La Revolución Cibernética
Enviado por Antica • 19 de Noviembre de 2012 • 2.181 Palabras (9 Páginas) • 625 Visitas
Cuando la revista Time hizo una encuesta para determinar a las cien personas más influyentes del siglo XX, figuraron nombres tales como: Einstein, Fleming, Freud y los hermanos Wright, entre los que la gran mayoría conocía, y otros grandes científicos y pensadores no tan conocidos por el público general. Llama la atención que en dicha lista no figurara el nombre de Norbert Wiener; llama la atención porque mucho se habla de que vivimos en medio de la revolución cibernética, se le compara con alguna frecuencia con la revolución industrial y frecuentemente se la asocia a los desarrollos tecnológicos de la informática e internet. En efecto, el escritor de ciencia ficción William Gibson ha popularizado el término ciberespacio para denotar aquel ambiente de realidad virtual que representa el uso de las telecomunicaciones digitales. Poco se sabe del significado original de la palabra Cibernética, poco se sabe de Norbert Wiener, considerado por los eruditos como el padre de la misma y el científico más importante del siglo XX. Por el contrario, la gran mayoría del público culto ha escogido a Albert Einstein como el pensador más influyente del siglo.
Por otra parte, la revolución cibernética no se relaciona exclusivamente con las tecnologías de la información, la robótica o internet; gracias a esta revolución sin precedentes en la historia de nuestra civilización están cambiando la forma de entender el mundo y nuestra historia, la forma de hacer ciencia, la forma de entender la religión y, en general, las directrices fundamentales sobre las que se erigen nuestras culturas de fin del milenio.
Un timonel muy especial
Pero, ¿qué es la Cibernética?, ¿qué clase de disciplina puede estar en el origen de los cambios que desafían hoy a la humanidad, cambios en el mundo de todos los días, en la forma de interrelacionarnos y de comunicarnos, así como cambios profundos que han llegado a repercutir en la forma de hacer ciencias?
La palabra cibernética es de origen griego y significaba originalmente timonel. Pero se trataba de una clase muy peculiar de timonel, era un experto que debía controlar y coordinar remos, timón y vela para conducir una nave por el Mediterráneo. Wiener rescató esta palabra para denotar lo que él definió como “la ciencia del control y la comunicación en la máquina y el animal”.
El desarrollo y la aplicación de la Cibernética durante los años ‘50 y ‘60 permitieron el advenimiento de las máquinas lavadoras de automóviles, las puertas automáticas, la computación, internet, la robótica y casi todos los inventos de las últimas cinco décadas. Es por ello que a la revolución cibernética se le compara frecuentemente con la revolución industrial, pero su aporte no se limita al mundo de la tecnología; por el contrario, su aporte más radical y profundo es el que permite compararla con otro período de revolución intelectual: el Renacimiento.
Wiener definió la cibernética como la ciencia del control en la máquina y el animal, con el propósito implícito de proponer una ciencia lógico- matemático- sistémico- interdisciplinaria de la mente. Junto con Wiener, se considera que los otros padres de esta disciplina fueron John von Neumann, Warren McCulloch y Claude Shannon. La orientación que cada uno le otorgaría a la Cibernética se corresponde estrechamente con las áreas en las que ésta se ha empleado. A John von Neumann, por ejemplo, se le considera como el padre del computador digital. Los trabajos de Shannon, por su parte, sentaron las bases teóricas para el desarrollo de las telecomunicaciones digitales, incluida Internet. Finalmente, Warren McCulloch fue el precursor de la orientación que en la actualidad presenta la cibernética, bajo la denominación más reciente de “ciencias cognitivas”. Él se interesó en el estudio de los sistemas nerviosos y la cognición, y fue el primer científico que propuso denominar a este ámbito de estudio “epistemología experimental”.
El hecho de que la Cibernética fuera establecida por Wiener como la ciencia del control en la máquina y el animal, como hemos visto, en primer término significó grandes avances en el campo de las máquinas, ampliando sus potencialidades a los niveles que hoy conocemos y usamos cotidianamente. En cambio, por el lado de la biología, su aporte sería más lento aunque, tal vez, mucho más importante. Con relación a este punto cabe señalar que los chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela hicieron una contribución trascendental, al formular, durante los años ‘70, la Teoría de la Autopoiésis. Maturana había trabajado estrechamente con McCulloch. Asímismo, otro cibernetista de renombre, Heinz von Foerster, considerado como el padre de la Cibernética de Segundo Orden, también influyó considerablemente en los chilenos.
Resulta revelador que el prólogo del texto en que primero se difundió los planteamientos de Maturana y Varela no fuera redactado por un biólogo sino por Stafford Beer, un cibernetista. Beer vino a Chile a comienzos de los ‘70 a asesorar a la CORFO en un ambicioso proyecto de Cibernética aplicada en la administración pública. En esa oportunidad quien fuera el ministro de economía, Fernando Flores, tomó contacto con Beer y más tarde con Maturana y Varela. En la actualidad se puede constatar la fuerte influencia que los tres cibernetistas ya mencionados ejercieron en el pensador y empresario chileno que ha aplicado la Cibernética y las ciencias cognitivas en el mundo de los negocios y la gestión.
Otro cibernetista chileno que ha desarrollado su quehacer como investigador en el ámbito de la administración de empresas es el profesor de la Escuela de Comercio de la Universidad Católica de Valparaíso, Aquiles Limone. El profesor Limone formuló a fines de los ‘70 la teoría de que las empresas, al igual que los seres vivos, son sistemas autopoiéticos.
El observador en escena
Seguramente, pocos de nuestros contemporáneos han percibido el fenómeno histórico sin precedentes que ha tenido lugar ante nuestros ojos durante el siglo XX. En efecto, el concepto de ciencia puede ser definido de manera sustancialmente diferente antes y después de dicho siglo. Este cambio radical en la forma de entender a la ciencia tuvo su origen en la crítica que formuló Ludwig von Bertalanffy al denominado Método Científico de Descartes, pero se consolidó más tarde, bajo la influencia de la Cibernética, al establecer la necesidad de introducir al observador explícitamente como elemento constituyente de las teorías científicas. Cabe señalar que esto último no fue considerado necesario o no estuvo en absoluto claro para la ciencia clásica que se desarrolló desde los tiempos de Descartes hasta la primera mitad del siglo XX.
La física fue la primera rama de las ciencias tradicionales en introducir
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