La Entrevista Clinica

La entrevista de evaluación clínica diagnóstica

La entrevista clínica es aquella relación interpersonal, donde hay una interacción entre el profesional y el paciente; donde existe una comunicación bidireccional, es decir, tanto verbal como no verbal o extraverbal; con unos objetivos y roles bien definidos. Aunque hay muchos tipos de entrevistas, la más utilizada es la entrevista diagnóstica. Ésta es la técnica clínica por excelencia: la más asistencial y personal. En definitiva, es la columna vertebral de todo proceso psicodiagnóstico.

Existen diferentes tipos de entrevista diagnóstica:

- Dependiendo del grado de estructuración:

o Libre (no estructurada): se trata de una conversación de carácter más informal, en la que el entrevistador trata de obtener datos de carácter personal, como pueden ser las emociones, motivaciones, actitudes, entre otras. Esta entrevista es conocida también como no directiva, ya que el entrevistador deja la iniciativa al paciente.

En este tipo de entrevista lo importante es la persona, las respuestas son prolíficas, complejas y ambiguas, con cierto riesgo a la mala interpretación (por parte del entrevistador) y se trata de evaluar cómo funciona el paciente en la entrevista y no solo lo que nos cuenta.

o Estructurada: se trata de que las preguntas, las respuestas y el orden de las preguntas está establecido a partir de un guión. Este tipo de entrevista surge de la constatación de que la entrevista clínica es necesaria e inevitable; de los esfuerzos por aumentar la validez y fiabilidad de la entrevista y de la síntesis entre el enfoque cuantitativo estadístico y el enfoque cualitativo clínico.

En este tipo de entrevista lo importante son las respuestas, que deben ser claras, simple y precisas, con posibilidad de cuantificación, con cierto riesgo de superficialidad en la contestación, y sólo trata de evaluar que dice el paciente sobre cómo funciona.

- Dependiendo de quien la dirige:

o No dirigida: La persona entrevistada se expresa con libertad sobre temas muy variados. El entrevistado puede abordar temas que el evaluador no había previsto. Este último interviene solamente para facilitar la expresión de la persona entrevistada o para llevarla a profundizar en algunos puntos.

Estas entrevistas son convenientes, en particular, al inicio de la evaluación, a una escala muy global para sacar a la luz algunos temas.

o Dirigida: en este tipo de entrevista se aplica una guía de manera muy estricta. El entrevistador hace las preguntas una tras otra, sin dejar posibilidad que el entrevistado desarrolle otros puntos. El mismo evaluador no propone ni desarrolla preguntas que no estén previstas en el guión. Las respuestas, en líneas generales, son bastante breves. Cuando se utiliza este tipo de entrevista es para minimizar el riesgo de subjetividad por parte del entrevistador.

o Semidirigida: hay un primer momento (o sección), en que el entrevistador no dirige, es decir, el paciente tiene total libertad para exponer sus problemas comenzando por donde quiera y sin ningún tipo de presión, cosa que nos podría permitir observar

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