Influencia Del Yo

Desarrollo

En la actualidad el mundo está constantemente en movimiento y dando giros inesperados en cada momento de nuestra vida, sería algo iluso de nuestra parte pensar que esos cambios que el universo está dando no afectan directamente a nuestra vida como seres humanos y en especial a nuestra personalidad. Tomando en cuenta que somos seres sociales por naturaleza es muy fácil pensar que estos cambios que afectan a nuestra personalidad también son directamente enfrentados por la forma en que nos envolvemos dentro de la sociedad y del trato con el que a diario estamos en contacto con los demás individuos.

Es lógico entonces que seguidamente por esos cambios que da el mundo también tengamos cambios en la manera de comportarnos para con los demás tan así es el caso que podemos observar claramente que si un día nos levantamos de malas no podemos hablarle de buena manera a las personas que viven con nosotros.

Este ensayo tendrá como base todas estas cosas por qué lo que tenemos alrededor es tan fuerte en nuestra manera de comportarnos con los demás entraremos en la mente de uno de los grandes pioneros en este tema como lo es Sigmund Freud que nos estará acompañando a lo largo de estas páginas para poder nosotros descubrir de la manera más correcta posible la forma en que nuestra personalidad es afectada por el ambiente en que estamos inmersos como individuos.

Para comenzar es importante darnos cuenta que como seres vivos, contamos una masa, que si nos enfocamos un poco en la física sabemos que es todo aquello que ocupa un lugar en el espacio, pues bien al ocupar un lugar en el espacio las personas debemos si o si estar en contacto con otras personas. Pues es la naturaleza del hombre somos sociales, no podemos simplemente estar solos durante un largo periodo de tiempo.

Cada una de las personas está dentro de un ambiente especifico en el cual se desenvuelve día con día, al observar esto podemos darnos cuenta que como seres humanos estamos dentro de una sociedad estamos dentro de un ambiente en el cual convivimos toda nuestra vida y que cambia dependiendo de la situación que viva el ser humano. Este medio ambiente en el cual las personas conviven a diario claramente es muy fuerte en nuestro yo, pues el algo a lo que nosotros somos vulnerables a lo que nos diga el ambiente nuestra forma de actuar depende directamente al lugar en el que estemos.

Sigmund Freud al hablarnos sobre el psicoanálisis nos dice que los primeros años de vida del niño son fundamentales para la formación de su personalidad, y sin duda es así. El niño que crece en un ambiente tranquilo, rodeado de amor, pero no asfixiado, sino con libertad para descubrir el mundo que le rodea y estimulado en su curiosidad, reúne las premisas positivas para convertirse en un adulto seguro de sí mismo, con confianza también en los demás, activo y optimista. Por el contrario, el niño poco amado o amado mal, de forma posesiva y egoísta, el niño frustrado en sus intentos de autonomía, no adquiere esa seguridad y esa confianza indispensables para madurar una personalidad abierta a los demás porque confía en sí mismo, capaz de establecer relaciones auténticas y constructivas con los demás.

Pero también es de suma importancia darnos cuenta que sería un error pensar que la personalidad se halla exclusivamente determinada por el ambiente que rodea a la persona, así como lo sería pensar que cada individuo nace con una personalidad ya establecida no cambiante totalmente determinada.

De lo que hemos comentado anteriormente podemos deducir que la personalidad del hombre adulto o del yo se deriva de la interacción entre la dotación biológica hereditaria al momento de nacer y las experiencias recibidas por la persona a lo largo de la vida. Es decir estas dos partes están sumamente relacionadas y son directamente complementarias para la determinación del yo.

La personalidad por lo tanto tiene una naturaleza bio-social, es la síntesis de muchos y distintos factores que se unen para producir de forma compleja e integrada todo lo que nosotros somos como individuos. Además es necesario entender que esta personalidad o este yo no es inmutable a lo largo de nuestras vidas al contrario puede ser enriquecido o empobrecido dependiendo de cómo nosotros nos desarrollemos en el ámbito en el que estemos.

Después que hemos conocido el origen de como nuestro amigo Freud percibe

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