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Instrumento De Evaluación Familiar


Enviado por   •  27 de Febrero de 2013  •  2.139 Palabras (9 Páginas)  •  565 Visitas

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El objetivo del presente trabajo es hacer algunas consideraciones sobre el concepto del

“paciente identificado”, entendiendo éste como un síntoma del mal funcionamiento del sistema

de la familia. A su vez, los comentarios y elaboraciones que se hacen ponen especial énfasis en

la conveniencia de hacer estos comentarios y elaboraciones, sobre el síntoma en general y

sobre el concepto del paciente identificado en particular, desde una perspectiva comunicacional

o semiótica. (Rev Cost Cienc Méd Dic 1980; 1(2); 189- 198).

Mi interés en el presente trabajo es hacer algunas consideraciones sobre el concepto del

“paciente idenficiado”, entendiendo éste como un síntoma del mal funcionamiento, o de la crisis,

del sistema de la familia. Este concepto, o bien lo que éste significa, juega un papel importante

tanto en el diagnóstico como en el manejo y tratamiento del sistema de la familia. Como es

sabido este concepto señala una manera diferente de conceptualizar los problemas de salud

mental. Hablar de “la persona identificada como paciente” describe una nueva perspectiva, una

nueva manera de percibir las cosas. Tal como lo señala Minuchin (11) la familia “es un grupo

social, natural, que gobierna las reacciones de sus miembros a estímulos internos y externos a

la familia. Su organización y estructura tamiza y califica las experiencias de los miembros de la

familia. En muchos casos ésta puede ser considerada como la parte extracerebral de la mente”.

El sistema ecológico natural, el de la familia, como todo otro sistema, también está sometido a

tensiones, producto del interjuego interaccional, sea en el seno de la familia misma, o bien, en el

interjuego de la familia con el ambiente. Para Minuchin (11), “la tensión puede ser provocada por

el interjuego de un miembro de la familia, o de todo el grupo familiar, con fuerzas o situaciones

extrafamiliares; o bien, puede esta tensión ser provocada por el proceso de transición en las

diferentes etapas de desarrollo y crecimiento del sistema familiar; o puede también ser el

producto de la presencia de problemas idiosincráticos de la familia”. En el caso de esas familias

que reciben la etiqueta de patológicas, el mal funcionamiento del sistema familiar, se expresa y

se refleja en el comportamiento sintomático de cuando menos uno de sus miembros. Está es “la

persona identificada como paciente”, también conocido como el “paciente identificado”. Tal como

lo señala Sluzki (14), “el paciente identificado es el sujeto portador del síntoma, generalmente

rotulado como el paciente por la familia y los sistemas de salud; es el que debe ser curado. Por

contraste, su presencia define al resto de los miembros del grupo familiar como no enfermos”.

El título del presente trabajo, por otra parte, hace referencia al paciente identificado no sólo

como “síntoma”, sino también como “metáfora”. Con esta mención a este concepto lingüístico se

quiere señalar un especial interés en hacer estos comentarios y elaboraciones sobre el síntoma

en general, y sobre el paciente identificado en particular, desde una perspectiva comunicacional

o semiótica. Esto es, desde una perspectiva que engloba y atiende a la totalidad del

comportamiento del individuo. El énfasis, entonces, es en considerar al comportamiento como un

lenguaje, que va más allá de un lenguaje estructurado, verbal y explícito, al cual ciertamente

incluye. A su vez, y al igual que ese lenguaje estructurado, el lenguaje del comportamiento

también pone de manifiesto y refleja las dos dimensiones fundamentales de todo lenguaje, esto

* El presente trabajo fue presentado en ocasión del Primer Congreso Nacional de Psiquiatría de Honduras, del 26 al

30 de agosto de 1980, Tegucigalpa, Honduras.

** Servicio de Psicología del Hospital Nacional Psiquiátrico, CCSS; Unidad de Post-Grado en Psicología Clínica,

Centro de Docencia e Investigación CCSS; Escuela de Psicología y Escuela de Medicina, Universidad de Costa

Rica.

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es, la dimensión de lo metafórico y la dimensión de lo metonímico. Atender al comportamiento

de esta manera, considerándolo como un lenguaje, percatándonos de los mensajes metafóricos

y metonímicos del mismo, necesariamente influye sobre nuestra manera de percibirlo y de

entender la información que nos transmite, afectando a la vez nuestra reacción ante el mismo.

Antes de comentar y elaborar sobre este concepto del “paciente identificado” y sobre los

aspectos comunicacionales del mismo, conviene describir dos ejemplos que servirán de base a

estos comentarios y elaboraciones. Uno de ellos es tomado de la literatura en este campo, y el

otro de mi propia experiencia clínica. La razón de hacerlo así; es decir, de tomar dos casos

similares, uno de la literatura existente en terapia de familia, y el otro de mi propia experiencia,

se hará evidente más adelante, en el proceso de los comentarios y elaboraciones que se irán

señalando.

G. Berenson (3) describe una familia en que la hija mayor, Carlota es la persona identificada

como paciente. La familia J. consiste en el padre de 44 años, la madre de 43, Carlota de 17

años, Pablo de 14 años y Clara de 11 años. La familia vino a consulta debido a las dificultades

presentadas por Carlota quien había intentado suicidarse, tratando de cortarse las muñecas.

También había tenido problemas con drogas: Anfetaminas y LSD. Cuando solicitaron consulta la

madre dijo que los problemas de Carlota eran los problemas de la familia. (Lo destacado es

del autor).

Durante la primera sesión el padre, la madre, y Carlota se acusaron (mutuamente) casi en

forma salvaje y daban la impresión de no tener control sobre su cólera. Esto provocó ansiedad e

incomodidad en el terapeuta. En la segunda sesión, la familia mantuvo una actitud de distancia,

manteniéndose en silencio. Pablo, finalmente trató de hablar con la madre, sientiéndose cohibido

para hacerlo, estallando en llanto mientras Clara sonreía.

Toda la interacción provocó en el terapeuta una urgencia a no aceptar o no tolerar esta

distancia afectiva y la falta de intimidad entre ellos. (Lo destacado es del autor). Tanto así

que al intentar el terapeuta forzar mayor intimidad y acercamiento entre los miembros de la

familia, esto posiblemente contribuyó al que el padre no volviera

...

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