Los Hijos de Sánchez
Enviado por mikenoyols • 24 de Noviembre de 2013 • 1.411 Palabras (6 Páginas) • 363 Visitas
Los Hijos de Sánchez, un escándalo de medio siglo
CIUDAD DE MÉXICO, 7 de agosto.- ¿El público lector mexicano estará listo hoy para asimilar lo que tanto le costó escuchar hace 50 años?, se pregunta el antropólogo Claudio Lomnitz a propósito de la edición conmemorativa de Los hijos de Sánchez (The children of Sánchez), del neoyorquino Oscar Lewis (1914-1970), que saldrá a la luz este año para revalorar este polémico ensayo etnográfico que se publicó por primera vez en Estados Unidos hace medio siglo, en 1961.
“En la historia de México hay pocos libros que hayan creado verdadero escándalo. Este es uno de ellos... Es un libro tremendo. No hay otro que se le parezca”, comenta quien ha escrito el prólogo de la reedición que prepara el Fondo de Cultura Económica (FCE); sello que dio a conocer en 1964 la versión en español de esta historia y que un año después perdió a su entonces director, el argentino Arnaldo Orfila, tras la demanda judicial que la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística entabló en su contra y la del autor por considerar al volumen “obsceno, difamatorio, subversivo y antirrevolucionario”.
El catedrático de la Universidad de Columbia, en Nueva York, y director de su Centro de Estudios sobre Etnicidad y Raza señala que Los hijos de Sánchez le mostraron al mundo que el México moderno, próspero y optimista de aquellos tiempos, el México del llamado Milagro mexicano, era sólo una cara de la moneda, y que la que habitaban los autores de esta autobiografía era otra.
El ensayo describe la vida cotidiana, las costumbres y los valores de una familia mexicana que habita una vecindad de Tepito en la Ciudad de México de los años 40 y 50 de la pasada centuria, a través de la voz de cuatro hermanos huérfanos de madre y criados por su padre. Aspectos como la pobreza, la violencia doméstica, el abuso contra la mujer, el rudo mundo masculino y la vecindad como espacio de identidad son presentados de una manera cruda.
“La cuestión que incomodó a cierta clase media de la época es que los cuatro Sánchez son inteligentes, elocuentes y muy explícitos. Aquellos lectores no querían creer que unos miserables de vecindad hablaran de esa forma, o que expresaran aquellas ideas y sentimientos. Por eso, dudaron de su existencia, y alegaron que los Sánchez habían sido inventados por Lewis”, explica Lomnitz.
“Se retrata a una sociedad implacable”, prosigue, donde los padres maltratan a sus hijos, los hombres golpean a las mujeres, éstas se engañan unas a otras y se vengan además de sus hermanos y sus maridos. “No es el mundo católico de la redención en la pobreza, sino un ámbito en el que los problemas humanos se agudizan. Un mundo que los endurece a golpes”.
Del éxito al vituperio
Por estas razones, no es difícil adivinar por qué la recepción de Los hijos de Sánchez en México fue tan distinta de la que tuvo en Estados Unidos y el resto del mundo, donde, añade el egresado de la UAM, “fue toda una sensación”; lo que quedó demostrado en las múltiples traducciones a diversos idiomas, en que se convirtió en base de obras teatrales e incluso inspiró una película protagonizada por Anthony Quinn y la Time Magazine lo puso en su lista de los mejores libros de la década.
“En México, el volumen fue publicado a comienzos de la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz. Y el escándalo que causó tuvo dos aristas: una pública, en torno a la imagen que daba del país y de su gobierno; y otra indirecta, en la que se usó la indignación patriotera para remover al ‘extranjero comunista’ Orfila, que dirigía el FCE desde 1948 con una política editorial abierta a las izquierdas latinoamericanas y mexicanas”, detalla.
La cargada contra Los hijos de Sánchez, narra el investigador, fue lanzada en conferencia pública por el abogado Luis Cataño Morlet, juez del Tribunal Superior de Justicia del DF, y presidente de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. “Después del ataque público, que contó entre los asistentes con la presencia del propio Presidente de la República, Cataño presentó la citada demanda judicial.
“Se publicaron más de 500 artículos de periódico sobre el asunto y más de 500 intelectuales se declararon en defensa del libro y de Orfila. Como las entrevistas con los Sánchez habían sido grabadas, fue fácil desechar los cargos de falsificación y tanto Lewis como el sello fueron
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