La salud física, la salud mental. Introducción

Introducción:

La actividad física nos ayuda para prevenir enfermedades, como las enfermedades de hipertensión, la enfermedad coronaria, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes, el cáncer de mama y colon. Así como también la actividad física reduce los síntomas de la depresión y la ansiedad y mejora las habilidades de razonamiento, aprendizaje y juicio.

Ya que si nos cuidamos bien tanto de mantenernos físicamente activos podremos mejorar nuestra salud mental para ayudar a controlar muchas de las enfermedades crónicas más frecuentes como enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 y algunos tipos de cáncer. Ya que las personas no controlan su nivel insuficiente de actividad física tienen un riesgo de muerte entre un 20% y un 30% mayor en comparación con las personas que alcanzan un nivel suficiente de actividad física.

Para tener una buena salud y evitar el sedentarismo tenemos que realizar actividad física a diario. En adultos, realizar al menos 30 min de actividad regular de intensidad moderada (aeróbica) al menos 5 días a la semana (o 75 min de actividad vigorosa semanal). Para menores y adolescentes, la recomendación es de 60 min al día.

Algunos ejemplos de ejercicios para evitar el sedentarismo serian caminar durante 30 minutos, saltar la cuerda, subir y bajar escaleras, poner música y bailar, practicar algún deporte que te llame la atención o que te interese, etcétera. También para mantener una buena salud incluiríamos la alimentación y esta seria balanceada y equilibrada.  

Además, debemos de considerar aspectos para también poder cuidar nuestra salud mental y emocional, estos dos aspectos son los más importantes en una persona, de estos depende su estado de ánimo día a día y sus ganas para tener un vida sin sedentarismo.

La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos. También nos ayuda a determinar como podemos manejar el estrés, relacionarnos con otras personas y poder tomar decisiones. La salud mental es importante en todas las etapas de nuestra vida desde la niñez y la adolescencia hasta la vida adulta.

Los problemas de salud mental son frecuentes, para eso es necesario pedir ayuda a una persona de confianza y después acudir a un especialista.

La salud emocional es la capacidad que tiene una persona para afrontar emociones durante situaciones extraordinarias, adversas o de estrés.

La salud física, la salud mental y la salud emocional son una balanza que necesita estar equilibrada para poderse considerar una persona sana y sin ninguna enfermedad; mucha gente cree que para ser sano solo es necesario estar bien físicamente, tener una dieta correcta, hacer actividad física, sino que también es necesario mantener una buena autoestima y seguridad personal, mantener pensamientos positivos, aprender a pedir ayuda ante malas emociones o pensamientos en contra de nuestra integridad (que contengan ganas de autolesionarse u odio hacia uno mismo).

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