Las causas de suicidio
Enviado por gretymelania • 17 de Mayo de 2012 • Monografía • 2.598 Palabras (11 Páginas) • 634 Visitas
INTRODUCCIÓN
Suicidio, etimologicamente (sui = a sí; caedes= muerte) la muerte dada asi misma.
La siguiente investigación trata del SUICDIO el cual es un tema que apesar de ser muy comun en la vida cotidiana es tratado como un tabú por la sociedad.
El equipo ha investigado este tema a partir de busqueda bibliográfica, encuestas(50 universitarios) y entrevistas a personas que dominan el tema; las cuales hemos agregado como anexos al trabajo.
Esperamos que con esta investigación se aclaren las dudas de nuestros compañeros, ademas de su curiosidad y esperamos evitar que esta acción se realize en algunos de ellos.
Suicidio
Concepto
* Es el acto de quitarse la propia vida.
* Comportamiento intencional autodestructivo llevado a cabo por una persona en una etapa de su vida altamente sensible.
* Autodestruccion voluntaria de la propia vida.
Muchas religiones lo consideran un pecado, y en algunas jurisdicciones aún se considera un delito. Por otra parte, algunas culturas lo ven como una forma honorable de escapar de algunas situaciones humillantes, sin escapatoria o dolorosas en extremo.
Para considerarse suicidio, la muerte debe ser un elemento central y el motivo del acto, y no sólo una consecuencia casi ineludible. Así, los hombres bomba y los mártires no son considerados suicidas, dado que unos mueren como consecuencia de la explosión que ellos mismos provocan y los otros se sacrifican en nombre de una creencia. Tampoco son suicidas los que se sacrifican por otros en caso de emergencias ni los soldados que luchan en una guerra, y en estos casos, los muertos no son proscritos por la religión ni por la ley. En el caso de que el suicidio tenga consecuencias legales, la ley recoge que debe haber prueba de intención de morir así como la propia muerte para que el acto sea considerado un suicidio. Puede que dicho proceso sea costoso en caso de minusvalía y tenga que depender de los demás donde están entrando en una dinámica de cómplice de suicidio posiblemente penado con cárcel.
En muchos países si un suicidio puede ser evitado por otra persona, es algo que puede y debe hacerse, porque en caso contrario podría ser considerado como un caso de no asistencia a persona en peligro, lo que está tipificado como delito en diversas legislaciones, ya que, por ejemplo, un intento de suicidio podría ser debido a un estado de locura transitorio, a un estado depresivo muy grave o a otras situaciones análogas
La Teología dice que mientras para algunos el suicidio consiste en “darse la muerte directamente a sí mismo”; para otros, simplemente es “darse la muerte a sí mismo”, y aclara que aunque ambas opiniones son semejantes,
encierran matices distintos. Mientras que para los primeros el suicidio directo es siempre intrínsecamente malo, para los segundos, el suicidio directo es siempre pecaminoso, pero el suicidio indirecto, no lo es. Precisamente, debemos entender
que el suicidio directo es aquel en que el ser humano busca mediante un acto que de suyo es capaz de causarla; mientras en el indirecto, la persona se da muerte sin procurarla libremente.
TIPOS DE SUCIDIO
Una clasificación posible de las tantas que se pueden hacer es la que divide los suicidios en:
* Vicariantes
Se adelantan o aceleran el acto de la muerte que se vislumbra en un futuro, con la justificación de que no hay esperanzas y sólo creen ver a su alrededor sufrimientos y nada puede compensar el período de espera.
* Perfeccionistas
No toleran cualquier disminución de los atributos a su persona, lo mismo en la belleza que en la potencia sexual, o un defecto cualquiera, menoscabo económico o social, o la pérdida del poder y prestigio.
* Hedonistas
No soportan nada que constituya un impedimento o una disminución del placer de predominio sensual.
* Transicionales
Ante ciertas crisis vitales de transición inevitables, optan por el suicidio.
* Sintomáticos
Dependen de una enfermedad mental, psicosis, confusión mental, demencia y depresión.
EVOLUCIÓN SOCIAL DEL SUICIDIO ATRAVES DE LA HISTORIA
La actitud de los hombres ante la muerte no ha sido la misma a través de los tiempos; cuando un hombre de hoy habla de su muerte, piensa que si le fuera dado escogería una muerte súbita, sin dolor, como un leve sueño. El hombre del medioevo se sentiría aterrado de ello, porque como lo expresa el padre de Hamlet, en la famosa obra de Shakespeare, moriría "en la flor del pecado"; por eso el hombre de la edad media prefería un tiempo de arrepentimiento y de balance de sus deudas con Dios y con los hombres, inclusive en las oraciones medievales se rezaba "líbranos Señor de la muerte repentina".
Las antiguas civilizaciones sacralizaron la muerte, la domesticaron, queriendo restarle dramatismo e integrarla en un sistema de ritos y creencias que tenían por objeto convertirla en una etapa más del destino, por ello, rechazaban y condenaban el suicidio: el cuerpo del suicida era castigado, arrastrado por el piso, y no tenía derecho a ser sepultado en la Iglesia... solo en el caso del soldado vencido que se suicidaba por honor, o de otras formas de suicidio como el duelo.
En sociedades donde la sacralidad era la cosmovisión vigente, es lógico que el comportamiento suicida se rechazara, pues el hombre no tenía permitido modificar su destino, que estaba en las manos de Dios, tampoco se le reconocía al ser humano el derecho de imponer a la sociedad la presencia intempestiva de la muerte por una decisión personal, una sociedad así, no permitía que el individuo la forzara moralmente ni a ella ni a Dios.
El suicidio ha estado ligado a la humanidad y sus costumbres: los mayas, según refiere la historia, veneraban a Ixtab, la diosa del suicidio, y, en el Lejano Oriente, los japoneses se hacían el "harakiri" para lavar la deshonra.
Fue a partir del siglo XIX cuando se perdió ese sentido de socialización, inserto en la ritualidad. La sociedad emergente rechazó aquel paradigma medieval. La muerte fue liberada y pasó al dominio privado, el cadáver era velado en la casa, sepultado en familia, y en ese sentido la muerte pasó a depender cada vez más de la voluntad del individuo. De este modo, la sociedad occidental se había desvinculado de la muerte y del suicidio en particular.
El suicidio era, tiempo atrás en occidente, algo vergonzoso para la familia; era sinónimo de debilidad, de enfermedad, de conducta inadecuada y por ello pocos o casi nadie lo daban a conocer. Actualmente las cosas son distintas, ya que este acto se ve como un síntoma de enfermedad y se acepta, se denuncia, lo que
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