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Instituciones ¿para quien y para qué?


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2016  •  Ensayo  •  2.567 Palabras (11 Páginas)  •  199 Visitas

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Institución, ¿para quién, para qué?

Roberto Quintero

Al recordar la breve experiencia de ir al hospital Samuel Ramírez Moreno, paso por mi cabeza una pregunta ¿Cómo termina aquí un sujeto y para qué?, a primera instancia paso por mi mente que era por su bienestar, sin embargo, al paso del tiempo me encontré con un interno, el cual creí que era un trabajador debido a que los primeros días que fui al psiquiátrico siempre iba por un interno para llevarlo a la capilla, entable una breve conversación con él y ese mismo día me entere que era un interno de ese lugar. Él hablaba y respondía a la conversación de una manera perfectamente capaz, lo cual me hace pensar en que es posible que se pueda reintegrar a la sociedad.

        Para saber cómo termina un sujeto recibiendo atención en un psiquiátrico, primero halaremos de anomalía y normalidad, lo cual está ligado a la construcción de psiquiátricos o manicomios conocidos como la casa de la risa, además de la finalidad de estos lugares que mantienen a sus internos dentro de unas paredes, en donde los que deciden si pueden salir no son ellos sino los psiquiatras o familiares de ellos.

        Por otro lado, note que los internos de este lugar estaban aislados, pero no solo de la sociedad sino también de su familia, los enfermeros comentaron que sobre el pabellón en donde estábamos los internos no contaban con una familia, que en su mayoría eran personas que habían sido abandonadas de las cuales no se tenía un registro previo de su familia, pero dijeron que en otros pabellones era raro que la familia de los internos fuera de visita. Esto creo que puede estar ligado sobre el estigma que se tiene sobre las instituciones mentales, lo cual tratare de relacionar.

Las instituciones psiquiátricas fueron creadas para tratar a aquellos sujetos que se encuentran fuera de la normatividad. “La vida es de echo una actividad normativa, por normativa se entiende en filosofía todo juicio que aprecia o califica un hecho con relación a una norma, pero esta modalidad de juicio e encuentra subordinada en el fondo a aquella que instituye normas” (Canguilhem, 1971, p, 92).

Aquellos que son destinados a estas instituciones se les considera con problemas patológicos, bien dice Canguilhem “en los fenómenos de la vida hay dos cosas: primero el estado de salud, segundo el de enfermedad… de ahí surge la patología que tiene como objeto a los del segundo” siguiendo el camino biológico existen dos tipos de normas, “hay normas biológicas sanas y normas patológicas, y las segundas no son de igual calidad que las primeras” (ibíd., pp.93 y 95).

Los que son merecedores de pertenecer a una institución psiquiátrica, se les considera que presentan una anomalía, pero ¿Qué es anomalía?, “anomalía viene del griego anomalía, que significa desigualdad; anomalía es etimológicamente an-omalos, aquello que es desigual… es un hecho, un término descriptivo”, el cual a veces es confundido con anormal el cual “implica la referencia a un valor, es un término apreciativo normativo, anormal se ha convertido en un término descriptivo, y anomalía se ha convertido en un concepto normativo” (ibíd., p. 97).

Existe una polaridad dinámica de la vida, en la cual mientras la anomalía no invierta la polaridad es tolerada. La anomalía ha llegado a ser vista como patológica por el hecho de ser vista como una desviación estadística, ignorando que el interés científico biológico fue suscitado por la desviación normativa. Sin embargo, toda anomalía no es patológica a pesar de que la existencia de anomalías patológicas ha llevado a que toda anomalía sea excluida de la normativa. orillando a que cuando se hable de anomalía no se piense en las desviaciones estadísticas y solo sea a vista la forma viviente como un tipo normativo de vida (ibíd., p. 101).

¿Entonces las instituciones psiquiátricas a quien están dirigidas?, la tendencia seria pensar que es a aquellos que presentan una anomalía patológica, la cual hace necesario que sean internados en ella para ser tratados por su propio bien, estas personas son nombradas en su mayoría locos.

Algo que ha perdurado desde la edad media y aun en nuestro tiempo es el gesto de exclusión, esta acción que tiempo atrás se reservaba para aquello con lepra y hoy algunas personas lo usan con aquella que consideran locas, la locura ocupó el lugar de la lepra. Las formas de exclusión siempre perduraran, aunque se ha cambiado al excluido el contenido es el mismo, terror y miedo que recae sobre él.  La misma sociedad crea sus formas de exclusión, elije a los personajes sobre los que recae su atención y en los cuales ejerce el gesto de separación, esto contenidos de exclusión n difieren de una sociedad a otra, de un momento histórico a otro, lo que ha perdurado a lo largo de los años es el gesto de exclusión y atribuir al excluido como diferente y peligroso (García C., 2002, pp. 95-96).

La primera figura de la locura, la más simbólica en el mundo de occidente a finales del siglo XV, sobre la que María Inés nos habla, es la Nave de los Locos. Nombre que se le asignaba a los barcos que transportaban de una ciudad a otra, cargamentos insensatos, nombre que se le asignaba al loco. “Hasta esas fechas, las ciudades se hacían cargo de ellos, los alimentaban, les daban cobijo y vestido, siempre y cuando no aumentase desmedidamente su número; solo se expulsaba a los locos extraños, a aquellos que por una razón u otra habían llegado a una ciudad que no les pertenecía por nacimiento; cada ciudad aceptaba encargarse exclusivamente de sus propios insensatos, no de los ajenos” (ibíd., p 96). Sin embargo, los encargados de transportar a los locos los perdían, los dejaban a la deriva en el mar.

En aquella época la locura era considerada sin razón alguna, los locos se les considera como personas que sucumbían por ser débil o complaciente. Además, se le atribuía a la locura la verdad ultima del ser humano; la encarnación de la muerte en vida, engranada en conjunto con el fondo animal y bestial de todo hombre que se deja subyugar por sus deseos y pasiones. Pensada como originada por el pecado, la tentación, de sucumbir a las pasiones de la carne y de la bestialidad (ibíd., p. 97).

La locura es vista como alterna al mundo, sino más bien a las debilidades del hombre, a sus sueños e ilusiones. Otorgando diferentes formas de padecer la locura, volviéndola algo que podría ser considerado una anomalía en una anomalía patológica, fueron cuatro los posibles medios de adquirirla.

“Por identificación: una forma de volverse loco consiste en creerse otro que el que es, e identificarse con alguien que no es… Por vana presunción: se cree rico cuando no es más que un pobre… por justo castigo: la culpa ante un hecho que atenta contra la moral lo convierte en un sujeto sin razón y la locura se vuelve una forma previsible y justa de castigo… Por pasión desesperada: la locura de amor en que el sujeto pierde la razón y se entrega a un amor desesperado que lo puede llevar a realizar los actos más monstruoso aberrantes” (ibíd., P.98).

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