Los Siete Saberes
Enviado por psijose • 29 de Marzo de 2014 • 2.802 Palabras (12 Páginas) • 349 Visitas
LOS SIETE SABERES NECESARIOS PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO
“Hay siete saberes «fundamentales» que la educación del futuro debería tratar en cualquier sociedad y en cualquier cultura sin excepción alguna, ni rechazo según los usos y las reglas propias de cada sociedad y de cada cultura”. Este el punto central de la lectura de Morín, y es de gran importancia ya que hoy en día vivimos en un mundo donde es muy difícil crear conciencia de las situaciones y problemáticas que nos atacan en todos los ámbitos de nuestra vida; por ello es necesario introducir y desarrollar en la educación el estudio de las características cerebrales, mentales y culturales del conocimiento humano, viendo a las diversas disciplinas de estudio como integradoras del verdadero conocimiento, ya que de lo contrario solo se estudian de manera fragmentada los fenómenos que acontecen, y esto provoca que no veamos todos los aspectos que nos rodean.
Capitulo 1.
Morín comienza por decirnos que en todo conocimiento existe el error y la ilusión, el mayor error sería subestimar el problema del error, y la mayor ilusión sería subestimar el problema de la ilusión. El conocimiento en forma de palabra, de idea, de teoría, es el fruto de una traducción/reconstrucción mediada por el lenguaje y el pensamiento y por ende conoce el riesgo de error; este conocimiento en tanto que traducción y reconstrucción implica la interpretación, lo que introduce el riesgo de error al interior de la subjetividad del que ejercita el conocimiento, de su visión del mundo, de sus principios de conocimiento. De ahí provienen los innumerables errores de concepción y de ideas que sobrevienen a pesar de nuestros controles racionales. La proyección de nuestros deseos o de nuestros miedos, las perturbaciones mentales que aportan nuestras emociones multiplican los riesgos de error.
También en este punto nos habla de lo que son y la importancia de los paradigmas, estos están ocultos bajo la lógica y selecciona de diferentes operaciones lógicas que se vuelven a la vez preponderantes, pertinentes y evidentes bajo su imperio, es el paradigma quien otorga el privilegio a ciertas operaciones lógicas a expensas de otras como la disyunción, en detrimento de la conjunción; es él quien da validez y universalidad a la lógica que ha elegido. Por eso mismo, da a los discursos y a las teorías que controla, las características de necesidad y verdad. Así pues, el paradigma efectúa la selección y la determinación de la conceptualización y de las operaciones lógicas; de igual forma designa las categorías fundamentales de la inteligibilidad y efectúa el control de su empleo. Los individuos conocen, piensan y actúan según los paradigmas inscriptos culturalmente en ellos.
Debemos aprender que la búsqueda de la verdad necesita la exploración y elaboración de puntos de vista que permitan la reflexividad, que conlleven especialmente la integración del observador-conceptualizador en la observación concepción y la ecologización de la observación-concepción en el contexto mental y cultural que es el suyo. También podemos aprovechar el enajenamiento que nos hacen experimentar las ideas para dejarnos poseer justamente por las ideas de crítica, de autocrítica, de apertura, de complejidad.
Capitulo 2.
En el siguiente punto Morín nos recalca como punto significativo el tomar en cuenta al ser humano como físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico para poder situarlo dentro de un contexto real en el cual se desarrolla interviniendo en su ambiente. También situándolo como parte del cosmos, a través de la educación, los seres humanos serán capaces de afrontar su responsabilidad tanto con los propios seres humanos como con demás especies del planeta. El conocimiento pertinente debe reconocer esta multidimensionalidad e insertar allí sus informaciones: se podría no solamente aislar una parte del todo sino las partes unas de otras. En consecuencia, la educación debe promover una inteligencia general apta para referirse, de manera multidimensional, a lo complejo, al contexto en una concepción global. El conocimiento, buscando su construcción en relación con el contexto, con lo global, con lo complejo, debe movilizar lo que sabe del mundo, de esta manera, existe correlación entre la movilización de los conocimientos de conjunto y la activación de la inteligencia general. La educación debe favorecer la aptitud natural de la mente para hacer y resolver preguntas esenciales y correlativamente estimular el empleo total de la inteligencia general. Este empleo máximo necesita el libre ejercicio de la facultad más expandida y más viva en la infancia y en la adolescencia: la curiosidad, la cual, muy a menudo, es extinguida por la instrucción, cuando se trata por el contrario, de estimularla o, si está dormida, de despertarla. En la misión de promover la inteligencia general de los individuos, la educación del futuro debe utilizar los conocimientos existentes, superar las antinomias provocadas por el progreso en los conocimientos especializados a la vez que identifica la falsa racionalidad.
Capitulo 3.
Después se muestra un panorama de la condición humana, en donde el objetivo es promover la comprensión mutua entre humanos, tanto próximos como extraños, ya que esto permitirá crear la unión entre las personas y les permitirá salir del estado de incomprensión en el que se encuentra la sociedad actual; salir de esta inconsciencia de responsabilidad hacia los demás; interrogar nuestra condición humana, es entonces interrogar primero nuestra situación en el mundo.
Así, el ser humano no sólo vive de racionalidad y de técnica: se desgasta, se entrega, se dedica a las danzas, trances, mitos, magias, ritos; cree en las virtudes del sacrificio; vive a menudo para preparar su otra vida, más allá de la muerte. Por todas partes, una actividad técnica, práctica, intelectual, da testimonio de la inteligencia empírico-racional; igualmente por todas partes, las fiestas, ceremonias, cultos con sus posesiones, exaltaciones, despilfarros, consumaciones, dan testimonio de lo que somos hoy en día, pero que a su vez también fue parte de nuestros antepasados. Todas las actividades que realizamos lúdicas, festivas, ritos no son simples distracciones para volver luego a la vida práctica o al trabajo; las creencias en los dioses y en las ideas no pueden reducirse a ilusiones o supersticiones: éstas tienen raíces que se sumergen en las profundidades antropológicas, se refieren al ser humano en su naturaleza misma, en todo esto hay una relación manifiesta entre la psique, el afecto, la magia, el mito, la religión; existe una unidad y dualidad entre nuestra condición humana presente y la del pasado. También la educación debería mostrar e ilustrar nuestra condición con las múltiples
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