Las Funciones Del Significane
Enviado por carina.cesarin • 30 de Noviembre de 2014 • 1.281 Palabras (6 Páginas) • 224 Visitas
Las funciones del significante: Metáfora y Metonimia
Metáfora y metonimia son dos figuras retóricas de uso habitual en lingüística y literatura. Tanto una como otra sirven evocar unos términos a partir de otros.
La RAE define metáfora como un tropo que consiste en trasladar el sentido recto de las voces a otro figurado, en virtud de una comparación tácita. Acerca de la metonimia, también la describe como un tropo, pero que en este caso consiste en designar algo con el nombre de otra cosa tomando el efecto por la causa o viceversa, el autor por sus obras, el signo por la cosa significada, etc.
Se desprende que en la metáfora dichos términos tienen alguna semejanza entre sí (los cabellos son de oro”, “esta habitación es un horno”), en el caso de la metonimia la relación de causa-efecto, parte-todo, continente-contenido, etc. (“beber cuatro copas”, “este Picasso es mi preferido”)
Lacan obviamente no va a tomar la referencia de la RAE. Debe el uso de estos términos a la obra de Román Jakobson sobre las afasias (1956). Sobre la base de la distinción de dos tipos de afasia, distinguió dos ejes del lenguaje: el metafórico tiene que ver con la selección de elementos lingüísticos que permite la sustitución, y el metonímico con la combinación o articulación de estos elementos. Esto se corresponde con Saussure (relaciones paradigmáticas –en ausencia- y sintagmáticas -en presencia-, que podemos graficar en un eje cartesiano). Así es como nos muestra una oposición entre dos órdenes de trastornos: de contigüidad y de semejanza.
Tampoco va a tomar tal cual esta referencia sino que la va a utilizar para dar cuenta del funcionamiento del significante. A partir de la lectura de Lacan no se trata en ningún caso de conexión de referentes sino puramente de significantes. Lacan los menciona en la instancia de la letra como “una palabra por otra” y como el “palabra a palabra” respectivamente, para eliminar esa figura del sentido con la realidad. Subraya la literalidad: “son efectos posibles gracias a que no existe significación alguna que no remita a otra significación, y en donde se produzca (…) la poquedad del sentido”.
Lacan toma una frase de un poema de Victor hugo, Booz dormido, y dice “ésta es una metáfora”: su gavilla no era avara ni odiosa. Lo que hay ahí no es comparación sino identificación. No hay nada en una gavilla que sugiera que puede ser avara u odiosa. Esto solo puede decirse en tanto “hay una distancia entre el sujeto y sus atributos” que es posible por la estructura significante, es decir, porque hay una sintaxis el sujeto se separa de sus cualidades. La similitud es sólo por la posición: Booz es el sujeto de esos atributos (no es avaro ni odioso). Lo que hace que esto sea una metáfora no es el significado sino justamente el hecho de estar “gavilla” colocada en el lugar de Booz, es decir ubicada en posición de sujeto de la proposición.
Lo característico de la metáfora es que, en la sustitución de un significante por otro, aparece una chispa creadora, hay creación de sentido, mientras que el significante sustraído de la cadena aún mantiene un modo de presencia mediante el significante que lo sustituye y por la conexión metonímica con el resto de la cadena. Lo que advienes la significación de la paternidad.
Una vez que su gavilla ocupa el lugar de Booz, no puede retornar porque ese su aparece como obstáculo.
También nos damos cuenta de que si cambiamos el orden de las palabras, por ejemplo, la frase no tendría sentido. El simbolismo no sería posible sin la sintaxis que lo soporta. Habitualmente colocamos en un primer plano de nuestro análisis al significado desconociendo el papel mediador primordial del significante. Y esto también tiene consecuencias en la práctica analítica: no se comprende lo que sucede en las psicosis, no se puede interpretar un sueño ni comprender los fenómenos neuróticos…
Con respecto a la metonimia, el ejemplo que toma
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