Función Del Orientador En Secundaria.

1. Funciones y roles del orientador en Secundaria.

Centrándonos en las funciones o papel del orientador en la Educación Secundaria,

nos debemos dirigir al ámbito del centro para enmarcar la figura del orientador en

esta etapa. Las funciones que han de ejercer los orientadores, y por tanto el

Departamento de Orientación en esta etapa educativa son numerosas, pero se

pueden agrupar de diferente manera, siguiendo a Sanz Oro (1999):

- El apoyo al proceso enseñanza-aprendizaje

- Orientación académica y profesional

- Acción tutorial

- Enlace con los servicios de apoyo externo

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- Atención especial a los programas de integración escolar de alumnos con

minusvalías, programas de diversificación curricular y de garantía social

(específica en Andalucía).

Estas funciones citadas no son sólo de carácter orientador sino además tienen un

carácter curricular. Los orientadores del Departamento han de conocer las

necesidades educativas y orientadoras del centro para que en función de éstas,

tracen u Plan de Orientación y Acción Tutorial que se incluirá en los Proyectos

Curriculares de Centro.

2. Cómo atiende el orientador a la diversidad.

La escuela ha sido, es y seguirá siendo un reflejo de la sociedad, la cual transforma

la escuela y le da sus características.

Definir qué es la diversidad es una actividad compleja, de ahí que este concepto sea

concebido bien como algo positivo porque es fuente de enriquecimiento que

favorece la interacción en el ámbito educativo y cohesiona la sociedad; o bien como

un problema, una dificultad insalvable que es entendida como la responsable de la

pérdida de nivel académico y de la degradación de la convivencia en las aulas. Lo

único que esto ha conseguido es que se tenga una visión negativa de la escuela y

los institutos.

Actualmente, la atención a la diversidad es considerada como algo positivo o

negativo, simplemente es entendida como la respuesta adecuada a las distintas

necesidades e intereses y capacidades del alumnado dentro de una misma aula.

A la hora de atender a la diversidad se deben tener en cuenta ciertos aspectos:

- La diversidad es responsabilidad de todo el profesorado sin excepción y

estamos en un error si pensamos que eso no es así. Ésta es una responsabilidad

compartida, es trabajo en equipo del profesorado.

- Las medidas adoptadas para la diversidad están dirigidas a todo el alumnado.

- La diversidad no lo puede todo, sino que tiene ciertos límites. La mayoría de

las críticas que recibe nacen de la falta de aceptación de determinadas situaciones y

la propia incapacidad para asumirlas.

Es muy importante considerar que la experiencia, el perfil humano, la formación, el

conocimiento de los individuos y la capacidad de trabajo en equipo son la mejor

garantía para enfrentarse a la diversidad de centros y alumnos.

El orientador del centro debe implicarse en todo el proceso y, por tanto, debe velar

por:

a) Promover la toma de decisiones educativas. Para ello lo principal es

conocer y analizar cada situación desde las diferentes perspectivas posibles

definiéndola con claridad. La intervención que se realiza sobre la causa del

problema, por pequeña que sea, es siempre un elemento de mejora.

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b) Introducir elementos de calidad educativa en la organización escolar,

incorporando criterios para hacer más eficaces las estructuras de diversidad:

- Implicación: como ya se ha comentado anteriormente es primordial la

participación de todos los componentes del centro, lo cual hará que se

consigan los propósitos planteados con éxito.

- Comunicación: se debe garantizar la creación de espacios para la

comunicación y además comprobar que las reuniones sean útiles y eficaces.

Esto supone la elaboración de calendarios de trabajo, horarios,…

- Flexibilidad: hay que atender a todos los alumnos.

- Integración: el orientador ha de promover estructuras abiertas, que

respondan a necesidades generales y que a la vez permitan atender a estos

casos de la forma más normalizada posible.

c) Posibilitar cambios y adaptaciones del currículum: los cambios que

hagamos en el currículum no tienen por que ser significativos ni individualizados. La

finalidad de estas adaptaciones es lograr que el currículum se convierta en una

herramienta integradora y abierta que ofrezca respuestas a la mayoría.

d) Promover la implantación de programas educativos. Esta implantación

se debe imponer como una prioridad ya que estos programas atienden a todo el

alumnado, mejoran su motivación, trabajan aspectos transversales desde un punto

de vista global, implican al claustro y potencian el trabajo en equipo de los docentes,

y además permiten generar actividades alternativas a las propiamente académicas.

El orientador debe participar en la docencia de aspectos psicopedagógicos a través

de programas relacionados con la mejora de la competencia social, la resolución de

conflictos, la mediación, la mejora de la inteligencia, las técnicas de estudio o la

orientación académica y profesional.

e) Colaborar en la evaluación psicopedagógica. Según Belmonte (1998)

ninguna estructura de trabajo debe ser independiente del contexto, puesto que

propone la evaluación como una herramienta esencial que haga posible un diseño

adecuado de la respuesta educativa dada la necesidad de adaptar las tareas a las

potencialidades de los alumnos; y otros autores la plantean como el proceso que

provee de razones para una más correcta toma de decisiones.

Por nuestra parte, defendemos que la evaluación psicopedagógica no es una

función exclusiva del orientador de centro puesto que debe ser una tarea conjunta

que atiende a la globalidad del alumno desde la valoración de todos los agentes

implicados en dicha educación. Para llevarla a cabo se comienza con la evaluación

académica y sigue con las valoraciones de todos los profesores y tutores.

La función del orientador es conseguir esta información, ordenarla y darle forma.

Además, debe estar preparado para complementar todas esas valoraciones con su

propia aportación, experiencia. Dicha evaluación se realizará mediante la aplicación

de pruebas estandarizadas, proyectivas o la propia observación

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