LA PARADOJA DE STEVE
Enviado por Laura Cáceres • 29 de Mayo de 2019 • Trabajo • 1.274 Palabras (6 Páginas) • 179 Visitas
LA PARADOJA DE STEVE
Steve Jobs, el niño maravilla de Silicon Valley, alcanzó muy rápidamente el éxito y los millones. Pero de pronto las cosas comenzaron a marchar mal. Su visión de líder y la administración del directorio de su propia empresa chocaron, dando cuenta de que un buen líder no siempre es un buen administrador. Entonces, ocurrió lo inesperado: fue despedido de Apple, la compañía que él mismo había fundado.
Steve Jobs, el genio de las computadoras personales, el tipo brillante que se transformó en multimillonario cuando el común de la gente recién ingresa al mercado laboral, un día fue despedido de su propia empresa: Apple. De la que era el principal accionista, el dueño.[pic 1]
Nadie puede desconocer el éxito y el liderazgo a nivel mundial que ejerció Jobs (1955), el cerebro tras el famoso Macintosh, y de los actuales iMac, iPod, MaOS X, iPhone y Apple Tv. Productos ingeniosos, glamorosos, de un diseño que cautiva desde el primer momento. Sin embargo, no todo ha sido dulce para el fundador de una de las compañías más exitosas de la nueva economía.
Jobs fue el ejemplo concreto de que un líder visionario e innovador rompedor de esquemas, no necesariamente fue un buen administrador ni capaz de gerenciar su propio éxito. Sus fortalezas por el lado de la visión y la mirada global no fueron capaces, en un momento, de compensar sus debilidades en el área de gestión. No siempre se puede hacer todo bien.
Jobs, quien sentía una gran atracción por la tecnología y las consolas de juegos, trabajó part time durante su adolescencia en la empresa Atari. Al terminar su primer semestre en la universidad Reed College, en Portland, Oregon, decidió que ser universitario no era una inversión razonable de tiempo ni de dinero. Sus padres adoptivos habían ahorrado con mucho esfuerzo para cumplir con la promesa hecha a su madre biológica de que el joven seguiría una carrera profesional. Con la culpa de haberlos defraudado, decidió permanecer un tiempo más en el campus, estudiando sólo algunos cursos que lograron captar su interés.
La Reed College era reconocida por la calidad de sus cátedras y profesores de diseño gráfico, particularmente en el área de la tipografía. Rápidamente Jobs se fascinó por la infinidad de tipos de letras, combinaciones, colores y proporciones. No anticipó la aplicación práctica que tendrían esos conceptos en la industria tecnológica mundial, pero ciertamente su imaginación ya estaba volando alto.
A mediados de los años 70 en el garaje de su padre, junto a su amigo Steve Wozniak, crearon su primera computadora, la Apple I, de la que llegaron a vender 200 unidades. Posteriormente consiguieron el financiamiento que les permitió avanzar a la siguiente generación, Apple II. Fue el momento de fundar Apple Computer. Jobs tenía 20 años.
El Apple II fue una revolución: era el primer PC que se vendía como un producto listo para usar por el usuario final. Rápidamente la empresa cosechaba sólo éxitos, contaba con más de mil empleados y una valoración que se estimaba en 2 mil millones de dólares. Apple se abrió a la bolsa en 1980 a través de una IPO que convirtió en millonario a Jobs, a Wozniak y a varios de sus primeros empleados que tenían acciones de la compañía. En 1982, con 27 años, Jobs -el mismo sujeto que alguna vez sobrevivió recogiendo botellas de Coca-Cola- era el millonario más joven de Estados Unidos, con un patrimonio personal de 217,5 millones de dólares.
De esos años sus empleados lo recuerdan como un líder lleno de motivación e inspiración, que enfatizaba en el esfuerzo y la constancia. Sabía ser dulce y seductor cuando quería, inspirador, creativo y visionario, capaz de obtener de cada empleado lo mejor. Para él lo importante era el producto, no se detenía en los detalles de gestión.
Pero, las condiciones empezaron a cambiar. A pesar de innovaciones revolucionarias como el Macintosh (el primer PC destinado a un público masivo que utilizó una interfaz con íconos y carpetas, y un hardware que incluía un mouse), la empresa comenzó a sufrir una serie de fracasos con sus productos.
El Apple III y el Lisa no se vendieron según lo esperado. Tampoco el Macintosh, y las ventas de la compañía sufrieron una estrepitosa caída, lo mismo que el valor de la compañía. La visión del fundador de Apple comenzó a distanciarse de la del presidente de la firma, John Sculley. La tensión entre el verdadero líder de la empresa, el fundador, el que le había dado el nombre y su prestigio, y la gerencia que se preocupaba de los números, se hizo intolerable. Entonces, ocurrió lo impensado: el directorio decidió despedirlo, argumentando que la empresa estaría mucho mejor sin él en el área de operaciones. Que le estaba “haciendo daño” a la compañía.
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