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Enviado por carolinaperoli • 9 de Marzo de 2015 • 1.405 Palabras (6 Páginas) • 140 Visitas
PSICOLOGIA POLITICA
Para juzgar de la pertinencia, utilidad y alcance de la psicología política es conveniente en primer lugar decir qué se entiende por ella. Mucha de la psicología política que se hace deriva de una psicología social orientada hacia el conocimiento de los fenómenos políticos. Pero no es la única. Otra tendencia relevante deriva de la psicología clínica y de su interés en el carácter más o menos patológico de las grandes figuras políticas. Hombres y mujeres políticos cuyas acciones, decisiones e ideas expresadas en sus discursos (otra forma de la acción), han influido en las sociedades y por ende en las vidas de las personas que las integran. Varía el origen, pero la función es la misma: aplicar la psicología a la comprensión de la política.
Desde los inicios de su sistematización como una rama académica de la psicología (mediados del siglo XX), pero no desde sus orígenes en las ciencias sociales (fines del siglo XIX), ha predominado la definición que ve a la psicología política como el estudio de la interacción entre fenómenos políticos y procesos y fenómenos psicológicos (cf. Brückner, 1971; Horkheimer, 1971; Grohs, 1971; Stone, 1974; Hermann, 1986; Gross Stein, 2002). Su aporte fundamental sería entonces dar explicaciones teóricas de fenómenos políticos, a partir de teorías y conceptos psicológicos.
Un ejemplo es la posición de Gross Stein (2002: 79), quien considera que una PP debe estudiar la interacción entre "Patrones de pensamiento, sentimiento e identidad políticos, la interacción entre esos patrones, y su impacto en la elección política y otras formas de conducta política". Es decir trabajar sobre fenómenos y procesos psicológicos en relación con su ocurrencia en el campo político. En 2002 Hermann modifica su posición diciendo que la PP es, "como la economía política o la cultura política", otra "manera de comprender la política"; una "manera de describir el rol que juega la gente en la política y como tal, representa una construcción de la realidad política" (p.46). En este caso, quizás la posición epistemológica se modifica al admitir el principio construccionista, pero no así la base ontológica. La nueva definición es una vez más, una forma de interacción entre dos campos separados. Las definiciones de Lasswell (1930/1953); Stone (1974); Hermann (1986) y con ellos la gran mayoría de los psicólogos anglosajones y muchos europeos que trabajan el tema, son de este tipo.
UNA PSICOLOGÍA INDEPENDIENTE Y UNA SOLA ESFERA
Una discusión mas reciente, busca marcar la distinción entre ciencia política y psicología política, proponiendo abandonar la definición tradicional antes mencionada, que para algunos podría ser considerada como sujeta a la influencia de la politología, de tal modo que se la acusa de dependiente al constituir una rama de la ciencia política (Sabucedo, 1996), incluso denominándola "ciencia política psicológica" (CPP) (Krosnick & Mc Graw, 2002). Una especie de reservorio de explicaciones donde la CP buscaría ciertas formas de comprensión aplicables a los hechos políticos. De hecho, para algunos autores (Trognon & Larrue, 1994, p.e.), no hay una PP sino una psicología social de la política. Y vista así, la PP sería una disciplina auxiliar de la CPP.
Debido a eso Krosnick y McGraw (2002) exhortan a desarrollar una psicología política "propiamente dicha" (PPPD)1 cuyo objetivo debería ser el producir teorías en su campo específico de estudio que pudiesen aplicarse a otras ramas de la psicología, en lugar de tomar teorías desarrolladas en la psicología y trasladarlas a estudios generados en el campo de la ciencia política. Las teorías de esta PPPD deberían ser hechas en función de aspectos sustantivos, conceptuales y metodológicos, tomando en cuenta el contexto político, que es un ámbito natural de la conducta social humana, para generar principios psicológicos de carácter general pancontextuales, que pudiesen enriquecer todo el ámbito de la psicología; incluyendo en él lo político, pues también es objeto de la conducta humana.
Esta discusión es señal de que la condición definitoria de la PP no está de ninguna manera establecida, ni zanjadas las discusiones y dudas respecto de ella. Punto este que ha sido tratado por Billig (1986) para distinguir entre una PP que, como luego han dicho Krosnick y McGraw (2002), incluiría a la política como parte de su objeto de conocimiento; en tanto que la
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