¡La personalidad es única!

¡La personalidad es única!

La personalidad es uno de los factores psicológicos más estudiados y a la vez difíciles de determinar. Por personalidad entendemos todos los rasgos que no se pueden identificar. Conocer la personalidad propia o ajena puede ayudarnos a desarrollarnos.

Es la estructura del sistema mental construida por todas nuestras acciones y reacciones en la vida, por lo que se puede definir como un conjunto de rasgos o patrones de sentimientos, emociones, pensamientos y conductas que persisten en el tiempo. Es un constructo psicológico de la personalidad que hace referencia al conjunto de características distintivas de un individuo que constituyen una forma particular de comportarse y pensar. Se puede definir como un patrón de respuesta continuo del cerebro que reacciona a lo largo de nuestra vida de manera similar a quiénes somos, cómo interpretamos la realidad y cómo reaccionaremos en respuesta a los estímulos ambientales. Continuamente, en diferentes situaciones, distingue a una persona de otras y la hace diferente de los demás. 

Se desarrolla desde la conexión humana, es ese conjunto de experiencias de vivencias que tenemos todos los seres humanos y determina las experiencias tanto trágicas como las alegres a partir de nuestras experiencias de nuestra historia personal.

La personalidad tiene dos aspectos importantes, está formada de temperamento y también de carácter. Muchos decimos que el temperamento y carácter es lo mismo o los definen igual, pero son muy distintos. El temperamento se va construyendo a partir de la biología, es la base genética de cada uno, es como cada uno ha nacido, la herencia que traemos. Luego, está el otro aspecto importante que conforma la personalidad, que es el carácter, este es algo más cultural, es un constructo social que está en relación con la cultura desde lo que la persona es, como las experiencias que vamos teniendo a lo largo de la vida y donde entra la sociedad y los valores que nos van involucrando desde que somos pequeños. La personalidad nos permite identificarnos y cómo conocer a una persona, saber cómo es o cómo es que reacciona tal.

Concluyendo, un individuo no nace con una personalidad determinada, sino con un don determinado condicionado en parte por su desarrollo posterior. Esta se ocupa, refina y construye. Las condiciones de herencia se complementan y transforman con la experiencia, el estudio, la educación, el trabajo, la voluntad, la convivencia y la cultura del individuo.

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