LA INSTITUCIÓN DESDE LA MIRADA PSICOANALÍTICA

Las instituciones cumplen una función defensiva contra las angustias de las personas, haciendo que refuercen los mecanismos de defensa que ya tienen, para así tener un ‘control’ contra ansiedades paranoides y/o depresivas, igualmente se despliegan las fantasías individuales compartidas por mecanismos de identificación, todo esto según Ellíot, Jacques, Bion, Bleger, Ulloa, los cuales fueron importantes desarrolladores del modelo kleniano del psicoanálisis. Generalmente, nos defendemos de los deseos, ante los cuales el Yo utiliza técnicas para enfrentar a los conflictos. Las formaciones intermediarias, es el proceso en el cual el funcionamiento psíquico de los conjuntos sociales constituye el fundamento de nuestra psique; el grupo seria una formación intermediaria, en el cual se logra la creación de comunidades y acceden a la cultura. La sociabilidad sincrética, según Bleger, es la dificultad de distinguir entre yo y la institución, promoviendo angustia y deseo de establecer límites, fronteras, etc.

Todo lo que nos representa (mundo socio-histórico) es completamente simbólico, y constituyen cada una red simbólica son imposibles de constituirse fuera de un símbolo en segundo grado. El simbolismo se da a partir del lenguaje, aclarando que el significante no remite directamente al significado. Existe una estrecha relación entre el simbolismo y las ilusiones ya que lo imaginario requiere de lo simbólico, como lo simbólico requiere de la capacidad de la imaginación. Castoriadis dice, que la significación imaginaria social, no es algo percibido (real) ni algo pensado (racional), es una significación social (organización en sistema de significantes y significados múltiples. Una institución no funciona sin un ideal “más o menos ilusorio”, y marca la característica paradójica entre ellas; “tienen la vocación de encarnar el bien común la emergencia de símbolos tiene la función de unificar la institución y garantizar su poder sobre la conciencia y el inconsciente de sus miembros”.

Es un concepto límite entre lo somático y lo psíquico y apoya la teoría de la pulsión; Freud plantea la representación como producto de una represión primordial, la cual surge por inadmisión en la consciencia de una agencia representante-representación de la pulsión, que permanecerá inmutable por fijación y así la pulsión quedara enlazada a ella.

La represión es una fuerza constante que actúa para reprimir la consciencia. Si la represión fracasa y regresa lo reprimido se manejará por medio de la neurosis, produciendo a su vez síntomas, formaciones sustitutivas, lapsus, etc. Este fracaso de la represión nos da acceso al representante-representativo de la pulsión, la cual implica parte de la capacidad imaginativa y creativa del ser.

Consecuentemente, Castoriadis, se separa del concepto creado por Lacan, el cual dicta que imaginario-simbólico-real

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