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El Nuevo Paradigma Del Docente Frente A La Enseñanza Del Sistema Acusatorio Adversaría


Enviado por   •  10 de Enero de 2013  •  3.457 Palabras (14 Páginas)  •  892 Visitas

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El Nuevo Paradigma del Docente frente a la Enseñanza del Sistema Acusatorio Adversaríal.

SUMARIO: I. INTRODUCCIÓN; II. EL PERFIL DEL DOCENTE EN DERECHO; III.PREPARACIÓN DE UNA NUEVA GENERACIÓN DE ESTUDIANTES; IV.ORALIDAD:NUEVOS APRENDIZAJES JURIDICOS; V. CONSIDERACIONES FINALES; VI. BIBLIOGRAFÍA.

I. INTRODUCCIÓN

Entre las actividades del Estado contemporáneo, la tarea educativa resalta como una de las más trascendentes. Su función se vincula al desarrollo cultural de cada pueblo, de la que es una proyección institucionalizada. Con la expresión educar se requiere significar todo el mundo de valores e imágenes, tecnologías y conocimientos que rodean al hombre desde su nacimiento, y en cuya conciencia se internaliza y socializa el individuo. Es la tarea que Grecia y Roma dieron a la educación y que implicaba el proceso por medio de la cual el individuo se transformaba en ciudadano.

En la tarea educativa concurren variables de distintos órdenes. Por una parte, entendida como proceso, se mira el quehacer docente como una instancia vital en el desarrollo de la personalidad del individuo, campo que ha sido abordado científicamente por la ciencia psicológica en sus diversas especialidades (psicología evolutiva, psicología educativa, etc.). Por la otra, que a nuestro juicio es el campo fundamental, se ha visto en el sistema educativo el factor internalizador (individuo transformado en hombre social), que permite la creación y reproducción de patrones valorativos y filosóficos en la conciencia de los educandos, a fin de insertarlos, útilmente, en el sistema económico-social imperante, configurado en tiempo y espacio histórico. Este punto es estudiado esencialmente por la sociología y filosofía de la educación.

De esta última concepción se desprende que la educación ha estado siempre ligada y funcionalizada por el tipo de sociedad, jugando el papel de subsistema operativo y legitimador de la realidad social que la rodea. De allí que el análisis y descripción de la educación se encuentre en conexión directa con los distintos modos de producción que han sustentado a las sociedades humanas en la historia. Es decir, sociedad y educación han sido factores dialécticos e imbricados, instrumentados por la actuación siempre renovada del hombre ante la naturaleza, en pos de la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales y por las formas de organización y relaciones sociales.

En el mundo actual, la educación es considerada como actividad de extrema complejidad. Aquellos países con sistema educativos tradicionales, en que se pensaba que con ciertas innovaciones tangenciales podrían responder a los requerimientos presentes, se han visto envueltos en profundas crisis aún lejos de superar. La juventud discute la vieja concepción educativa, sus orientaciones, metodologías, hábitos y costumbres hasta ayer inamovibles.

Al efecto, desde la década de los ochenta, señala algunos autores de la UNESCO: “Hay quejas estudiantiles comunes (de cuya existencia informan muchos países); protesta por la enseñanza deficiente, la rutina, el tedio por las disertaciones mal preparadas y mal presentadas , la impersonalidad de los grupos numerosos, y la falta de contacto entre profesores y estudiantes. También se externan críticas contra los elementos caducos y fuera de lugar de los planes de estudio, contra la importancia que se concede a la instrucción formal y los procedimientos tradicionales de exámenes; contra la poca atención que se presta al modo en que aprenden los estudiantes y los procedimientos mediante los cuales se evalúa su desempeño; en fin, contra el énfasis que se da a la enseñanza como algo opuesto al aprendizaje.

En la mayoría de los países en desarrollo, desde los años setenta, ante la carencia de tecnología y el desmedido crecimiento de la demanda educativa, se intenta la implantación de modelos foráneos en la educación, modernizando estructuras y ampliando los servicios escolares. Sus resultados no han demostrado ser la solución global y sólo han atemperado conflictos latentes en un proceso de cambio.

En síntesis, la educación es hoy un problema, que es el centro de la preocupación en la comunidad internacional y que significa para la UNESCO el cumplimiento de una tarea esencial. Educar, en un contexto globalizado desde una perspectiva social, creadora, crítica, evolutiva, atemperando los efectos mercantilistas, contra una sociedad/economía del saber, en donde la educación se ha incorporando al mercado, derivado del conocimiento que transforma al individuo en capital humano, insumo de las actuales empresas comercializadoras de servicio, valor conocimiento, ligado estrechamente con la tarea educativa.

Por ello pensar en las políticas públicas para un perfil innovador del docente universitario, conlleva a la revisión de diversos factores.

II. EL PERFIL DEL DOCENTE EN DERECHO.

El perfil profesional del Docente en Derecho basado en la división de funciones está cambiando poco a poco para dar paso a otro perfil lo, mejor aún, a perfiles diferenciales. En el momento actual las políticas públicas requieren generar proyectos de capacitación para el docente en Derecho y con ello generar nuevas estrategias, percepciones, experiencias y conocimientos e intentar dar respuesta a las múltiples interrogantes que se le presentan cada día.

Para ello, es necesario que las políticas públicas conciban al docente en derecho bajo otro paradigma, diferente al tradicionalmente utilizado. No se trata de definir mecánicamente, a través de un listado, las competencias del docente, es preciso desentrañar qué elementos cognitivos, actitudinales, valorativos y de destrezas favorecen la resolución de los problemas educativos, desde todos los niveles de desempeño del docente, para de esta manera, sea posible identificar y analizar aquellas capacidades requeridas por un grupo social determinado, en un contexto específico, lo cual le dará pertinencia social a este nuevo perfil.

El educador concebido desde esta óptica debe despertar el interés por aprender, cómo aprender y mantener al día estos conocimientos.

De esta manera, cabe preguntarse sobre las competencias requeridas al educador de hoy. Sin embargo, es difícil ponerse de acuerdo en este aspecto, la incertidumbre no sólo involucra las competencias profesionales sino las calificaciones requeridas por la dinámica de la innovación tecnológica y organizacional, así como también la necesidad de prever tendencias de evolución o involución del sector educativo.

En consecuencia, se asume, que en este contexto de incertidumbre definir la profesionalidad docente sólo por el desempeño observable reduce drásticamente las posibilidades de desarrollo

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