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Goce y fantasma: psicoanalisis en la actualidad.


Enviado por   •  26 de Junio de 2016  •  Ensayo  •  1.695 Palabras (7 Páginas)  •  252 Visitas

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El goce en la época

Desde su corta fundación el psicoanálisis ha conseguido conceptualizar términos claves que han permitido comenzar a dilucidar una teoría sobre la constitución y problemática del sujeto. Estas conceptualizaciones siempre han tenido la peculiaridad de haber surgido de la clínica, es decir, de la escucha del sujeto que se   presenta siempre desde las singularidades de su contexto histórico. Por esto es evidente que, lejos de ser definiciones estáticas, muchos conceptos en psicoanálisis se nos aparecen con amplio campo semántico que les permite siempre tomar nuevos sentidos a medida que se enriquecen de las nuevas experiencias de la clínica contemporánea.

Es importante entender el proceso de construcción histórica por los que han atravesado los conceptos psicoanalíticos. Este ejercicio podría facilitar el entendimiento de lo que hay de nuclear en la polisemia de los conceptos. Solo así estos pueden pasar ha ser herramientas de producción frente a las nuevas circunstancias de la época y no estancarse en frases repetitivas de las que no se obtiene un mayor sentido.

De esto no hay que entender que con el tiempo las definiciones se desechan sino que estos conceptos se usan para explicar al hombre en su complejidad. Y que por lo tanto, deben responder a las nuevas formas de presentaciones de las personas. Es decir, una comprensión histórica de los conceptos no implica una desaprobación de lo “desecho”. Mas bien  esto comprende una elaboración que permite enfrentarse a las nuevas cuestiones que se nos plantean sobre la problemática del sujeto.

Por esto el motivo del siguiente trabajo es la conceptualización de un término fundamental de la teoría psicoanalítica hasta sus más últimas elaboraciones. Y a la vez esbozar una explicación de algunos fenómenos contemporáneos a partir de las actualizaciones de este conceptos. Se hará una definición del goce aplicada a la época.

Ya desde las primeras elaboraciones de Freud respecto a lo traumático se funda la existencia de algo que tiende a la demasía, a lo insoportable o indecible. Y es sobre esto que actuará el sujeto intentando darle sentido a través del deseo que, al estar regulado por los significantes, puede encontrar su causa última en un objeto concreto que lo salva de la infinitud. Esto lo deduce bien Carlos Bermejo en su artículo en la revista A-mudamientos acerca del goce:

Suele ponerse de manifiesto que si hay que intentar mantener el placer en unos parámetros “homeostáticos” es porque un exceso pasa a ser displacer. Ésa es la doctrina que subyace en la primera teoría de lo traumático; el exceso de placer para la obsesión y paradójicamente la insatisfacción en la histeria. Lo que no suele ponerse de manifiesto es que ya se incluye en esas elaboraciones, sin manifestarse demasiado, que hay un proceso previo que no está gobernado por dicho principio. Lo que indica que este principio intenta ponerle orden. El más allá del principio del placer está presente en las primeras teorizaciones de Freud. (Bermejo, 2010)

De aquí obtenemos la primera conclusión con respeto al goce que siempre será un exceso que es vivido por fuera del placer en el cuerpo. De esto también vale rescatar que se busca su regulación a través del deseo siendo este una medio de ponerlo al nivel de la cadena de significantes. E igual de importante es resaltar que este intento de regulación a través del deseo es siempre fallido pero no por eso menos importante o beneficioso.

Y aunque por fuera del campo significante el goce no se ve alejado por completo de este. De hecho es la instauración del significante lo que da origen a un lugar en la subjetividad que será para el goce. Este lugar tendrá la peculiaridad que es lo que queda por fuera del significante que llego a marcar, es decir, el sin sentido en el que se funda el sujeto. Así lo explica María Paula Castelli en su articulo “Sobre una de las lecturas posibles acerca del goce en Laca”:

En otras ocasiones el “goce” está referido a un efecto lógico de la estructura significante. En este caso, nos encontramos que al recortar ciertos pasajes del Seminario El reverso del Psicoanálisis5, se puede plantear a modo de hipótesis, que el término goce hace referencia a un lugar en la estructura, lugar que parece resultar necesario lógicamente, por la incidencia misma del significante. (Castelli, 2010).

En este punto cabe destacar que el ordenamiento que intenta realizar el deseo a través de los significantes no es alzar. Este proceso sigue una lógica intrínseca del sujeto que se instaura a partir de un posicionamiento imaginario frente a un hecho que impacta por su sin sentido. Este proceso es comandando por el fantasma que dictará la posición desde la cual se enfrentará a ese exceso fuera del sentido, el objeto a, el plus de gozar. Bruce Fink en su articulo “fantasía y fantasma fundamental: una introducción” rescata un fragmento clave de la obra de Melanie Klein en la que desarrolla esta mecánica del fantasma:

En la perspectiva kleiniana […] todo el aprendizaje, por así decir, de la realidad por parte del sujeto, es primordialmente preparado y fundamentado por la constitución esencialmente alucinatoria y fantasmática de los primeros objetos, clasificados en buenos y malos objetos, al fijar éstos una primera relación primordial que, en la continuación de la vida del sujeto, dará los tipos principales de las formas de relación del sujeto con la realidad. Se llega así a la noción de que el mundo del sujeto está hecho de su relación fundamentalmente irreal con objetos que no son sino el reflejo de sus pulsiones fundamentales. (Fink, 2005)

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