La meditación y el sistema nervioso

Introducción

Según Mas Colombo, Risueño y Motta (2008) el Sistema Nervioso se compone por dos estructuras indispensables no sólo para el correcto funcionamiento del organismo, sino para la vida de este, el cerebro, y la médula espinal. La primera estructura está dentro del cráneo e incluye partes como el cerebelo, el córtex cerebral, el diencéfalo, y otros elementos imprescindibles para nuestra supervivencia. Por su parte, la médula espinal se proyecta a lo largo de la columna vertebral, y comunica el encéfalo y los nervios del Sistema Nervioso periférico, los cuales no están contenidos en piezas óseas y transitan en todo el cuerpo, se caracteriza por ser una compleja red responsable de actividades motoras, sensitivas y sensoriales de la conducta. Cumple funciones vitales, por lo que atenderlo y cuidarlo resulta elemental.

Las neurociencias como área multidisciplinar, tratan al sistema nervioso desde el nivel genético, molecular y celular hasta el nivel conductual y social. A partir de la compleja interacción biopsicológica, las neurociencias intentan explicar y proporcionar herramientas útiles en el diagnóstico, prevención y tratamiento de los principales fenómenos psicológicos.

En este contexto intentaré abordar si, entre los cuidados destinados a promover su buen funcionamiento, está la práctica de la meditación y de qué modo esta actividad lo favorece. Autores afirman que los efectos positivos a nivel neurológico son amplios y contundentes, que existen cambios en el volumen de la materia gris hasta la mejora de la conexión entre áreas cerebrales. (Facundo Manes, 2016)

Desarrollo

El Sistema Nervioso Central (SNC) es el encargado de controlar tanto los actos voluntarios, como los involuntarios. Esto abarca no solamente las expresiones físicas, sino también lo referente a la actividad del pensamiento, gracias a este sistema logramos responder de diferente manera a estímulos siempre cambiantes que recibe el organismo, y así como coordinar los diferentes procesos fisiológicos.

Actualmente vivimos en una sociedad multitarea, donde predomina el estrés y las diferentes alteraciones sobre la salud producidas por el mismo, según datos recogidos en la Organización Mundial de la Salud (17 de junio de 2022).

Las prácticas de meditación poseen un origen religioso y espiritual intrínseco, y son practicadas históricamente en la cultura oriental. En los últimos años, estas técnicas fueron adquiriendo popularidad en la cultura occidental e incluso se han creado vertientes llamadas “mindfulness”, para usos clínicos en la depresión, ansiedad y estrés post-traumático, entre otros (Ospina, 2007).

Dentro de los cuidados destinados a promover su buen funcionamiento, diferentes investigaciones, coincidieron en que cada vez son más los beneficios descubiertos en relación a los efectos positivos de la meditación en el Sistema Nervioso. Tal es así, que se reconoció que "durante una práctica de meditación, se evidencia un predominio del tono parasimpático, es decir, de las estructuras

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