Ideas Y Doctrinas

Ideas y doctrinas

Jaime Torres Bodet

Quien intenta seguir la verdad histórica, debe mostrar serenidad ante cualquier situación.

La historia es un estudio que defiende a la patria

Las enseñanzas históricas son esenciales para la comprensión del presente y estas también nos muestran de alguna u otra manera el futuro que ha de seguir la nación. Por ello es importante que nuestra historia tenga bases solidas, que no se convierta en simples recuerdos de fechas o acontecimientos engañosos. Pues no sería correcto adoptar un eclecticismo fingido con respecto a lo ocurrido en tiempo atrás en nuestro país.

Como habitantes de un pueblo con historia debemos mostrar un profundo interés ético y político y para poder narrarla, es necesario elevarse sobre las pasiones y alejar de nuestra mente ideas y juicios preconcebidos.

La historia puede ser transformada dependiendo el giro de las frases y del sonido que se le den a las palabras, ya que con estos cambios, podemos ser engañados fácilmente; por esta razón debemos prestar atención a lo que se dice y como se dice, pero para poder juzgarlo como algo cierto o falso, debemos de conocer lo que nos antecede como sociedad.

México es un todo, así que ocultar lo que ocurrió en ciertos sectores del país no nos permite analizar una visión completa de la sociedad en momentos críticos y nos impide tener una convicción honda y fundada, por esta razón es indispensable que se tenga un conocimiento amplio y verás, pues cuanto más honda y fundada sea nuestra convicción, más obligados nos sentiremos a confrontarla con las de los demás.

Los acontecimientos de nuestro pueblo no deben ser enfocados en escenarios aislados; pues al mismo tiempo de estos existían otros, tal vez en otra dimensión, pero al final de cuentas se debe considerar que ningún país vive sólo y ningún problema se ofrece desvinculado de otros problemas que, en sus orígenes o en sus repercusiones, afectan y mueven a toda la humanidad.

“La historia bien entendida y bien enseñada debe ser un espejo activo, en cuya límpida superficie nuestro pasado explique nuestro presente y augure, hasta el punto en que son razonables las previsiones, nuestra continuidad en lo porvenir”.

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