La Sexualidad Desde El Punto De Vista Psicoanálitico
Enviado por casandra97 • 16 de Julio de 2013 • 2.242 Palabras (9 Páginas) • 383 Visitas
La Sexualidad desde un punto de vista Psicoanalítico.
La Psicología analítica, reconoce el inicio de la vida, como el momento en que el ser humano comienza a desarrollar su sexualidad, ya que esto es observable a partir de múltiples exteriorizaciones. Los niños expresan a través de conductas corporales, como resultado de fenómenos psíquicos, actos que se reproducen después en la vida amorosa adulta. Por ejemplo: la fijación a ciertos objetos, los celos, entre otros. El psicoanálisis sugiere que las características de la vida sexual de un individuo son el resultado de su vida sexual infantil, la cual se encuentra en el inconsciente. Las perturbaciones en la vida sexual de un adulto, son el resultado de las inhibiciones en el desarrollo de la sexualidad del niño que se presentan como perversiones y que son fijaciones de la libido a estados de fases más tempranas.
La Teoría de la libido es uno de los pilares maestros de la Teoría psicoanalítica. En ella se explica la complejidad del desarrollo de la sexualidad del individuo, que en un principio vivencia como pulsiones parciales. Freud declara que la actividad sexual, es pulsional . La pulsion es parte de los efectos de la energía psíquica que se expresa como libido y que da origen a todas las acciones del individuo, y en la sexualidad esta energía actúa sobre las zonas erógenas y el proceso de formación de las relaciones objetales. Cuando el individuo es un bebé, sus primeras aproximaciones objetales se dan por necesidad, la satisfacción de esas necesidades, tienen un plus de placer.( En el psicoanalisis, la función sexual, incluye la ganancia de placer, además del sentido que tiene para la reproducción y conservación de la especie.) Estas aproximaciones primarias, dan inicio a la relación del niño con lo o los otros y depende del tipo de relaciones que el niño establezca, dependerá la forma en como se estructure su personalidad. De ahí la importancia de las primeras vivencias infantiles, que además quedan impresas en el inconsciente y actúan desde ahí, sin que el individuo comprenda el por qué de su proceder, ni la razón de sus miedos, complejos, emociones, sentimientos, etc. En esta teoría de la libido, Freud reconoce la existencia de 5 etapas principales de desarrollo:
La etapa oral, marcada por el inicio de las pulsiones parciales que buscan el comienzo de la relación objetal a partir de una necesidad “succionadora”, (el bebé siente algún malestar, hambre, frío, dolor, sueño,etc. Y la expresa llorándo) el adulto satisface esa necesidad generalmente ofreciendo alimento, lo que el bebé percibe como placentero o no, pero es algo que finalmente satisface su deseo. La teoría supone, que superada esta etapa de desarrollo, el individuo resuelva bien e integre como experiencia positiva, estas primeras relaciones a formar parte de una sexualidad adulta normal. En el caso de que no sea así, la persona queda fija en la oralidad y siempre experimentara el deseo inconsciente de “extraer algo” , aplicado a la vida adulta: “sacar provecho”. La etapa oral marca la existencia de la libido en el niño, ya que utiliza la boca para la recepción de placer, independientemente de la nutrición.
En las funciones biológicas, las dos pulsiones básicas (comer y el acto sexual), producen efectos una contra la otra, o se combinan entre si, de tal suerte, que el acto de comer, es una destrucción del objeto con la intención de la incorporación; el acto sexual es una agresión con el propósito de la unión más íntima. Se da una acción conjugada y contraria entre pulsiones y esto es lo que produce toda la variedad de las manifestaciones de la vida. Es una pareja de contrarios que se expresa en atracción y repulsión que gobierna en lo inorgánico. Lo anterior es la explicación de toda actividad humana y comienza con las pulsiones primarias: la necesidad de alimentación y el deseo sexual. (que se combinan ya que comer es al igual que el acto sexual, una actividad que otorga satisfacción y placer).
La etapa anal, establece las relaciones objetales de poder y control. Se le pide al niño una maduración, que controle sus esfínteres, aquí lo importante es si el niño puede frustrar o complacer al adulto, lo que supone una posición de poder y establece una conducta aprobatoria o desaprobatoria que pasa a formar parte del proceder del individuo no sólo en su vida sexual (en la etapa anal, la satisfacción se busca en la función escretora), sino en todos los demás aspectos de su vida. Se establece en la personalidad la capacidad de autocontrol, control sobre lo otro, capacidad para complacer y ejerce una influencia decisiva en el autoconcepto, en cuanto a que tan capaz se es. Se inicia el desarrollo de la autoestima. La etapa anal es el principio del desarrollo de la teoría de la resistencia y de la represión. El individuo que no consigue integrar esta etapa, no será un ser generoso, se mostrará egoísta y avaro y sufrirá cuando tenga que dar algo. No podrá sentir el placer de dar y es probable que se convierta en una persona que intente control sobre los demás y no será alguien en quien se pueda confiar. Es probable que un individuo así, desarrolle una personalidad obsesiva-compulsiva.
La etapa fálica, marca el inicio de las primeras fantasias sexuales respecto a la madre (fase edípica) y comienza su miedo a la castración al observar que su madre no tiene pene, apresurando el periodo de Latencia. El complejo de Edipo, sugiere que el niño siente deseos por poseer a su madre y envidia a su padre, por la autoridad y la fuerza lo que le representa un rival muy poderoso. (la relación padre hijo entra en un estado de odio-admiración). El primer objeto erótico del niño, es su madre. La primera seductora de un individuo, es ella. En un principio, la realación madre-hijo, se reviste de un significado único, se arraiga,,con el paso del tiempo esta relación, actúa sobre los vínculos posteriores de amor. A la edad de dos o tres años, el niño ya ha recibido sensaciones placenteras de su miembro sexual y a aprendido a dárselas a voluntad por medio de estimulación manual. La madre al caer en cuenta de que su hijo la desea, busca la prohibición de la exitación sexual y amenaza con quitarle el pene, amenaza que refuerza con el hecho de que se lo dirá al padre. El niño desarrolla el “complejo de castración” e inhibe sus expresiones sexuales. El complejo de castración es muy importante, porque es el primer trauma del niño e infiere en los vínculos del individuo con su padre y su madre. Al abandonar sus expresiones sexuales, el niño traslada su deseo sexual hacia las fantasias, que se incorporan a su yo posterior, y que contribuyen a la formación de su carácter. Todas las experiencias que el niño vivió,
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