La Enseñanza
Enviado por hakekas • 9 de Enero de 2014 • 389 Palabras (2 Páginas) • 254 Visitas
¿Cómo consigue el tacto pedagógico lo que consigue?
Ejercitado una cierta sensibilidad perceptiva, así como practicando una preocupación afectiva por el niño, y expresamente, confiar en nuestra habilidad para detectar las necesidades de un niño así como sus posibilidades concretas.
El tacto pedagógico solo puede funcionar cuando los ojos y los oídos del pedagogo buscan de una forma afectiva y receptiva el potencial del niño e intentan saber hasta dónde puede llegar. Percepción orientada hacia la singularidad del niño y utilizar una multiplicidad de perceptivas, consideraciones y estrategias ventajosas, con el objeto de contrastar la receptividad de la sensibilidad para el tacto, la tendencia a ver y oír solo lo que uno quiere ver y oír sobre uno niño.
La mirada sensible del tacto nos devuelve el reflejo de su mirada afectiva. El tacto hace lo que hace utilizando los ojos, el lenguaje, el silencio, y los gestos como recurso para mediar su trabajo afectivo. El ojo que solo observa el comportamiento de los niños, los convierte en objeto, mientras que el ojo que logra establecer un contacto con ellos, hace que las relaciones personales sean posibles.
EL TACTO TRABAJA CON EL HABLA
El tipo de discurso que gobierna un aula o una escuela puede evitar o contribuir a una sensación de contacto entre los profesores y los niños, este clima esta en función de la relativa presencia o ausencia de un tacto en la forma en que un profesor llama a un estudiante, le da instrucciones, le hace sugerencias, le ofrece explicaciones. Existe una diferencia entre el clima que genera un profesor que se dirige a sus alumnos por el nombre propio y el que se dirige a ellos por los apellidos o el que solo dice ¿Tu que piensas? (señalando al alumno).
La mayoría del tiempo escolar se llena con la voz del profesor, una voz que puede resultar áspera o suave, arrogante o modesta, degradante o alientadora, indiferente o afectiva, deprimente o que levante el ánimo, agria o feliz, nerviosa o tranquila, es el tono el que marca a los alumnos. Las personas tienen tendencias a subir e3l tono de voz cuando quieren disciplinar a un niño o a un grupo de niños, pero un profesor que tenga tacto sabe la sutil eficacia de la menor inflexión del tono de voz, para transmitir una sensación de lamento, enfado, advertencia, o tristeza.
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