están haciendo que los individuos transformen en general sus maneras de interactuar, sus valores, intereses y se ha hecho evidente el desarraigo cultural y la perdida de la identidad.

Con el fenómeno de la globalización, la población especialmente en niños y jóvenes se ve abrumada con una cantidad de imágenes, modelos e ideas que, aunque le son ajenas, vienen con una fuerza avasalladora tal que son las que ellos asumen. No hay una identidad que nos defina como pueblo latinoamericano, no se reconoce, no se ha construido.

La escuela y el maestro deben comprender que la población que asiste a su encuentro, no tiene las mismas características y que es necesario irnos transformando nosotros mismos, para poderlos entender. Jesús Martin Barbero hace una propuesta interesante sobre los tres saberes que los maestros de hoy debemos de manejar para llevar a cabo una efectiva intervención con los grupos humanos de nuestro tiempo.

Los saberes lógico-simbólicos, en los que se expone los nuevos y múltiples lenguajes, escrituras, símbolos y ambientes que han construido los sujetos en su interacción con la ciencia, la tecnología, la lógica de las redes computacionales y las hipertextualidades.

Los saberes lógicos que están fuertemente ligados con los elementos

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