La Adolescencia

La Adolescencia

La adolescencia es una etapa de intenso crecimiento que plantea uno de los desafíos más difíciles para las familias. Como parte de este proceso de desarrollo los adolescentes someten a juicio los hábitos y estilos de vida aprendidos, exploran nuevas sensaciones, ponen a prueba los límites familiares, dan salida a sus impulsos y adoptan conductas de riesgo.

El adolescente puede sentirse enojado, solo y confundido cuando se enfrenta a problemas complejos de identidad, presiones de sus compañeros conducta sexual, alcohol y drogas. Es posible que los adolecentes, que se enfrentan a cambios hormonales y a un mundo cada vez más complejo sientan que nadie puede entender sus sentimientos, en especial sus padres. También es frecuente que cuestione o confronte los valores, las actitudes y las conductas de las personas mayores. Incluso puede alterar las relaciones familiares. Cuando esto sucede padres e hijos suelen sufrir por igual. El mejor remedio siempre es el amor, la comprensión, la tolerancia, el dialogo y la voluntad firme de parte de todos de superar esta crisis.

Los padres pueden sentirse frustrados y enojados porque el adolescente parece no responder a la autoridad. Las discusiones debido a las restricciones horarias del adolescente los amigos que elige, el tiempo que comparte con la familia frente al que pasa con gente de su edad, las conductas autodestructivas y el desempeño escolar entre otras son aéreas típicas de conflicto entre padres e hijos. La adopción de estas conductas dependerá mucho de la presencia o ausencia de diferentes factores de tipo familiar. Como pueden ser la impulsividad, la firmeza de los aprendizajes de la niñez y el acompañamiento que los padres hagan durante el proceso de crecimiento de sus hijos

De acuerdo a la organización Mundial de la Salud (OMS), en todo el mundo la estadística marca como uno de cada cinco individuos transita la adolescencia. Y estudios de la SSP muestran que en la adolescencia los jóvenes están en posición de adoptar conductas de riesgo; de acuerdo con las estadísticas de menores infractores, el 84.25% (en 2008) de los menores ingresados al Consejo de Menores del D. F. tenían entre 15 y 17 años de edad.

La relación del adolecente en el contexto familiar es de suma importancia para el desarrollo de una persona aunque, no es fácil, por lo que, tanto ellos como los padres deben poner mucho esfuerzo de su parte para que esta etapa deje resultados favorables en la formación del joven. Educando a los adolescentes con paciencia, amor, responsabilidad y todos los valores morales se hará de ellos una persona que en un futuro traerá beneficios no solo personales sino que también para la sociedad con la que se relaciona. También es indispensable que

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