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Ideas Para Premiar Y Castigar


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2013  •  1.624 Palabras (7 Páginas)  •  299 Visitas

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1-¿QUE PROBLEMAS SE PRODUCEN AL ABUSAR DEL PREMIO?

1-Los niños sólo hacen las cosas si les prometemos algo a cambio. Esto produce una valoración materialista de las cosas: vemos a muchas personas que trabajan por dinero, estudian por dinero, no por vocación, no por un servicio a los demás. Y se llega a esta situación cuando en la educación se ha abusado del premio. Muchos niños ya manifiestan esta tendencia cuando le dicen al profesor en el aula: "¿y cuánto me subes la nota si te ayudo?".

Los materialistas encuentran en las cosas la única fuente de felicidad, en vez de hallarla en las personas, en darse a los demás, en el trabajo bien hecho, en el deber cumplido. Como las cosas nunca cubren las necesidades trascendentes y de sentido de las personas, estos niños realmente no son felices, y buscan en nuevos elementos esa supuesta felicidad que jamás encuentran.

2-No aceptan el sacrificio gratuito. Para personas educadas en el exceso de premio, todo lo que sea pedir generosidad, altruismo, entrega a los demás sin esperar nada a cambio es ser el “tonto” de la sociedad. No admiten que no siempre los esfuerzos son recompensados con cosas materiales o espirituales y que en la satisfacción personal y en el servicio a los demás está una de las mejores recompensas.

3-Se vuelven dependientes. Necesitan de un estímulo exterior para actuar. Les cerramos el paso a la independencia, no son capaces de motivarse a sí mismos, de satisfacerse con las cosas bien hechas si no son recompensadas.

2-¿QUE PROBLEMAS SE PRODUCEN AL ABUSAR DEL CASTIGO?

1-Produce miedo, ansiedad, pérdida de cariño, frustración y rencor. En consecuencia, aumenta la distancia afectiva, la inseguridad y la agresividad, fruto corriente de la frustración.

2-El niño sólo actúa bien cuando está amenazado pero no está asumiendo ni aceptando determinados valores que supuestamente le intentamos educar. Así, éstos niños, cuando crecen o cuando salen, nos sorprenden comportándose en sentido opuesto a lo que se supone les hemos enseñado. En casa, en el colegio, son modosos y obedientes. En cambio, salen a la calle y son agresivos y maleducados. La razón es que no han aceptado los criterios, simplemente se los hemos impuesto.

3-Actúan atraídos por las cosas, pues al igual que con el abuso de premio, hay latente un materialismo, no quieren perder las cosas de su mundo, de modo que actúan por mantener las cosas que tienen, no por sentido del deber, por la responsabilidad.

4-Si abusamos del castigo baja la autoestima del niño porque concluye que no se le quiere, que estorba, que es malo, que nunca hace las cosas bien, de modo que le cerramos el paso a un resurgimiento de una persona que tiene fe en sí misma. Lo que espera es hacer todo mal porque se le ha acostumbrado a recordarle que no hace las cosas bien.

5-Cosificar el valor. Este razonamiento es válido para el premio y el castigo. Si se premia o castiga a cambio de un valor, por ejemplo, doy bici a cambio de aprobado, "cosificamos" el valor, le ponemos precio, el esfuerzo, el valor de estudiar vale algo. Esto es un reduccionismo y un materialismo que afecta a la educación en valores.

3-¿COMO Y CUANDO PREMIAR?

-Que sea más extraordinario que frecuente (salvo que iniciemos nuevos comportamientos) para no fomentar el materialismo y los otros peligros señalados en el abuso del premio.

-Que se pueda conseguir en un plazo breve de tiempo. La eficacia aumenta si se recibe de inmediato. En septiembre, no podemos motivar a un adolescente que marcha mal en los estudios con una moto en junio: con los primeros suspensos de octubre pierde su efecto de motivación.

-Que la conducta a conseguir sea real, alcanzable por el niño. Si a un niño que tiene dificultades aptitudinales en matemáticas le prometemos una moto si las aprueba con buena nota, no sólo no pretendemos algo irreal, sino que encima reducimos su motivación porque sabe que está más allá de sus posibilidades.

-Con justicia merecida: muchas veces se exige un comportamiento para ser premiado y a pesar de no ser conseguido, se le premia. Este error invalida la credibilidad de la persona y el propio premio como elemento de motivación. Debemos cumplir lo que prometemos.

-El premio más valioso es el social. Hay un orden para premiar: en primer lugar, fomentar en el niño el sentimiento de su propia capacidad. Para ello, usaremos el elogio, que es el siguiente procedimiento. Pero cuando estos procedimientos sociales no funcionan porque las tareas son aburridas, o no permiten mostrar su capacidad, o no hay lugar para el elogio, podemos premiar con algo tangible, pero debe ser nuestro último recurso, no el primero.

-La conducta que se está aprendiendo por primera vez se debe reforzar con frecuencia, y una vez estabilizada, de vez en cuando.

-El padre y la madre deben estar de acuerdo. Si el niño percibe que para uno

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