Historia sobre el tabaco
Enviado por Claudia Muciño • 25 de Noviembre de 2016 • Documentos de Investigación • 1.876 Palabras (8 Páginas) • 217 Visitas
Historia sobre el tabaco
El tabaco se lleva fumando en los países de América desde hace miles de años. Su uso varía de país a país o de cultura a cultura, siendo sus principales usos como una sustancia ritual, medicinal o lúdica y tomándose fundamentalmente fumada.
Los nativos llamaban tabaco a las hojas enrolladas de esta planta. Para fumarla la introducían en una especie de pipa en forma de «Y», la encendían por los dos extremos y la chupaban o sorbían. También podían aspirar el humo del tabaco colocando en la nariz las dos astas de la Y.
Otro modio que tenían para fumar consistía en introducir tabaco por una de sus partes, lo prendían y aspiraban el humo por el otro.
Su poder ritual, ceremonial, religioso y medicinal era evidente para muchas culturas americanas precolombinas, y lo sigue siendo aún hoy para algunas.
Siguiendo con la historia del tabaco y su introducción en Europa, fue Jean Nicot, embajador francés en Portugal, el que introdujo su consumo en Francia, al enviarle en 1570 a la reina Catalina de Médecis polvo de hojas de tabaco para sus fuertes jaquecas. Al desparecerle las molestias a la reina, el tabaco se hizo popular en la corte francesa y luego en otras europeas. El nombre botánico de la planta, Nicotiana Tabacum, se debe a Jean Nicot.
Tipos de consumo de tabaco
Actualmente, el tipo de tabaco más consumido son los cigarrillos fumados. A lo largo de la historia las modas, usos y costumbres nos han dejado varias formas de fumar. En España el tabaco se ha consumido en polvo, como cigarro puro, liado, en pipa y mascado. En otros países hay otras formas de fumar, especialmente al mezclas el tabaco con otras sustancias (por ejemplo, bidi en la India).
El tabaco en polvo fue el modo en que el tabaco se propagó inicialmente por Europa, facilitando así su uso medicinal. Su auge se produjo en el siglo XVIII. Se tomaba aspirado (esnifado) por la nariz, adquiriendo el polvo de tabaco español gran renombre por su finura y porque era perfumado con agua de Azahar en la fábrica de Sevilla. A finales del siglo XVII comienza la decadencia definitiva del uso del tabaco en polvo en España, siendo consumido en el siglo XIX sólo en Galicia y entre los religiosos.
El cigarro o puro se caracteriza por estar formado en su integridad por tabaco, tanto su contenido como su envoltura.
De ahí quizá su nombre de puro para diferenciarlo del impuro, aquel formado no sólo por tabaco, sino por otros componentes, como le ocurre al cigarrillo, que inicialmente era enrollado en hojas de maíz y posteriormente en papel.
El cigarrillo es el modo más habitual de fumar tabaco actualmente. Las primeras descripciones del consumo de tabaco en envolturas del tabaco en hoja de maíz eran tradicionales, utilizándose en menor medida la hoja de otras plantas. Debemos pensar que la cantidad de nicotina y otros componentes que contenía este tabaco era muy superior a la actual. Sin embargo, la porosidad de la hoja de maíz permitía reducir la fuerza y suavizar la ingestión de nicotina y otros componentes.
Otra forma de fumar que hoy no se utiliza en España es el tabaco de mascar. Era frecuente en América. Se colocaba entre la encía y la mejilla un trozo de tabaco y polvo de conchas de almejas y se mascaba esa composición. Este tipo de tabaco tiene un consumo importante en los jóvenes del norte de Europa y en Estados Unidos. En España no está permitida su comercialización.
Contenido del tabaco
En la combustión del tabaco se producen más de 4000 componentes que se han podido aislar químicamente. Muchos de ellos son cancerígenos (producen directamente cáncer) y otros cocancerígenos (potencian la posibilidad de padecer cáncer).
Entre las sustancias cancerígenas están las siguientes
-Alquitranes. Es lo que se utiliza para asfaltar carreteras, pintar barcos, etc.
-Arsénico. Veneno mortal muy potente.
-Creosota. Carcinógeno.
-Cadmio y níquel. Utilizado en las baterías.
-Cloruro de vinilo. Carcinógeno.
-Polonio 210. Es radioactivo y carcinógeno.
-Uretrato. Carcinógeno y utilizado en embalajes.
-Formaldehído. Es un conservante orgánico utilizado en laboratorios forenses y anatomía patológica.
Pero otro amplio conjunto de sustancias contenidas en el humo de tabaco son tóxicos irritantes. Estos inciden en los ojos y en las vías respiratorias, tanto de los fumadores como de los no fumadores. Entre ellos están.
-Amoniaco. Se utiliza en los limpiacristales y tiene un olor fuerte.
-Acetona. Es un disolvente tóxico bien conocido.
-Acroleína. Es un potente irritante bronquial y causa enfisema.
-Cianuro de hidrógeno. Es un veneno mortal utilizado como raticida.
-Monóxido de carbono. Gas incoloro que es mortal en lugares cerrados.
-Metanol. Se utiliza en la combustión de misiles.
-Tolueno. Es un disolvente tóxico.
De lo anterior destacan la nicotina, el alquitrán y el monóxido de carbono.
Adicción de la nicotina.
Esta sustancia es una droga con gran poder psicoactivo. La nicotina se sintetiza en forma de líquido, es oleaginoso e incoloro y se disuelve fácilmente en agua y alcohol, pasando del color amarillo al pardo oscuro en contacto con estos líquidos. Es la responsable de incrementar la activación, la tasa cardiaca, la presión arterial, etc. Además hay un lugar en el cerebro donde al llegar la nicotina se activan unos receptores específicos que fijan la misma. Son los receptores nicotínicos. La nicotina, por tanto, va a ser la responsable de que los que fumen queden adictos a la misma en poco tiempo. La nicotina ingerida por el organismo produce una fuerte adicción, por lo que su falta produce el síndrome de abstinencia de la nicotina.
La nicotina en estado puro es una sustancia muy peligrosa. La dosis tóxica en el hombre está entre 10 y 20 mg, y la letal entre 0,5 y 1 mg de nicotina por kilo de peso. La nicotina actúa principalmente sobre el sistema circulatorio, provocando entre otras las siguientes alteraciones: taquicardia, vasoconstricción periférica, cambios en el funcionalismo miocárdiaco tales como aumento del automatismo de la célula cardíaca, depresión de la conducción y disminución del umbral de fibrilación ventricular, aumento transitorio de la presión arterial e incremento de la agregación plaquetaria.
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