La Función De La Comunicación En La Comunidad
Enviado por kamotony • 30 de Noviembre de 2013 • 2.166 Palabras (9 Páginas) • 274 Visitas
La función de la comunicación en la comunidad
La comunicación es un elemento fundamental dentro de la comunidad, se expresa a través del lenguaje verbal (las palabras) y el lenguaje no verbal (gestos, señales, o movimientos, etc.).
El proceso de comunicación implica dos etapas: primero, la emisión de un mensaje o contenido, que se da a través de un emisor, el que transmite el mensaje. Segundo, la reacción o respuesta ante el mensaje, o sea la forma como es recibido por un receptor o persona que recibe el mensaje.
Los grupos, generalmente, tienden a desarrollar patrones de comunicación que inciden en los mensajes que se transmiten y en la forma como se transmiten y la respuesta del grupo ante ellos.
La comunicación en el grupo, puede verse afectada principalmente por dos clases de situaciones:
Situaciones emocionales: Como la timidez o los sentimientos de temor, ira, ansiedad, rechazo, producidos como reacción a situaciones internas del grupo, que no son expresadas oportunamente dentro del mismo.
Situaciones provenientes de líneas jerárquicas o de autoridad: Cuando en el grupo participan conjuntamente además de nosotros personas con autoridad, pueden surgir conflictos de comunicación determinados básicamente por la forma como se ejerce la autoridad.
Un elemento que se debe tener en cuenta, son los distintos tipos de personas que existen en todo grupo o reunión o en ambos a la vez.
Nosotros podemos asumir la figura del facilitador, éste tiene la obligación de disciplinar al grupo y de llevarlo, poco a poco, a que siga su objetivo. Cuenta con un tiempo determinado que no puede perder. Por lo tanto hay que aprovecharlo dando la oportunidad para que todos participen sin perder su tiempo y el de los demás, equilibrando así la reunión.
Damos a continuación una lista de posibles tipos de personas que usted puede encontrar en un grupo y una pequeña sugerencia sobre cómo tratarlos.
El preguntón eterno. Solo quiere hacerse notar, o quiere hacer prevalecer su opinión, buscando apoyo en el grupo.
Facilitador: Con mucha energía conviene desviar sus preguntas al grupo, para que sean sus miembros quienes contesten.
El Cabeza dura. Es la persona que no entiende razones. No quiere aprender nada de los otros.
Facilitador: Debe hacerle ver y pedirle que, por el momento, acepte el punto de vista de la mayoría. Que luego habrá oportunidad de discutir lo de él.
El mudo voluntario. No participa porque se siente muy superior al tema. Entonces, toma una actitud aburrida y se dedica a oír. También puede suceder que se sienta muy inferior respecto al tema. Entonces no se atreve a participar.
Facilitador: Debe insistirle a participar, halagándole y diciéndole lo importante que es para el grupo su participación. Hay que despertar su interés, haciéndole preguntas directas y sencillas sobre algo que él conoce. Cuando no hay posibilidad de motivarlo con una pregunta, explicar con palabras sencillas lo que creemos que él no entiende.
El tímido. Es un hombre que tiene ideas, pero le cuesta formularlas o no se atreve a hacerlo.
Facilitador: Ayúdelo, pregúntele cosas fáciles, haga que tome confianza en sí mismo, haláguelo.
El charlatán. Es el que habla todo el tiempo, saliéndose del tema de un modo dicharachero. Su tema más interesante es él mismo.
Facilitador: Con este personaje no queda más que cortar -con toda cortesía- su disertación, diciéndole que lo siente mucho, pero que nos hemos alejado del tema y el tiempo que nos queda es precioso para tomar algunas decisiones.
El distraído. Salta de un tema a otro. Desvía a los demás de sus objetivos, hablando de cualquier cosa y en cualquier momento.
Facilitador: No debe dejarlo divagar, debe interpretarlo con la ayuda de una pregunta fácil, dirigida a él. La pregunta debe ser tomada de alguna opinión dada por el grupo y sobre ella pedirle su opinión.
El detallista. Es la persona que se enreda en pequeños detalles. No deja avanzar el grupo.
Facilitador: Debe tomarlo con humor y hacerle comprender que los detalles son importantes, pero no tanto. Que, incluso, se pueden tratar después de la reunión. Lo que importa ahora es ponerse de acuerdo en las grandes líneas.
El gran tipo. Es el “siempre listo” del grupo: siempre quiere ayudar. Está seguro de sí y de su posición en el grupo. Está dispuesto a oír a los demás y dejarse convencer.
Facilitador: Dígale que su ayuda es valiosa durante las reuniones.
El que cala hondo o profundo. Habla poco, pero cuando lo hace, va directamente al grano. Lo que le interesa es lo central del problema y ahí ataca. No pierde el tiempo en banalidades.
Facilitador: Es un hombre de gran utilidad para el grupo. No hay que dejar que los demás se sientan ni juzgados ni aplastados por él. Hay que hacerlo hablar, pero no presentarlo como una autoridad, para que los otros miembros no sientan que dependen de él.
El de buen humor. Posee la cualidad de hacer reír en forma oportuna, contagia con su optimismo.
Facilitador: Bien guiado, puede ayudar en un grupo a superar los momentos de máxima tensión y a hacer las reuniones más amenas.
El tipo concreto. Es el de los hechos de vida, recurre a la experiencia vivida, a lo real. A veces sus ejemplos son de tipo casero, muy simples.
Facilitador: Puede ser una gran ayuda en un grupo para hacerlo aterrizar. Déle esa oportunidad, pero cuídese de quedarse con sus soluciones simplistas, cimentadas en casos particulares. Trate de que integre, entonces, lo técnico con lo práctico.
El hombre positivo. Es el que encuentra siempre el lado bueno de las cosas y de las personas. A menudo, defiende a los más débiles. Usa mucho el halago.
Facilitador: Ofrece buena ayuda, aunque es conveniente, a veces, hacerle ver algunas cosas negativas.
La comunicación con las autoridades y otras instituciones
Comunicación con las autoridades
En ocasiones debemos dirigirnos a las autoridades de nuestro Municipio para solicitar una ayuda o una petición, por ejemplo para el arreglo de una instalación, camino, etc…
Se puede utilizar la comunicación oral o verbal para transmitir en una primera instancia, como toma de contacto, pero es muy recomendable que la solicitud que hagamos se realice por escrito.
Lo escrito, escrito está, además surge un compromiso moral para que se conteste.
Las Alcaldías disponen de distintos canales para hacerles llegar peticiones, solicitudes, comunicaciones, etc…, veámoslos:
A través de las distintas comisiones que existan en nuestro Municipio como la comisión de medio ambiente o la comisión de infraestructuras,
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