LA TEORÍA DE LA SIMBIOSIS HUMANA
Enviado por Danielahordaz • 5 de Diciembre de 2012 • 2.320 Palabras (10 Páginas) • 1.138 Visitas
Margaret Mahler usa el concepto de simbiosis en dos sentidos:
• Es una relación real entre el niño y su madre, con conductas específicas de ambos. Surge como una necesidad biológica de supervivencia del bebé, dado su estado de inmadurez.
• Es un hecho intrapsíquico, una fantasía de bebe de no-diferenciación, entre el self y objeto, como resultado de una ilusión omnipotente de un límite simbiótico entre ambos participantes.
Margaret Mahler (1972) propone la teoría del desarrollo emocional del ser humano basada en cuatro hipótesis:
1. Todos los niños pasan a lo largo de su desarrollo por una etapa de separación e individuación.
2. La conciencia de separación que se logra en esta fase del desarrollo se acompaña de una ansiedad específica, la ansiedad de separación.
3. La separación-individuación normal es el primer prerrequisito crucial para el desarrollo y el mantenimiento del “sentimiento de identidad”.
4. En la observación de niños psicóticos, se establece que el vínculo establecido con la madre no permite desarrollar en el infante un sentimiento estable de separación del mundo de la realidad y de relación con sí mismo.
Mahler (1977), a partir de sus investigaciones describe tres fases del desarrollo psicológico infantil.
Autismo Normal
Comienza desde el nacimiento hasta el mes 1, el niño esta sumido en un estado de somnolencia del que emerge sólo al realizar las actividades necesarias para mantener su equilibrio fisiológico, su energía libidinal es dirigida hacia su interior, similar a la vida intrauterina. El infante parece estar en un estado de desorientación alucinatoria primitiva en la cual la satisfacción de la necesidad pertenece a su propia orbita omnipotente, autista. Esta etapa Mahler la denomina como narcisismo primario absoluto, que esta marcado por la falta de conciencia del infante de un agente maternal.
El niño es incapaz de distinguir si la satisfacción de sus necesidades proviene de las actividades que el mismo realiza o si son el resultado de cuidados proporcionados por su madre.
Esta fase es para Mahler considerada como anobjetal: en la medida que no hay capacidad para percibir el objeto externo satisfactor, ya que éste sencillamente no existe. Son dos elementos los que le permiten al infante evolucionar hacia la siguiente etapa, el primero se refiere a una dotación genética, una condición innata en el ser humano que lo impulsa hacia el vínculo con el medio ambiente y le permite percibir y aceptar los cuidados que la madre le proporciona, esta dotación genética recibe el nombre de ser maternal; y el segundo es una madre que proporcione efectivamente los cuidados para cuya recepción el individuo está genéticamente preparado, a tal proceso se le denomina maternación.
Los cuidados y estímulos proporcionados adecuadamente al infante y con el aprovechamiento del niño con una dotación genética normal, permiten el desplazamiento de su energía libidinal desde dentro del cuerpo hacia su periferia, es decir, su energía pasa poco a poco hacia los órganos de los sentidos y éstos se convierten en importantes vehículos de relación con el mundo.
Simbiosis normal
Esta fase se desarrolla del primer al quinto mes aproximadamente, aunque aún prevalece el narcisismo primario este ya no es absoluto, dado que el infante empieza a percibir en forma opaca la satisfacción de la necesidad, como viniendo de un objeto parcial satisfactor de la necesidad, aunque aún dentro de la orbita de la unidad dual simbiótica omnipotente con una agencia maternal, hacia la cual se vuelve libidinalmente.
Como resultado de la maduración neurofisiológica y de la dotación genética, el infante es capaz de romper la coraza que lo mantenía aislado, comienza a sentirse partícipe de una díada, también omnipotente, cuyos integrantes son él y su madre. Los estímulos comienzan a ser clasificados en placenteros y displacenteros. Estos últimos, con el objeto de mantener intacta la díada simbiótica, son proyectados afuera de la unidad madre-hijo; pero su percepción y su clasificación no transcurren inútilmente, ya que dejan una huella profunda en el infante y permiten la maduración de un paso importante: la demarcación del “Yo corporal”.
El logro más importante en la fase simbiótica es que el infante percibe a la madre como objeto. Mahler demostró, cómo los niños incorporan las pautas de sostenimiento empleadas por sus madres, volviendo a utilizarlas posteriormente para calmar la angustia o como modo de relación con el mundo externo. Al concluir el proceso el niño logra catectizar a su madre y por lo tanto ésta se transforma en un objeto, aunque parcial, sin embargo, cuando termina la fase simbiótica, el bebé ha podido establecer una relación objetal con su madre.
Separación-individuación
La fase comienza según Mahler, alrededor del quinto mes y concluye idealmente en el tercer año de edad. Es posible que este proceso se continúe a lo largo de toda la vida y de hecho, en el tratamiento psicológico de adultos neuróticos y limítrofes se busca resolver dificultades en los procesos de separación-individuación. Se divide en 4 subfases:
1. Diferenciación: Se inicia en el quinto mes y termina en el octavo. Para que sea posible el desarrollo de esta subfase deben coincidir dos hechos evolutivos: en el primero el niño debe de haber logrado establecer la relación simbiótica, expresada con conductas como la aparición de la sonrisa específica del bebé ante el rostro o la voz de su madre. En segundo lugar, es necesario que se haya alcanzado un desarrollo neurofisiológico que le permita períodos mayores de vigilia y que el niño haya adquirido ciertas habilidades motrices que expandan su percepción más allá de la simbiosis lograda.
El éxito de la segunda fase incide también en la facilidad con la que se produce la diferenciación, una fase simbiótica defectuosa puede retrasar el inicio de la diferenciación o acelerarlo, lo que provocará una intensa ansiedad en el niño.
2. Ejercitación locomotriz: Inicia entre los 8 meses y termina a los quince aproximadamente. Se divide en dos etapas:
Ejercitación temprana; es la época en que los niños comienzan a gatear y adquieren progresivamente las habilidades necesarias para separarse físicamente de su madre, y parece ser una búsqueda de recarga emocional, cuando el niño regresa para estar junto a la madre unos instantes y luego se vuelve a alejar.
Ejercitación propiamente dicha; el niño experimenta gozo en el uso de su cuerpo, la energía dirigida en un primer momento en las
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