Gestacion Del Perro
Enviado por nandy1293 • 4 de Octubre de 2013 • 4.298 Palabras (18 Páginas) • 355 Visitas
Hemos hecho una serie de reflexiones sobre la idoneidad de hacer criar o no a la perra, sobre los riesgos que esta decisión entraña y vimos además qué es lo que hay que propiciar y evitar para asegurarnos una gestación sin sobresaltos.
Conoceremos un poco más a fondo cómo transcurre el embarazo, desde el momento mismo de la concepción hasta el día del parto; un total de entre 58 y 63 días de evolución y cambios permanentes, tanto físicos como psicológicos, en la hembra, que se irán haciendo más visibles según transcurran las semanas.
Veremos cómo preparar todo lo necesario para que no haya sorpresas de última hora.
Pongámonos pues, ¡manos a la obra!
SIETE FACTORES QUE GARANTIZAN UN EMBARAZO SIN SOBRESALTOS
VACUNACIÓN Es siempre importante que la hembra haya sido totalmente revacunada (parvovirus, coronavirus, moquillo, hepatitis infecciosa, leptospirosis, adenovirosis, parainfluenzatos de las perreras), en un plano no superior a los seis meses de la fecha prevista para el parto, para garantizar la mayor inmunidad de su prole.
ANÁLISIS PREVIOS Es fundamental realizar análisis concretos (frotis vaginal y espermiografia) que descarten tanto en el macho semental como en la hembra, posibles infecciones por Brucella canis y por Herpesvirus canino, dado que ambos cuadros ponen en serio riesgo no solo la propia gestación sino mas adelante la salud de los recién nacidos y de la propia madre.
DESPARASITACION La perra deberá ser desparasitada con un vermicida de amplio espectro y de toda solvencia, en las 48 horas anteriores a la primera cubrición. Con posterioridad será nuevamente desparasitada a los 20 y a los 50 días de la primera cópula y, una vez haya tenido lugar el alumbramiento, siempre que lo sea su prole.
ALIMENTACIÓN Es importante que la gestante vea incrementada la calidad de su dieta durante la segunda parte del embarazo y que, asimismo, aumente la cantidad de alimento en función del peso que vaya adquiriendo y del número de fetos contabilizados; igualmente es imprescindible que cuando empiece a adquirir mayor volumen la cantidad diaria de pienso a administrar, sea dividido en varias tomas para facilitar su digestión y asimilación.
EJERCICIO Durante la primera etapa del embarazo --cuando todavía no existe un aumento del volumen abdominal-- la perra podrá realizar el ejercicio habitual, siempre bajo estricta vigilancia del dueño para evitar "accidentes".
Toda vez que empiece a constatarse el incremento en peso y tamaño de la barriga, se reducirá el tiempo de cada paseo si bien se incrementará el numero de salidas a la calle, para que el animal pueda aliviar su vejiga e intestino varias veces al día. En la segunda fase de gestación es fundamental evitar los grandes esfuerzos (escaladas, saltos, carreras alocadas, etc.) y procurar que los paseos tengan lugar en lugares de poco "ajetreo" para evitar posibles
encontronazos con perros desconocidos, violentos o agresivos.
PRECAUCIONES Se extremarán al máximo para evitar que de alguna manera el animal entre en contacto con productos, plantas o animales venenosos.
CONTROLES VETERINARIOS En condiciones normales bastará con un par de visitas; la primera para diagnosticar el embarazo mediante ecografía y la segunda para reconfirmar el numero de fetos y su colocación mediante radiografía.
Las nuevas tecnologías permiten confirmar la gestación con toda seguridad a partir del día 23-24 de realizada la primera monta, mediante estudio ecográfico, facilitando el recuento del número aproximado de fetos y, a través de la medición de los mismos y de la media arrojada, permitiendo calcular incluso la fecha estimada para el parto. Esta es una herramienta muy útil para todo propietario responsable que quiera hacer las cosas bien desde el principio.
Se trata de un procedimiento indoloro, rápido y de resultado inmediato, pero para mayor garantía es importante que la persona que maneje el aparato ecógrafo esté perfectamente cualificada para hacer una adecuada lectura de las imágenes que éste arroja, dado que sólo así se obtendrá una información realmente útil y fehaciente.
Cabe decir que aún cuando en apariencia, durante las primeras tres semanas de gestación, no hay signos evidentes de embarazo, la futura mamá está sufriendo una serie de cambios hormonales paralelos al desarrollo de los pequeños embriones que se gestan en su interior.
Es esencial que tanto en esta primera etapa, cuando podrían producirse una serie de malformaciones en los futuros cachorros derivadas de un inadecuado manejo de la gestante, como en las semanas siguientes, a la perra se la atienda convenientemente, proveyéndola del máximo confort, de una adecuada higiene y de una alimentación sana y completa para que luego no tenga que haber ni sobresaltos ni lamentaciones.
No es cuestión de meterla en una urna de cristal de la que no haya de salir hasta que los cachorros tengan diez o doce semanas de vida y estén listos para ir a sus nuevos hogares, ni mucho menos; tampoco es cuestión de engordarla por aquello de que haya de comer por catorce… ¡nada de eso! La cuestión es que la futura mamá tendrá que ser objeto de ciertas regalías, evitando todo tipo de condiciones extremas y propiciando ciertos “placeres” como por ejemplo paseos regulares, amenos, divertidos y variados, alimentación de calidad (que no significa en cantidad), extremando además su aseo pues de todo ello y de una correcta desparasitación, dependerá en buena medida el mejor transcurso del parto en sí y luego el adecuado desarrollo de los bebes y la correcta recuperación de la madre.
Pero veamos un poco cómo transcurre el embarazo y de qué “cambios” estamos hablando; la fecundación se produce en el momento mismo en que los espermatozoides se encuentran con ovocitos fértiles; a los cuatro días de que cada óvulo haya sido fecundado comienza la multiplicación celular y es a los ocho días cuando cada futuro embrión ya cuenta con ocho células y tiene el aspecto de una mora, de ahí que se le llame “mórula”. Las mórulas se instalan en el útero a las 24 horas y una semana más tarde, se forman unos blastocitos que flotan aún libremente por el útero. Tres días más tarde comienza a desarrollarse la placenta de cada futuro embrión.
Veinte días después de la fecundación, ya podemos hablar de embriones propiamente dichos, que se adhieren a las paredes de los cuernos uterinos; desde ese momento en adelante comienza un desarrollo si cabe aún más veloz de cada futuro individuo. El sistema nervioso está ya casi perfectamente formado y en unos pocos días más, a las cuatro semanas, cada embrión tiene ya un tamaño de entre 14 y 18 mm. De ahí que entre
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