Inteligencia Emocional

INTRODUCCIÓN

Para hablar de inteligencia emocional principalmente tenemos que saber, ¿Qué es la inteligencia?

La inteligencia es la capacidad de relacionar conocimientos que poseemos para resolver una determinada situación. Es la capacidad de asimilar, guardar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas, cosa que también son capaces de hacer los animales e incluso los ordenadores. Pero el ser humano va más allá, desarrollando una capacidad de iniciar, dirigir y controlar nuestras operaciones mentales y todas las actividades que manejan información. Aprendemos, reconocemos, relacionamos, mantenemos el equilibrio y muchas cosas más sin saber cómo lo hacemos. Pero tenemos además la capacidad de integrar estas actividades mentales y de hacerlas voluntarias, en definitiva de controlarlas, como ocurre con nuestra atención o con el aprendizaje, que deja de ser automático como en los animales para focalizarlo hacia determinados objetivos deseados.

Etimológicamente:

Del origen latín intellegentia (escoger). Por lo que sabemos deducimos que ser inteligente es saber elegir mejor la opción entre las que se nos brinda para resolver un problema.

La expresión inteligencia emocional fue acuñado por primera vez por Peter Salovey de la universidad de Vale, y John Mayer, de la universidad de Naw Hampshire en 1990 Salovey. Generalmente también fue atribuido por Wayne Payne en su tesis doctoral, un estudio de las emociones: El desarrollo de la inteligencia emocional, sin embargo el término emocional había aparecido antes en textos de Leone (1966). Greenspan también presento en 1989 un modelo de IE seguido por Salovey y Golaman (1995).

¿Por qué algunas personas les van mejor en la vida que a los demás?

¿Por qué algunas, con alto coeficiente intelectual, que se destacan en su profesión no pueden aplicar esta inteligencia en su vida privada, que va a la deriva, del sufrimiento al fracaso?

¿Por qué otras con un alto cociente intelectual terminan trabajando para otras que tienen un cociente intelectual más bajo, pero saben conectarse, influir y relacionarse mejor?

La respuesta está en las emociones y la capacidad para entenderlas y manejarlas. La inteligencia emocional es parte de nuestra inteligencia global, una parte a menudo negada y desdeñada, opacada por el brillo de la razón y el coeficiente intelectual, más fácil de definir y medir.

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