La Violencia Domestica

La violencia domestica como una forma de maltrato infantil

Lic. Rosa María Moheno Verduzco

Directora de Asuntos Jurídicos DIF Distrito Federal

El maltrato infantil y la violencia intrafamiliar son fenómenos sociales que han gozado de aceptación en nuestra cultura. Miles de niños y mujeres sufren de manera permanente actos de maltrato físico, psicológico y sexual en su propio hogar.

La familia, institución importante de nuestra sociedad, es extremadamente compleja. Constituye un espacio de control y de apoyo social.

Un aspecto de la vida familiar es el efecto de la violencia domestica sobre los niños, ya sean estos testigos o víctimas de maltrato. Los niños podían sufrir maltrato por el simple hecho de ser testigos de violencia domestica, corrían el riesgo de ser víctimas directas de esa violencia.

Subregistro estadístico

La violencia domestica salió a la luz pública a finales de los años setenta debido al trabajo de las organizaciones de protección a las mujeres. Ha sido referida a varias formas de violencia y abuso de comportamiento ocurrido en el matrimonio o en las relaciones entre hombre y mujer. En el nivel institucional, la violencia familiar ha sido vista como un asunto de policía, de juzgados, o de los refugios para mujeres y otros servicios de apoyo.

El maltrato infantil indica el daño físico, psicológico o sexual causado a los niños a través del comportamiento abusivo de algunos adultos o debido al fracaso de otros en el intento de proteger a los niños de semejante daño. Ha sido considerada más bien un asunto de salud pública. Uno de cada 10 casos de violencia intrafamiliar es informado a las autoridades.

Sentimientos de negación

La escasa disposición para reportar estos incidentes a las autoridades competentes deriva de la preocupación por evitar las consecuencias legales, por la culpa y las sanciones asociadas a esos dramáticos hechos. En muchas relaciones de pareja existe un poderoso sentimiento de negación, a la par de una minimización de la verdadera naturaleza del abuso. Walker, reporto que 87 por ciento de los niños maltratados es testigo de la violencia entre adultos; Dobash, de 314 casos encontró que 58 por ciento de los ataques entre los padres tuvo lugar en presencia de los hijos. Niños observadores de la violencia domestica, también son víctimas de ella. Las madres y los padres que viven en una situación de violencia conyugal son más propensos a maltratar de manera cotidiana a sus hijos.

Desde la cuna

La literatura que se ocupa de los efectos en el desarrollo psicológico de los niños por el hecho de ser testigos de la violencia familiar, se limitaba a las descripciones clínicas del comportamiento de los menores y sus problemas emocionales.

En términos de comportamiento los bebes testigos de violencia familiar son caracterizados como portadores de problemas de salud, distorsión en los hábitos de sueño y excesiva exclamación de gritos. Cualquier rechazo de la mamá hacia el pequeño durante un episodio de violencia domestica, puede ser sentido de manera aguda por el niño y tener efectos adversos en la formación del equilibrio emocional de este. Durante el primer año de vida los niños empiezan a aprender la importancia de la comunicación de las emociones.

Infantes más agresivos

Al segundo año de vida, los niños desarrollan intentos por relacionar causas con expresiones emocionales. Las expresiones de odio causan angustia en los niños. Esta llega a ser mucho más evidente cuando las expresiones verbales están acompañadas por ataque físico. En el tercer año de vida de los niños distinguen con rapidez la diferencia entre amor y odio, y responden a los enojos de los adultos con grandes muestras de angustia y un subsecuente aumento de agresión hacia otros pequeños. Los efectos de la violencia domestica sobre los pequeños pueden reflejarse en la aparición frecuente de enfermedades, dolores severos, poca estima. El comportamiento de los niños tiende a exteriorizarse, mientras que el de las niñas, a interiorizarse.

La autoculpa del menor

Investigadores identificaron tres tipos de comportamiento en pequeños, 46 por ciento de los niños mostro emociones negativas, después revelo sentimientos de tristeza

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