LA VOLUNTAD DE SENTIDO
Enviado por lidigt • 29 de Mayo de 2015 • 2.860 Palabras (12 Páginas) • 184 Visitas
LA VOLUNTAD DE SENTIDO
( Viktor Frankl )
Pág. 43-65
LA PREGUNTA SOBRE EL SENTIDO DE LA EXISTENCIA
Sobre la pregunta sobre el sentido de la existencia, al considerar si se ha elegido bien el nombre es no porque en realidad el enfermo mental se enfrenta con menor frecuencia con el sentido de la existencia.
Esta pregunta se ha desviado usualmente hacia el psicologismo.
El psicologismo trata de extraer del origen anímico de un acto, el significado de su contenido espiritual. El hombre de hoy que ya domina la naturaleza no tiene por qué temer y, en consecuencia, no hay Dios.
Se podría afirmar que el psicologismo ha triunfado como un psicopatologismo. Su principio se basa en que proyecta los fenómenos del ámbito espiritual al campo de lo psicológico.
Al psicopatologista, le sucede que para el que proyecta todas las formaciones aun las espirituales sobre la superficie de lo psicopatológico, pierden su claro significado porque cuando este renuncia al contenido espiritual y capta solo la acción psicológica , es decir el acto, negándose a considerar lo trascendente al que este acto responde; no descubrirá jamás si se trata concretamente de un logro cultural o de un síntoma neurótico.
La acción terapéutica depende justamente de nuestra apreciación del hecho ambiguo, que, dentro de los términos exclusivamente, se ofrece a distintas interpretaciones.
Si se trata de un síntoma psicótico, se procederá como psiquiatra, actuando, sin hablar mucho, se atendrá al enfermo internándolo melancólico en prevención de intentos de suicidio, para protegerlo de si mismo y se recetara psicofármacos para paliar las angustias de origen físico, de las cuales han brotado las ideas desesperadas. En este caso es inútil tratar con un enfermo psicótico. Mientras el paciente este inmerso en psicosis, no hay esperanza de corregir sus ideas.
En caso de una neurosis se tendrá que proceder de manera diferente, aunque el hecho de una depresión sea idéntico exteriormente. Se someterá al paciente a una psicoterapia ( en el sentido más estricto). Se hablara con el paciente y a lo largo de las conversaciones se descubrirá el origen de su psicosis, físico-orgánico, del desorden anímico del trastorno emocional. Mediante las charlas se llegara a su recuperación. Se actuará como psicoterapeuta.
¿Qué sucede respecto al correcto proceder del médico cuando la depresión no tiene una causa psicótica ni neurótica ?
¿Qué sucede si un hombre hace una pregunta genuina, sobre en este el sentido de su existencia.? Se ha esforzado por encontrar una respuesta que lo ayude a salir de esa depresión. En este caso se entrara en una discusión objetiva de los argumentos que la persona propone, y este proceder no se puede entrar en una psicoterapia, sino más bien entrare en la logoterapia.
La logoterapia trata no con medicamentos atentos a funciones orgánicas, ni con ayuda de trasferencias afectivas ante la dinámica emocional ; sino con armas espirituales sobre la lucha espiritual que ocurre dentro del paciente.
El medico estaría obligado a responder un problema simplemente humano no como neurólogo sino meramente como hombre. Y entonces surge la duda hasta que punto el médico estaría autorizado hacerlo. Este caso la persona debe encontrar su propio camino espiritual, y el deber del médico es llevar al paciente a encontrar su propia cosmovisión y su particular concepto de vida. Aquí debe entrar la lucha espiritual del paciente. la salida de este dilema es mediante la logoterapia.
Se educa al paciente hasta lograr su autorresponsabilidad. La logoterapia conduce a un cambio positivo, es decir de aparente debilidad será su fuerza. Solo su más alta conciencia de su responsabilidad. Por eso toda psicoterapia y muy especialmente la logoterapia debe acentuar al máximo la importancia de la responsabilidad humana respecto de su libertad.
Es común que el hombre y no solo el neurótico se empeñe en eludir su responsabilidad y en vez de asumirla se desentiende. Reprime la conciencia de su responsabilidad, niega su libertad y precisamente la pierde porque de continuo juega la carta del destino que es antagónica a su libertad. Esconde su libertad tras supuestos determinismos del medio ambiente, del mundo exterior o de la convivencia con los demás seres humanos. Corresponde al medio ambiente todo lo material y no solamente en el sentido más craso, sino “material” en el sentido usado del materialismo, es decir en el sentido de la situación económica.
En lo que respecta al mundo interior, acerca del cual el hombre suele justificarse con pretendidos momentos de fatalidad, no se trata de las circunstancias sino de ciertos estados anímicos, inclinaciones o tendencias de origen biológico a los que el hombre, espec manifiesta ialmente enfermo psíquico recurre con frecuencia.
Es decir el neurótico presenta una tendencia específica a eludir su responsabilidad y su libertad, refugiándose en pretendidas circunstancias fatales.. Este fatalismo se manifiesta ante todo como un conformismo demostrado por el neurótico en todas sus tendencias internas, su estado anímico, su estado de “ser así”.
La libertad humana consiste en que puede disponer, que goza el derecho de disponer. Y todo estado de libertad humana consiste finalmente en disponer.
La libertad posee dos aspectos; positivo y negativo. En el estado positivo el hombre es libre para decir, libertad para la existencia. Y esta existencia es en ultimo termino de ser responsable.
El giro positivo de la logoterapia que se menciona y del cual se afirma que se transforma una aparente debilidad en una fuerza, permite que esta fuerza surja del eje central de la responsabilidad del hombre y signifique al mismo tiempo la transformación de la logoterapia en el análisis existencial.
El análisis existencial da un giro dialectico al problema d la existencia; explica que no es el hombre quien debería buscar una respuesta, sino que paradójicamente es la vida que presenta los interrogantes al hombre.
El problema de la existencia en cuestión es asumir nuestra responsabilidad es el sentido de nuestra existencia humana. Pero no hay que olvidar que muy poco de aquello que existe permanece.
LA TRANSITORIEDAD DE LA EXISTECIA.
En la transitoriedad de toda existencia podremos decir que el futuro no es,(todavía), el pasado tampoco es (ya no es), lo que realmente es, es solo presente. De otra manera se dice que el futuro no es nada y el pasado igualmente no es nada. Y el hombre está allí como un ser que viene de la nada y va hacia la nada, nacido de la nada, arrojado arrojado a la existencia, amenazado por la nada. En este sentido el hombre es un ser doble: un de y hacia, de la nada hacia la nada.
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