La Vida En El Espacio

Es claro pues que, la función permanente del Estado, busca la satisfacción general de la comunidad. Esta satisfacción la logra en el cumplimiento de sus fines y la logra de una manera práctica, inmediata, directa a sus asociados y tal función se realiza mediante actos concretos, ejerciéndolos de acuerdo con el ordenamiento jurídico preestablecido que determina sus limites.

Valga entonces, señalar de antemano la diferencia entre ley y decreto. Una de las principales diferencias radica en el alcance de una y otro, la ley regula situaciones de carácter general, el reglamento lo hace de manera concreta; hay una situación de jerarquía, pues el decreto está supeditado tanto a la ley como al reglamento, el decreto es un acto administrativo, y la ley es un acto legislativo; el decreto se ajusta en el fondo y en la forma a los dispuesto en la ley para los actos de derecho público; un decreto administrativo o judicial no puede derogar o abrogar a una ley, pero la ley sí puede modificar al decreto, siempre que no resulte retroactivo en perjuicio del gobernado.

En consecuencia, la atribución de funciones al órgano administrativo, debe provenir de la ley formal para no alterar a favor del Poder Ejecutivo el equilibrio en que reposa el sistema constitucional, por ello, los actos administrativos se realizan bajo sus efectos. La actividad administrativa tiene como consecuencia y fin decidir y operar. Es necesario entonces, de un órgano que ejecute la ley, que la concrete y que la actualice cuando sea necesario, y ello se hace, mayormente a través de los Decretos a los que nos hemos referido a lo largo de este escrito.

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