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Intervención psicológica con mujeres maltratadas por su pareja


Enviado por   •  5 de Abril de 2013  •  Monografía  •  1.802 Palabras (8 Páginas)  •  719 Visitas

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UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA

Facultad de Psicología

Sandra Milena Cañón Leal

Seminario de Investigación I

INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA CON MUJERES MALTRATADAS POR SU PAREJA

El maltrato a la mujer por su pareja es una de las formas más comunes de violencia contra las mujeres, siendo más probable que sufran ataques repetidos, lesiones, violaciones o que mueran que en el caso de ser atacadas por otro tipo de agresores (Browne y Williams, 1993). Se trata de un fenómeno global que se extiende por todos los países y afecta a las mujeres de todos los niveles sociales, culturales y económicos y su impacto en la salud es tal que recientemente se está considerando como un problema importante de salud pública

Además de las lesiones físicas sufridas como consecuencia directa de las agresiones, tiene gran impacto psicológico y también supone un factor de riesgo para la salud a largo plazo (Koss, Koss y Woodruff, 1991).

Una persona que viva con alguien que abusa de ella física o emocionalmente suele desarrollar una respuesta de estrés cuando es atacada. Si se repiten los ataques o amenazas, desarrolla una serie de síntomas crónicos, siendo los más prevalentes en las mujeres maltratadas por su pareja el trastorno de estrés postraumático y depresión (Golding,1999).

Römkens (1997), tras analizar y comparar los datos de diversos estudios, estimó que al menos el 10% de las mujeres habrá sufrido en alguna ocasión agresiones físicas graves y repetidas por parte de su pareja. Y en 48 encuestas realizadas en diversos países se encontró que entre el 10 y el 69% de las mujeres habían sido agredidas físicamente por su pareja en algún momento de su vida (Heise y García-Moreno, 2002).

En este último estudio, realizado con 240 mujeres que habían sido o eran maltratadas por su pareja, se encontró que, aunque había una gran variabilidad en la edad de comienzo de la relación con la pareja que les maltrataría (el rango oscilaba entre 11 y 50 años), la mitad de las mujeres habían comenzado tal relación antes de los 21 años, y el 77% antes de los 27. El rango de edad en que las mujeres comenzaron a sufrir los abusos oscilaba entre 13 y 54 años, aunque la mitad ya había sido maltratada antes de los 23 y solo el 10% de las mujeres comenzó a sufrir abusos de su pareja a partir de los 33 años. Y pese a que muchas personas sostienen la “creencia” de que la mujer maltratada se caracteriza por tener relaciones con distintas parejas que abusan de ella (lo que la hace “sospechosa”), se encontró que en algo más de la mitad de los casos (el 54,5%) se trataba de la primera pareja; el 34% había tenido una o más relaciones de pareja anteriores, pero no había sufrido maltrato, y únicamente el 11,6% habían tenido relaciones anteriores en las que habían sufrido abusos de su pareja.

Se distinguen tres tipos generales de agresores: 1) los psicopáticos; 2) los hipercontrolados, cuyo rasgo más distintivo es el distanciamiento emocional, presentando un perfil de evitación y agresión pasiva; y 3) los cíclicos/emocionalmente inestables, que se caracterizan por cometer actos de violencia de forma esporádica y únicamente son violentos con su pareja. Tras una revisión de los trabajos publicados sobre tipologías de agresores propusieron también tres tipos: solo familiares, bordeline/disfóricos y antisociales-violentos, si bien en trabajos posteriores plantean que quizá se dé cierto solapamiento entre estos dos últimos grupos Holtzworth-Munroe, Meehan, Herron, Rehman y Stuart (2003).

Adams (1988, tomado de Suárez, 1994) presenta un perfil del agresor destinado a que los funcionarios del sistema judicial estén más informados y sean menos vulnerables a sus manipulaciones, que resume muchas de las características citadas por diversos autores: 1) Dis- crepancias entre el comportamiento en público y en privado, presentando una imagen pública amistosa y de preocupación por los demás, mientras que la mujer puede aparecer alterada, lo que puede generar que el agresor tenga más credibilidad que la mujer ante los demás. 2) Minimizan y niegan su violencia. 3) Culpar a los demás, no responsabilizándose de su propia violencia. 4) Conductas para controlar, ya que junto con el maltrato físico, el abuso incluye una serie de conductas para la coerción y el control. 5) Celos y actitudes posesivas. 6) Manipulación de los/as hijos/as, que utilizan como forma de acceso y manipulación, especialmente en los casos de separación. 7) Abusos de sustancias. 8) Resistencia al cambio, careciendo la mayor parte de los agresores de motivación interna para buscar asistencia o para cambiar su comportamiento.

Evaluación e intervención psicológica

El conocimiento de todos estos factores es imprescindible en la intervención psicológica con mujeres maltratadas por su pareja ya que, como señalan Goodman, Koss, Fitzgerald, Russo y Keita (1993), el problema de la violencia contra las mujeres no puede ser comprendido centrándose exclusivamente en la psicología del individuo. El primer paso de la evaluación psicológica es el acordar con la mujer el consentimiento informado. Es importante que la mujer comprenda por qué es importante la evaluación, qué tipo de información se va a recoger y la medida en que otras personas tienen o pueden tener acceso a dicha información.

A la hora de evaluar y planificar la intervención psicológica parece especialmente adecuado el modelo de respuesta ante el maltrato propuesto por Dutton (1992), quien plantea la necesidad de analizar los siguientes componentes: 1) el tipo y patrón de violencia, abuso y control; 2) los efectos psicológicos del abuso; 3) las estrategias de las mujeres maltratadas para escapar, evitar y/o sobrevivir al abuso; 4) los factores que median tanto las respuestas al abuso como las estrategias

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