Homosexualidad

Colegio José Max León

LA HOMOSEXUALIDAD COMO PROBLEMÁTICA SOCIAL

Paula Catalina Galindo Cabuya

Décimo C

Lengua Castellana

2014 – 2015

La homosexualidad como problemática social.

Al hablar de homosexualidad, ésta es entendida como la atracción sexual y emocional que sienten las personas hacia otras de su mismo sexo. Dicha condición se registra desde los inicios de la humanidad; antes de la venida de los españoles a Latinoamérica los homosexuales eran considerados seres “mágicos” (1) y por lo tanto eran respetados, pero con la llegada de los españoles imponiendo el catolicismo como religión las prácticas homosexuales fueron apartadas y castigadas ya que se creía una falta. La homosexualidad en la antigüedad se consideró aceptable, pasado el tiempo fue visto como un pecado, posteriormente como un delito, hasta el día de hoy que es visto como una enfermedad.

Es importante comprender y analizar porqué la sociedad colombiana presenta tantos tapujos, en la política y la cultura, frente a las prácticas homosexuales aún ahora en el siglo XXI. En nuestro país se ejerce un rechazo cultural permanente sobre aquellas identidades que no se relacionan con la heterosexualidad, de esta forma para dicho sector, el derecho a afirmar su identidad se ve afectado, sin poder desarrollar libremente su sexualidad y afectividad, junto con la expresión libre del amor surgido entre dos personas del mismo sexo. La cotidianidad de la heterosexualidad está arraigada por un colectivo ciudadano, que es imposible ignorar ya que está presente en nuestro día a día (2).

Es importante ver que la atracción hacía otra persona no es una característica personal de la que se pueda elegir o influir, es un comportamiento que se va desarrollando desde la infancia y comienza a hacerse visible en la juventud, además de que en esta etapa la persona comienza a vivir cambios que marcan su desarrollo personal y social, y por lo tanto influyen con el descubrimiento sexual:

La homosexualidad no es sólo una orientación sexual, ni una característica de la vida íntima; representa también una posición frente a la vida y la sociedad. Los homosexuales siguen siendo, en casi todo el mundo, una minoría discriminada y marginada. A la vez, forman parte invisible de la sociedad heterosexual. (Castañeda, 1999, op.cit: 18).

La globalización es el motor de importantes cambios en las formas de vida de la sociedad y esto se evidencia a nivel cultural, familiar e individual. Uno de los factores que va ligado a estos cambios es el aumento de la discriminación, puesto que nos han vendido un modelo, tanto en lo estético como en lo comportamental, y quien se atreva a salirse de los esquemas sufre de discriminación, la sociedad no está lista para muchos cambios porque la misma no ha dejado que surjan con naturalidad.

En la actualidad ha ido incrementando el número de personas que se han atrevido a aceptar y a la vez a manifestar tener una condición sexual alternativa a la ya planteada por la sociedad y/o su núcleo familiar, asumiendo toda la trayectoria por la que se tiene que pasar, todo lo que tiene que ver con el descubrimiento de ser homosexual; Luego de la aceptación personal, es hora de compartirlo con su familia y grupo más cercano de amigos. Esta revelación trae consigo un camino por el que tiene que pasar su núcleo familiar, las expectativas y proyectos propios que involucran llevar una vida heterosexual como lo son el matrimonio, hijos, nietos, se ve afectado por dicha aceptación.

Además el homosexual:

No creció como tal, no fue educado para la homosexualidad; por lo tanto, le faltó aprender muchos de los hábitos y códigos sociales que necesitará en sus relaciones adultas. De modo que cuando comienza a tener relaciones homosexuales, tiene que volver a aprender desde cero las reglas de amor, la amistad y la convivencia social. (Castañeda, 1999, pp. 22-23).

La caída de los modelos de la heterosexualidad no es una situación fácil de manejar para la persona homosexual, tampoco para su familia, ya que al ser una posición tan personal, como lo es la sexualidad, se ve confrontado por todo el medio social del que está rodeado. Para la persona es un proceso difícil que muchas veces debe enfrentar solo, sin el apoyo de su familia. Por lo tanto innegablemente cuando el sujeto comparta su condición con la familia, el rol que ésta asuma será decisivo y direccional para el proceso de conocimiento y adaptación de la persona.

A pesar de que ha habido un conjunto de investigaciones sobre la homosexualidad, ésta igualmente continúa siendo un tema tabú, con mayor relevancia en el área familiar, ya que es aquí donde muchas veces la persona debe enfrentarse a su núcleo familiar para dar a conocer su homosexualidad, entendiendo a la familia como la principal promotora de la identidad heterosexual, ya que desde los inicios de la socialización del sujeto, existen ciertas expectativas y proyecciones ligadas siempre al desarrollo y procreación de las personas desde la heterosexualidad.

El óptimo descubrimiento del homosexual  tiene que ver con el ámbito familiar, ya que, si la persona no recibe ningún apoyo, y al contrario, es rechazado y discriminado esto generará que el homosexual no se desenvuelva con naturalidad.  “… la homosexualidad se devela como un descubrimiento íntimo y extraño, que de cualquier modo hace pensar al sujeto que está solo frente a este desafío, que no hay nadie más igual a él” ( Wilson, op.cit:75).

Hoy en día, los movimientos y grupos conformados por personas homosexuales (LGBT) han desarrollado una fuerte campaña de exposición que les ha permitido al menos ser considerados en discursos de campañas políticas por parte de alguna de las figuras de poder. Esto no es suficiente, ya que una real integración incluye una nula discriminación en lo amplio en que esta palabra se constituye. Pese a ello, se observan las variadas diferencias de trato basados en el modelo actual que dirige el orden social. Por lo mismo es necesario mantener una postura crítica que permita poner en evidencia una serie de irregularidades que sufren las personas no heterosexuales. También es primordial la necesidad de instalar políticas públicas dirigidas a este sector, que faciliten la aceptación de la persona tanto en el sistema familiar, como también en todos los ámbitos a escala social en el cual se desarrolle (3).

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